Que no pare la música

La venganza de Mötley Crüe

La banda californiana regresará a los escenarios en el 2020, tan solo cuatro años después de despedirse para siempre haciendo verter lagrimones a sus fans de todo el mundo

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Jordi Bianciotto

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Dicen que la historia se acelera una barbaridad y, en el rock, quizá sea un poco más todavía. Cuatro años deben de equivaler ahora a los 20 de antes, tiempo más que sobrado para que una promesa ante notario se convierta en papel mojado y para que una nueva generación de público entre en acción con ganas de tocar leyenda. Así lo sugiere la decisión de una destacada banda californiana, Mötley Crüe, de regresar a los escenarios en el 2020, cuando no hace nada, el 31 de diciembre del 2015, juró despedirse para siempre haciendo verter lagrimones a sus fans de todo el mundo.

Para que no hubiera dudas, la última gira se tituló, precisamente, The final tour y sus cuatro integrantes firmaron en rueda de prensa un documento en el que acordaban no volver a salir de gira ni a punta de pistola. Excepto en el caso, y he aquí el truco, de que los cuatro decidieran invalidarlo de común acuerdo, que es lo que ha sucedido. El certificado era un modo de blindar desconfianzas internas, no fuera a ser que la marca reflotara cualquier día sin algún titular purgado. Ahora, un video oficial ha publicitado el acuerdo: “¡Mötley Crüe ha vuelto!”, celebra tras unas imágenes en las que el documento salta por los aires en una violenta explosión. A su manera. El regreso consta, por ahora, de una gira de estadios por Estados Unidos con otras dos bandas del ramo, Def Leppard y Poison, caravana que se espera salte luego a Europa.

Película autobiográfica en Netflix

Mötley Crüe, una de las bandas estrella del glam metal surgido en los 80, que hizo compatibles el maquillaje y el lápiz de labios con los guitarrazos electrizantes, vuelve, según ha hecho saber, porque esta pausa de cuatro años ha permitido que brote (por lo visto, a tiempo récord) “una nueva generación de Crüeheads”, jóvenes hinchas del grupo, y porque el éxito de la película biográfica ‘The dirt’ ha revalorizado su repertorio. Este filme distribuido el pasado marzo por Netflix y basado en el libro de memorias del 2001, disparó, en las semanas siguientes al estreno, las reproducciones de canciones de Mötley Crüe en un 570% en Spotify y un 900% en Apple Music.

‘The dirt’ ha sido tachada de frívola, pero, oigan, la diversión está garantizada. Estamos hablando de Mötley Crüe, y una biografía que se precie no puede reducir a anécdotas sus episodios de sexo, drogas y rock’n’roll: las orgías espolvoreadas con cocaína, los televisores que vuelan desde la habitación del hotel (ese clásico), el feliz compadreo con estrellas decadentes (Ozzy Osbourne) capaces de esnifar una hilera de hormigas, la megalomanía, las broncas. Cuando más seria se pone la película, peor para todos.

Conclusiones. La primera, que los ciclos son cada vez más cortos y que a este paso entre la gira de despedida y la gira de reunión no pasará más que un fin de semana, quizá con puente. Luego, una cuña para la reflexión en clave de relato rockero: los ‘balas perdidas’ de Mötley Crue han acabado siendo más grandes que la mayoría de las bandas de la generación siguiente, la del grunge de los 90, tan profunda y torturada ella, y que iba a barrer con todo. De esa otra quinta solo Pearl Jam conserva su estatus. Como dicen en inglés, vivir bien es la mejor venganza.

Enmarcando el conjunto, ‘nunca digas nunca jamás’, frase que todos los grupos deberían tatuarse y que muy pocos han puesto a prueba (Led Zeppelin y Abba, entre ellos: ¿reuniones imposibles?). Sí, las hemerotecas pueden ser asesinas. Mötley Crüe es ese grupo cuyo bajista, Nikki Sixx, afirmó hace solo cinco años que no había “dinero en el mundo” para que el grupo regresara, y que estaba “orgulloso” del sabio modo en que había puesto punto final a su singladura. Pero, en fin, todos podemos cambiar de opinión, y vivir consiste en ir recogiendo datos y razones que pongan a prueba tus principios más arraigados y tus más irrenunciables decisiones. Y siempre es una alegría cuando el argumentario se adorna con cifras con muchos ceros.

El 2020, año de regresos rockeros

El año que viene volverán otros tres importantes grupos estadounidenses: <strong>Rage Against the Machine, The Black Crowes </strong>y <strong>My Chemical Romance. </strong>El primero, referente del rap-metal político, ofrecerá, ocho años después de su último bolo, una gira de primavera por su país que ya se verá si se extiende a Europa. Tres cuartos de lo mismo para la banda de los hermanos Robinson, que celebrará el 30º aniversario de su primer álbum, 'Shake your money maker'. Y los héroes del emo, separados en el 2013, reaparecerán el 20 de diciembre en Los Ángeles y contemplan por ahora conciertos en Australia, Nueva Zelanda y Japón.