El éxtasis de oro de Curry encumbra a la vieja guardia de Estados Unidos

Caminaba LeBron James con sus zapatillas doradas por la pista de Bercy y, a sus 39 años y con las canas avanzando por su barba, parecía Judy Garland en el Mago de Oz. Habló, increpó, defendió, machacó y se encantó. Nadie buscó tanto como él el quinto oro olímpico consecutivo para Estados Unidos –el tercero de su cuenta–, en una racha que aún nadie acierta a detener. Y nadie lo interpretó mejor que Stephen Curry, en éxtasis en su primer éxito en unos Juegos.

Intentó en su día España detener a Estados Unidos, y ahora la que se enreda en la alfombra roja que despliegan las estrellas del Team USA es Francia, que perdió su segunda final olímpica consecutiva, esta vez en casa (87-98), con un público entregado y ese niño de 20 años y 2,20 m. de piernas de alambre que marcará una era, Wembanyama, el mejor debutante de la temporada en la NBA.

Juegos Olímpicos, final baloncesto: Francia - Estados Unidos, en imágenes

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En una grada en la que Carmelo Anthony (tres medallas de oro) y Scottie Pippen (integrante del Dream Team en los Juegos de Barcelona 92), hechos unos zorros con sus ropajes, se lo pasaban en grande recordando sus glorias olímpicas, los jugadores entrenados por Steve Kerr salieron más despiertos que en la tormentosa semifinal frente a Serbia.

Ayudó que Kevin Durant, que se salió con la suya alcanzando el cuarto oro por el que tanto suspiraba, fuera por fin titular. O que Booker se echara a las manos el liderazgo anotador mientras LeBron hacía el trabajo sucio. Uno de ellos, intentar de sacar de sus casillas a Yabusele, que se tomaría su particular venganza con uno de aquellos ‘highlights’ que tanto molestan a las estrellas. El 'cuatro' del Real Madrid machacó el aro llevándose por delante a LeBron. Ocurrió ya en el segundo cuarto, con Francia, agarrada a Wembanyama y Yabusele (46 puntos de los 87 puntos de Francia los anotaron ambos), tratando desde la pintura de que Estados Unidos no se le escapara. Curry, además, se sentía liberado tras reencontrarse con su luz divina la noche de Serbia, cuando se fue hasta los 36 puntos.

Inapreciable Embiid en un duelo muy físico, Yabusele estuvo a punto de salir a hombros cuando, en la última jugada antes del descanso, le hizo un truco de prestidigitador a Anthony Davis con una canasta a aro pasado que dejaba la noche aún abierta (41-49).

Embiid anotó sus primeros puntos (dos tiros libres) ya en el minuto 22. Pero el Team USA no lo había echado demasiado de menos, apañándose con quien quisiera apuntarse. Lo hizo Curry, que con un triple de aquellos cantados antes de llegar a la meta elevó la distancia norteamericana. Steve Kerr, siempre sensato, seguía sin fiarse porque Yabusele continuaba empujando contra quien fuera. Pero allí estaba Curry, sin marcas desde el otro lado del océano, para rebajar todo ánimo de rebelión francesa por mucho que Wembanyama, imposible de puntear desde las alturas, se empleara en el triple y que Fournier abandonara su letargo con una gran racha que rebajó la desventaja a seis puntos con el cuarto capítulo por jugarse (66-72).

De Colo, a sus 37 años, se crecía mientras Carmelo Anthony se levantaba de la silla para que no se le escapara nada. Y lo que hizo fue ver alzarse a Durant cómo se inventaba otro triple desde la nada. Nada importaba a Yabusele, que obligaba a Francia a seguir creyendo (79-82, min, 37).

Pero entre Durant, LeBron y sobre todo un Curry en éxtasis (24 puntos y ocho triples en su primera final olímpica a los 36 años), la vieja guardia, volvió a negar un levantamiento imposible para quien no vive en el cielo.