Atletismo

Muere a los 76 años Jim Hines, el primer hombre que bajó de 10 segundos en 100 metros

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El velocista de Arkansas hizo 9.95 segundos en la final de los Juegos de México-68

Jim Hines

Jim Hines

José Carlos Sorribes

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Las pruebas de atletismo de los Juegos Olímpicos de México-68 fueron sin duda el gran acontecimiento de la cita mexicana. Si Tommie Smith y John Carlos pasaron a la historia por su puño en alto con guante negro en el podio de 200 metros, otro integrante del Black Power como Jim Hines ganó la de 100 metros con 9.95 segundos, una marca estratosférica en aquellos tiempos. En la ceremonia del podio se negó a que el presidente del Comité Olímpico Internacional, su compatriota y ultraderechista Avery Brundage, le colgara la medalla de oro y tuvo que hacerlo otro dirigente del COI. El primer hombre que bajó de los 10 segundos falleció el sábado a los 76 años, según ha informado hoy la publicación especializada Athletics Weekly.

Nacido en Dumas (Arkansas) el 10 de septiembre de 1946 fue jugador de béisbol en su juventud, pero pronto abandonó ese deporte para destacar en el atletismo. Un par de meses antes de los Juegos, en los 'trials' (las pruebas de selección), consiguió un tiempo de 9.8 segundos (cronometraje manual) el 20 de junio de 1968 en Sacramento (California). Fue una medición irregular, y se estableció después una marca corregida de 9.9 segundos.

La confirmación oficial de ese registro llegó en los Juegos de México, donde se instauró por primera vez el cronometraje eléctrico. En una final con ocho velocistas negros, Hines aprovechó su aceleración brutal en los últimos metros para firmar un crono de 9.95 segundos aupado, eso sí, por los 2.300 metros de altura de la capital mexicana. No fue su única medalla de oro en esa cita olímpica, porque ganó el relevo de 4x100 como protagonista de la última posta con un tiempo de 38.24 segundos.

La fama que le reportó a Hines ese récord significó también su despedida del atletismo y su paso, como tantos otros velocistas, al fútbol americano. Hines aceptó una oferta de tres años con los Miami Dolphins, que le habían elegido en el draft de la NFL. Solo cumplió dos de esos tres años ya que el último, también el que cerró su breve y anodina etapa en la NFL, lo vivió con los Kansas City Chiefs. Ahí acabó la carrera deportiva y el brillo que le dio el ser el primer hombre que rompió una barrera mítica. Hines tuvo después una existencia anónima y escasa de recursos.

Pero su marca de 9.95 permaneció como récord mundial durante casi 15 años hasta que la batió por dos centésimas Calvin Smith en Colorado en 1983. El récord olímpico le duró a Hines hasta Seúl-88 cuando Carl Lewis hizo 9.92 segundos en la famosa carrera del dopaje que desenmascaró al tramposo Ben Johnson.