LOS 92 DEL 92

El orgullo de participar y dedicarse hasta acabar en el hospital

Sixte Cambra fue responsable del estadio olímpico y coordinador de la Anilla Olímpica

Sixte Cambra.

Sixte Cambra.

Barcelona

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Sixte Cambra (Barcelona. 1952) destaca que la mayor satisfacción por su participación en los Juegos del 92 como director del estadio olímpico y coordinador de la Anilla Olímpica fue «formar parte de ello». En octubre del año anterior, los organizadores acudieron a Seeliger & Conde, la agencia de cazatalentos que habían fundado poco antes con Luis Conde, para captar directivos dispuestos a participar como voluntarios en la gestión de este gigantesco evento. Y una de las condiciones era que él mismo formara parte, lo que hizo gustoso, asegura.

«Me dediqué ‘full time’ durante seis semanas a ello», recuerda . Y es que se trataba de preparar y evitar fallos en las ceremonias inaugural y de clasura, con ensayos con más de 30.000 personas, la asistencia a los actos de 40 jefes de Estado, pruebas atléticas... No es de extrañar que la noche antes del último día, cuando acudía hacia el párking a recoger el coche se desmayara. «No tengo conciencia de todo lo que sucedió», afirma, pero lo que es seguro es que permaneció en el suelo al menos un par de horas de madrugada, hasta que un operario de la empresa suiza que montaba la ceremonia de clausura lo vio y llamó a una ambulancia que lo llevó al Hospital del Mar.

Se rompió el troquíter y se dislocó un hombro y tuvo que acudir a la clausura con un brazo en cabestrillo y fuertes dolores. Pero ni eso, ni perder unos cuantos kilos, evitó sentir el orgullo de participar en el proyecto. Solo lamenta no haber podido vivir la ilusión que invadía toda la ciudad, ya que casi vivía «encerrado en Montjuïc de las siete de la mañana a las 10 de la noche». 

Cambra forma parte hoy de la consultora Ineo, tras presidir el Port de Barcelona de 2011 a 2017, ser senador independiente con CiU de 1993 a 2004, vicepresidente del Barça tras perder las elecciones ante Josep Lluís Núñez y dirigir el torneo Godó de tenis durante 23 años. Formado en Esade y procedente de una empresa familiar textil, al igual que su amigo Artur Mas, fue una especie de puente para penetrar en capas de la burguesía en las que el pujolismo no accedía.