LOS 92 DEL 92

Freddie Mercury y Montserrat Caballé, dos divos unidos por Barcelona

Caballé Mercury

Caballé Mercury / ANTONI CAMPAÑÀ

Marta Cervera

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Mucho antes que empezaran los JJOO de Barcelona-92 tuvo lugar uno de los encuentros musicales más emocionantes y sorprendentes del siglo XX. Las olimpiadas barcelonesas contaron con un himno de excepción dedicado a la ciudad interpretado por dos divos, uno del rock, Freddie Mercury y otro de la ópera, Montserrat Caballé. El cantante británico falleció a causa del sida el año antes de que se encendiera el pebetero en el Estadi Olímpic. No pudo estar en la ceremonia inaugural.

Su última actuación fue precisamente cantando en Barcelona el famoso tema junto a su admiradísima Caballé la noche del 8 de octubre de 1988. El verano ambos habían puesto a prueba su química en directo con una actuación en el Ku Club de Ibiza, donde entusiasmaron a un público acostumbrado a ritmos discotequeros. Mercury era un apasionado de la isla donde era famoso por las fiestas que organizaba.

A priori la comunión entre la lírica y el rock parecía marciana pero la conexión entre ambos fue mágica

Este homenaje a la ciudad empieza con gran suavidad y armonía y acaba con un clímax grandioso. Se trata de una pieza luminosa, cargada de fuerza donde la pirotecnia belcantista de Caballé se funde con la genialidad de Mercury en un duelo singular donde ambos brillan.

A priori la unión de la lírica y el rock parecía marciana pero la conexión entre ambos fue mágica. 'Barcelona' es un tema que todavía hoy, 30 años después, emociona. Desde 2012 cuenta con una versión con orquesta, algo que de no fue posible realizar en su día por falta de tiempo y de los compromisos de Caballé. Aunque grabar el disco no fue sencillo el esfuerzo valió la pena. Ninguno olvidó aquella experiencia.

Para Mercury, autor de la letra y de la composición, grabar con su cantante preferida fue un sueño. Para Caballé, un salto a otra dimensión de la mano de un creador que la deslumbró con su enorme musicalidad, su talento y su capacidad para componer. El flechazo entre ambos surgió cuando se conocieron en el antiguo hotel Ritz barcelonés donde Mercury improvisó al piano. Más allá de himno olímpico, Barcelona se ha convertido en emblema de una ciudad, recuerdo de un encuentro histórico propiciado por los JJOO.

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