LOS 92 DEL 92

Derartu Tulu y Elana Meyer, dos campeonas contra el racismo en Barcelona-92

La vuelta de honor de las dos atletas tras la final de los 10.000 metros, completando la vuelta de honor cogidas de la mano, fue un mensaje de integración de gran potencia.

Derarte Tulu y Elena Meyer

Derarte Tulu y Elena Meyer

Eloy Carrasco

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El espíritu conciliador de los Juegos Olímpicos experimentó en Barcelona una de sus mayores manifestaciones el 7 de agosto de 1992. Aquella tarde, la vuelta de honor de dos atletas cogidas de la mano y compartiendo la gloria puso gafas a muchas miradas racistas. Una de aquellas mujeres era Derartu Tulu, etíope negra, y la otra, Elana Meyer, sudafricana blanca.

Disputaban la prueba de los 10.000 metros y, a falta de una vuelta, la etíope rebasó a todas sus rivales y cruzó la meta cinco segundos antes que la sudafricana. De un modo espontáneo, exhaustas y felices ambas, se dieron un abrazo y luego completaron los 400 metros alrededor del estadio con sus alegres sonrisas, para todo el mundo y vía satélite: un mensaje universal antirracista de inmensa potencia.

Tulu, nacida en una aldea etíope en una familia de diez hermanos, dedicada al pastoreo y corredora por naturaleza, se convirtió en la primera africana que ganó una medalla de oro olímpica. Aquel hermanamiento con Meyer no fue un gesto menor. Sudáfrica llevaba tres décadas sin competir en unos Juegos, castigada por su apartheid, y su regreso era uno de los focos de atención en Barcelona-92.

Para entonces Nelson Mandela, el hombre que cambió la historia, llevaba un año y medio fuera de la cárcel –dentro había pasado 27– y ya se intuía que acabaría siendo presidente de un país marcado por la aberración de una política abiertamente racista. En Barcelona se dio cuenta de que el deporte sería una fuerza de gran ayuda para recomponer su patria; lo constató en 1995 con el Mundial de rugbi que ganó Sudáfrica como anfritrión y la carrera de 10.000 metros de Montjuïc fue un empujón para esa idea. Tulu, que volvió a ganar el oro en Sídney-2000, es una institución en Etiopía, igual que Elana Meyer en Sudáfrica. Su foto junto a Mandela preside su perfil de Twitter.