LOS 92 DEL 92

Juli Capella: los Juegos del 'disseny'

Juli Capella, en una imagen de archivo.

Juli Capella, en una imagen de archivo. / Elisenda Pons

Ernest Alós

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El 92 le cogió al arquitecto y hoy expresidente del FAD Juli Capella como activista y agitador del diseño; su carrera arquitectónica empezaría más tarde. El año antes, a sus 31 años, se había puesto al frente, en tiempos de Ferran Mascarell con la batuta de la cultura municipal, de la Primavera del Disseny, «el inicio –dice– de la apoteosis del diseño, de una efervescencia brutal».

¿Cual fue el papel del diseño en Barcelona 92? «Le dio, sin ninguna duda, un toque de modernidad, de estar a la última; se decidió que, radicalmente, toda imagen que diese la ciudad estuviese diseñada, frente a una tradición olímpica muy carrinclona. Como la ceremonia olímpica, por ejemplo. De aquello quedó una cosa intangible, que siempre son las mejores, la imagen de una ciudad fresca y creativa. Mucho más que el legado arquitectónico y urbanístico, que ha envejecido», concluye.

De la enumeración de cómo participó Capella en los Juegos, entonces con su socio en el campo del diseño gráfico Quim Larrea, se desprende qué significa que todo estuviese diseñado. «Éramos asesores del COOB’92 en lo que se llamó el Projecte Finestres: a quién encargar que todo lo que apareciese en la ventana de la televisión y ofreciese una imagen de Barcelona estuviese diseñado. Las vallas de los caballos, los peloteros, los podios, los magnesieros de los gimnastas, los prismas con los números de salida en la pista de atletismo, las sillas de los jueces... Participamos también en el proyecto Casa Barcelona, de la Olimpiada Cultural: una casa con 38 objetos diseñados expresamente para ponerlos en producción. Y finalmente en la exposición de las Drassanes Disseny Olímpic Barcelona 92, abierta al público durante los mismos días de los Juegos, donde se recogió absolutamente todo lo que se había diseñado: uniformes, tickets, merchandising, los diversos candidatos en el concurso de la mascota y su evolución, los uniformes, el libro de estilo de Trias... ¡Cosas que hoy sorprenderían, como que fueron los primeros Juegos en que se diseño el grafismo electrónico!»

Hasta las cajas, por supuesto la de la candidatura olímpica pero también incluso la que contenía el primer Cobi voluméticos, que se regaló al Rey y apareció en su mensaje de Navidad, tenían diseños específicos.