LOS 92 DEL 92

La ceremonia olímpica catapultó a La Fura dels Baus

La inauguración de los JJOO de Barcelona'92 supuso un antes y un después tanto para de la compañía catalana como para este tipo de espectáculos. La ceremonia encumbró al grupo que poco después entró en el mundo de la ópera.

Barco de la Fura dels Baus en la ceremonia de inauguración de las olimpiadas de Barcelona 1992.

Barco de la Fura dels Baus en la ceremonia de inauguración de las olimpiadas de Barcelona 1992. / La Fura dels Baus

Marta Cervera

Marta Cervera

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La ceremonia olímpica fue un evento único para La Fura dels Baus. El grupo de teatro formada por jóvenes de 20 años que revolucionó el teatro con montajes sorprendentes como 'Suz/o/Suz' (1985) y 'Noun' (1990) contó con el escenario más grande que jamás había imaginado: el Estadi Olímpic. En sus actuaciones los performers se movían en espacios sin butacas ni cuarta pared: el espectador no sabía nunca qué podía pasar. Les gustaba arriesgar y experimentar. ¿Quién mejor que ellos para sorprender en la ceremonia de inauguración? La Fura dels Baus diseñó un espectáculo singular, que conectaba la modernidad de aquella Barcelona del 92 con la historia mitológica sobre la fundación de Barcelona donde aparecía desde un coloso autómata, una hidra y un barco surcando un inmenso mar mediterráneo cuyas olas azules y plateadas surgían del un vestuario en movimiento que manejaban 3.500 voluntarios. Una coreografía impresionante a ritmo del compás que marcaba la música creada por Ryuichi Sakamoto "El barco representaba la humanidad y los problemas a los que se enfrentaba también aparecían: el toro simbolizaba la guerra, que entonces estaba muy cerca de Europa, en los Balcanes; la hidra, la contaminación y el erizo, el virus. En aquella época se temía el sida, hoy tenemos el covid", comenta Carlus Padrissa, que pilotó el espectáculo junto a Àlex Ollé. 

"La ceremonia de inauguración fue nuestra oportunidad para entrar en el mundo de la ópera"

"La ceremonia de inauguración fue nuestra oportunidad para entrar en el mundo de la ópera. El director musical Josep Pons y el director del festival de Música y Danza de Granada [Alfredo Aracil], pensaron tras ver la ceremonia que si éramos capaces de mover a tanta gente y trabajar con grandes escenografías también podríamos hacer ópera y nos ofrecieron montar la cantata 'La Atlántida', de Manuel de Falla", explica Ollé.

Las olimpiadas catapultaron a La Fura que recibió encargos de todas latitudes, no solo con la ópera, también para crear montajes de grandes dimensiones al aire libre como 'L' home del Mil.leni' (1999). "La ceremonia marcó un antes para La Fura pero también en este tipo de eventos".