EL PERIÓDICO recuerda los Juegos de Barcelona-92 con un suplemento olímpico

A las 22.38 horas del 25 de julio de 1992, Antonio Rebollo lanzó su flecha certera para encender el pebetero del Estadio Olímpico Lluis Companys. Es el momento de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, el inicio de 15 días en que se visualizó el trabajo que algunos habían empezado cinco años antes, otros incluso hacía más, y que sirvieron, hasta su clausura el 9 de agosto, de inflador de un orgullo colectivo como no se había vivido ni se ha vuelto a vivir otra vez. Orgullo porque las cosas salieron de fábula, porque nada se torció, porque la ciudadanía comprobó que esta ciudad y este país era capaz de organizar un acontecimiento complicado y de alcance mundial de forma eficiente, que había motivos para liberar complejos.

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Multimedia: Los 92 del 92

De ello se cumplen 30 años y en EL PERIÓDICO conmemoramos la onomástica con un suplemento de papel repleto de entrevistas y perfiles de todos los protagonistas de aquella cita olímpica que se publicará este domingo, 24 de julio con el ejemplar del diario. Los 92 del 92, les llamaríamos. Políticos que se pusieron de acuerdo para una causa común, arquitectos que levantaron instalaciones vitales, urbanistas que cambiaron la fisonomía de la ciudad, artistas que contribuyeron a dar fuerza al evento, periodistas que pusieron voz rotunda y precisa a las competiciones, voluntarios que fueron las palancas que engrasaron el día a día, gestores que invirtieron los mejores años de sus vidas para que funcionaran todos los resortes de la organización y, por supuesto, los deportistas que sudaron y disfrutaron de la gloria por la que tanto se entrenaron.

Los 92 personajes irán apareciendo en la web a partir de este lunes, 25 de julio, hasta el 9 de agosto. Cada día se publicarán un lote de cinco o seis de estos protagonistas que iluminaron con su esfuerzo y talento los 15 días en que Barcelona se puso más seductora que nunca. Han pasado 30 años y aún se acuerdan de todo aquello con la sonrisa feliz con que se evocan las cosas bonitas.