Mijail Khlopov no disimula su satisfacción al rememorar cómo se ha convertido en uno de los artífices que han posibilitado, en este arranque de siglo, el sueño que la URSS persiguió sin éxito durante décadas. Como director del koljós Rassvet (Amanecer) este hombre campechano, amante de la cocina casera que se sirve en la cantina de esta explotación agrícola todavía con nombre y estética soviéticas, es uno de los empresarios agrícolas que han contribuido a que Rusia, en esta segunda década del siglo XXI, ocupe el primer lugar entre el grupo de países exportadores de trigo, superando incluso a EEUU, Canadá o la UE.

Trigo: el 17,7% de las exportaciones mundiales proceden de Rusia.

Trigo: el 17,7% de las exportaciones mundiales proceden de Rusia.

Los números sonríen a los 35 accionistas de Rassvet, explotación agrícola privatizada en los años 90, en acusado contraste con lo que sucedía aquí mismo hace solo unas décadas, en los tiempos en los que la ineficacia del campo se erigió en uno de los factores que precipitaron la desmembración del Estado soviético.

"En los últimos 10 años, la acumulación del capital se ha multiplicado por tres", se ha incrementado la productividad de los terrenos, pasando de "tres toneladas a cinco toneladas por hectárea", y se ha aumentado la superficie cultivada hasta ocupar el "99%" de los terrenos arables, enumera Khlopov. "En poco tiempo empezaremos a talar esos árboles para cultivar la tierra", presume, señalando un pequeño bosque el horizonte.

El negocio va viento en popa, como lo demuestra que en Rassvet se haya comenzado a cultivar "colza, girasoles, maíz y hasta soja", al margen del tradicional trigo, destaca el empresario. El lugar incluso atrae a jóvenes buscando oportunidades, en contraposición con lo que sucede en Europa, donde el campo se despuebla. "Más de la mitad de nuestros trabajadores son jóvenes; si tienes un buen salario, si te construyen una casa, ¿para qué irte'?", se pregunta Khlopov.

Girasol: Rusia fue, en el 2020, el segundo productor mundial de semillas de girasol (12,7 millones de toneladas).

Girasol: Rusia fue, en el 2020, el segundo productor mundial de semillas de girasol (12,7 millones de toneladas).

Las estadísticas comerciales reflejan la bonanza que está viviendo el sector agrícola en Rusia, en particular en lo que respecta al trigo, producto básico en la cesta de la compra de muchos países. Si en 1987, la URSS tenía que importar 26 millones de toneladas de trigo para satisfacer sus necesidades, en 2017 Rusia exportó más de 40 millones de toneladas. Desde 2016, el país ocupa la primera posición en la lista de principalmente exportadores, expulsando literalmente al trigo estadounidense "de Egipto y otros mercados de Oriente Próximo", señala Ghada Ahmed, investigadora asociada a la universidad norteamericana Duke y autora de numerosos estudios sobre el resurgir agrícola de Rusia y su implicación para la seguridad alimentaria de numerosos países.

¿Cómo es posible que una agricultura ineficaz, incapaz de alimentar a su población, se haya transformado en toda una superpotencia agrícola en un lapso de tiempo tan corto? "Es el cambio de una economía planificada no eficaz a una economía de mercado", responde Andrei Sizov, director ejecutivo de SovEcom, firma especializada en estudios de mercado agrícola en la región del mar Negro. "En primer lugar, el Gobierno dejó de ordenar a los campesinos qué producir, dónde hacerlo y a dónde venderlo; en segundo lugar, las exportaciones fueron legalizadas y los campesinos tuvieron acceso al mercado mundial, en tercer lugar, se estableció la propiedad privada de la tierra", especifica.

El empresario Khlopov sostiene que la tecnología también ha jugado un papel importante: "Las semillas se han mejorado, y gracias a nuestro propio instituto de investigación, hemos desarrollado simientes adaptadas a nuestras condiciones climáticas".

Maíz: con 11,4 millones de toneladas, Rusia fue el 13º productor.

Maíz: con 11,4 millones de toneladas, Rusia fue el 13º productor.

Por último, Ghada Ahmed, piensa que ha existido un impulso político del Gobierno para lograr que el país tenga "una fuerte posición comercial" en alimentos, además de en gas y petróleo, en un proceso que, según sus datos, ha contado incluso con la participación de los oligarcas de los hidrocarburos. "Si el país es potente comercialmente en alimentos, adquiere poder político y favorece la estabilidad económica interna: por ejemplo, el rublo se refuerza".

Al igual que sucede con materias primas como el gas y el petróleo, cuando un país se erige en el principal suministrador de trigo, ello tiene un efecto inmediato en la seguridad alimentaria del preceptor. Y las prácticas comerciales de las autoridades rusas, tendentes a establecer cuotas o tarifas a la exportación en cuanto asoma la inflación con el objetivo reducir el precio de este alimento para los consumidores locales, generan inquietud entre los expertos.

Cebada: Rusia lideró la producción mundial con 17 millones de toneladas.

Cebada: Rusia lideró la producción mundial con 17 millones de toneladas.

La seguridad alimentaria de numerosos países en Oriente Próximo, empezando por Egipto, se ha hecho "más complicada", advierte la académica Ahmed. "Cuando EEUU dominaba el mercado en la región, el factor principal era el precio, ahora la geopolítica hace que Rusia sea un suministrador menos fiable", continúa.

Si un país impone barreras a la exportación de trigo, "su precio mundial tiende a subir, por dos razones", explica Simon J. Evenett, profesor de la universidad suiza de Saint Gallen y experto en comercio internacional. "No es solo el efecto directo de la tasa, sino la incerteza que crea; los productos agrícolas son almacenables, y si el comprador cree que el mes siguiente el precio subirá, comprará este mes, generando una espiral al alza", aclara.

Avena: Rusia fue el mayor productor mundial (4,7 millones de toneladas) el año pasado.

Avena: Rusia fue el mayor productor mundial (4,7 millones de toneladas) el año pasado.

"La última vez que vimos estos ciclos inflacionistas fue en 2011", coincidiendo con la primavera árabe, circunstancia que empuja a muchos académicos a establecer un vinculo directo entre la subida en el precio del pan y la revuelta entonces. "La protesta fue presentada como un movimiento político, cuando en realidad fueron los estándares de vida su desencadenante", sentencia Evennet.

La deficitaria infraestructura rusa genera "cuellos de botella en la cadena del productor al mercado" y por consiguiente, incertidumbre, apunta Ghada. "El tren es ineficaz, y el transporte depende de los camiones y la carretera, menos fiable", apunta Ahmed. Además, las regulaciones fitosanitarias a los exportadores se aplican "de forma no transparente" y sin criterios objetivos, concluye.


Este reportaje se ha publicado en EL PERIÓDICO el 26 de noviembre de 2021

Textos:
Marc Marginedas / enviado especial en Riazan
Fotos:
Marc Marginedas / Ilya Naymushin
y Alexey Malgavko (Reuters)
Gráficos:
Ramon Curto
Ilustraciones:
Sunna Álvarez
Coordinación:
Rafa Julve