Tensión en el Báltico
La OTAN sospecha que el espionaje ruso usa los restos del 'Estonia', un ferry hundido en 1994 con 852 personas

Secretario General de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) / Europa Press/Aaron Schw

La OTAN tiene sospechas de que Rusia está utilizando los restos del ‘Estonia’, el ferry hundido en aguas de Finlandia en 1994, como base de operaciones para el espionaje submarino en el Báltico. Se trata de una zona de exclusión para el submarinismo, por respeto a los 852 muertos en la mayor catástrofe marítima de Europa desde el fin de la II Guerra Mundial.
Rusia estaría vulnerando el preceptos del respeto a esas víctimas y colocado en el casco del barco hundido sus sensores y otros aparatos para la observación de la zona, según informaciones de las televisiones públicas alemanas WDR y NDR, así como del diario ‘Süddeutsche Zeitung’.
El recuerdo del ‘Estonia’ es un trauma para los ciudadanos nórdicos. El ferry se hundió en medio de una tempestad la madrugada del 28 de septiembre de 1994, cuando cubría el trayecto entre las capitales de Estonia y Suecia, Tallin y Estocolmo. Viajaban más de 900 personas a bordo. Muchos de los cadáveres de las víctimas siguen desaparecidos. Los restos del barco están a unos 35 kilómetros de la isla finlandesa de Utö y a 80 metros de profundidad. Tienen rango de ‘cementerio’. Ahí quedó, tras romperse la rampa de la proa, supuestamente debido al fuerte oleaje.
La zona es de exclusión para toda actividad submarina, tal como acordaron los gobiernos de Suecia, Estonia y Finlandia, un año después de la catástrofe. Se trataba de respetar el reposo de las víctimas. Pero, según esos medios, el departamento de espionaje ruso conocido por GUGI -o Dirección Central de Investigación de Aguas Profundas- lo utiliza como base de entrenamiento para sus operaciones y deposita ahí sensores y aparatos de espionaje.
La OTAN tiene constancia de estos movimientos, afirman dichos medios alemanes. Y varios miembros de la Alianza Atlántica han recibido información acerca de la presencia de aparatos de gran precisión, drones y robots. Los aliados occidentales han ido reforzando su presencia en la región báltica desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, en 2022.
El GUGI existe desde la década de 1960 y no depende de la Marina, sino del ministerio de Defensa ruso. Se le atribuyen no solo operaciones de espionaje, sino también de sabotaje en infraestructuras submarinas y gasoductos.
Las informaciones de estos medios alemanes se suman a otras difundidas a principios de octubre por la televisión pública noruega NRK sobre la presencia de dos buques espía rusos maniobrando en zigzag en aguas del Ártico. Supuestamente estaban siguiendo las operaciones de barcos de la marina alemana que operan en aguas noruegas.
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