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Lucha a dos

Irlanda celebra elecciones presidenciales con la candidata apoyada por el Sinn Féin como gran favorita

Catherine Connolly, quien ha mantenido un discurso crítico con la OTAN y con Israel, parte como gran favorita con hasta 19 puntos de ventaja sobre su rival, la candidata de centroderecha Heather Humphreys

La candidata apoyada por el Sinn Féin Catherine Connolly y del Fine Gael, Heather Humphreys, durante un debate de la campaña electoral.

La candidata apoyada por el Sinn Féin Catherine Connolly y del Fine Gael, Heather Humphreys, durante un debate de la campaña electoral. / NIALL CARSON / DPA / EUROPA PRESS

Lucas Font

Lucas Font

Londres
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Irlanda acude este viernes a las urnas para elegir a la nueva presidenta del país. Las encuestas sitúan a Catherine Connolly, la candidata apoyada por el Sinn Féin y por las principales fuerzas de izquierdas, como gran favorita con hasta 19 puntos de ventaja sobre su rival, la exministra Heather Humphreys, respaldada por el partido de centroderecha Fine Gael. Los errores de sus rivales en la campaña, el hartazgo de la población en asuntos como la vivienda o la inmigración y la capacidad de atraer a los votantes más jóvenes a través de las redes sociales han abierto las puertas de la presidencia a Connolly a pesar de los ataques de sus detractores, quienes han llegado a compararla con el exlíder del Partido Laborista británico Jeremy Corbyn. 

La campaña de Connolly, diputada independiente y exvicepresidenta del Parlamento, ha ido de menos a más en los últimos meses. Comenzó con el apoyo de dos partidos minoritarios de izquierdas, pero poco después consiguió el respaldo del Partido Laborista (su antiguo partido) y de los nacionalistas del Sinn Féin (durante años el brazo político del IRA), quienes optaron por no presentar a su propio candidato. Su perfil independiente y combativo ha logrado una extraña unidad en la izquierda irlandesa y le ha dado un empujón en las últimas semanas ante un electorado que parece inclinarse por un contrapeso a la coalición de Gobierno, formada por el centrista Fianna Fáil, el Fine Gael y los Verdes.

Connolly ha mantenido un discurso muy crítico con el papel de Israel en Gaza y con el aumento del gasto en defensa y las contribuciones a la OTAN. "Tenemos mucho que perder si nos unimos a los grandes y decimos que la guerra es la solución. La guerra no es la solución", aseguró el pasado septiembre. A pesar del papel institucional asociado al cargo de presidente de la república, sus rivales han mostrado preocupación por el posible impacto que este discurso puede tener en las relaciones con la Alianza Atlántica y con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump

Desgaste del Gobierno

La candidata izquierdista se ha beneficiado del desgaste de los dos principales partidos de centroderecha en el Gobierno, los cuales han sido incapaces hasta ahora de apaciguar la creciente ola de descontento en el país provocada por las dificultades para acceder a una vivienda y por la llegada de refugiados. Un descontento que se ha podido constatar en los últimos días en Dublín, donde grupos violentos se han enfrentado a la policía tras salir a la luz una presunta agresión sexual a una niña de 10 años por parte de un solicitante de asilo.

La falta de soltura de su rival en los debates y la retirada del candidato del Fianna Fáil, Jim Gavin, a pocos días de los comicios por un escándalo relacionado con el alquiler de una vivienda de su propiedad, han impulsado todavía más a Connolly, quien según una encuesta publicada este miércoles por el diario Business Post obtendría un 44% de los votos frente al 25% de Humphreys, sin contar a los votantes todavía indecisos. A pesar de la clara ventaja, casi la mitad de los electores aseguran no sentirse representados por ningún candidato, algo que ha elevado la preocupación por una baja participación y que ha puesto en evidencia la falta generalizada de interés de los irlandeses por su clase política.

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