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Guerra de Ucrania

¿Por qué Trump no quiere ahora reunirse con Putin? Las razones que han 'pospuesto' la cumbre de Budapest

Analistas y filtraciones de prensa apuntan que mientras el presidente ruso sigue exigiendo la cesión del Donbás, el de EEUU ha asumido la exigencia europea y ucraniana de que las líneas de frente se queden donde están

Archivo - Vladimir Putin y Donald Trump.

Archivo - Vladimir Putin y Donald Trump. / EP

Marc Marginedas

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Barcelona
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"No quiero perder el tiempo", dijo el martes, en tono despectivo, Donald Trump, cuando los periodistas le preguntaron acerca del inminente, luego cancelado, encuentro de Budapest con su homólogo ruso, Vladímir Putin. Y es que, tras la llegada del magnate neoyorquino a la Casa Blanca, las otrora reverenciadas y mediáticas cumbres entre las dos superpotencias nucleares, que durante la Guerra Fría del siglo XX se preparaban con meticulosidad y mediante una pléyade de reuniones previas de funcionarios, expertos y 'sherpas' de ambos bandos, en una atmósfera presidida por la corrección y la cortesía diplomática, se asemejan ahora más a una transacción inmobiliaria a cara de perro, o mejor, a una negociación entre tiburones empresariales, con desplantes, salidas de tono, faroles y actos teatrales, habituales de este tipo de tratos.

Pero, más allá de lo escasamente ortodoxo que resulta la situación, una realidad trasluce, según se deduce de las filtraciones periodísticas y de los análisis de expertos. Trump se ha plantado, ha trazado una línea roja a Putin y se niega a negociar siguiendo los estándares del Kremlin; más bien lo contrario: asume los principios de la UE y Ucrania, al aceptar que no puede producirse ningún intercambio o cesión de territorio, ya que ello supondría 'recompensar' de alguna forma la invasión. La demarcación --que no frontera-- que separe en el futuro la Ucrania libre bajo control del Gobierno de Kiev, y la ocupada por las tropas rusas, debe trazarse siguiendo la línea de frente actual en el momento en que pueda declararse un alto el fuego.

Filtración a Reuters

Ello quedó meridianamente claro cuando dos altos funcionarios estadounidenses filtraron a la agencia Reuters un comunicado privado enviado desde Rusia en el que se estipula la exigencia de ceder la totalidad del Donbás. Dicha demanda es imposible de satisfacer para la parte ucraniana, según advierten los analistas, pese a que el territorio está compuesto por dos provincias, y la primera, Lugansk está ocupada en su totalidad por Moscú, mientras que la segunda, Donetsk, se halla bajo el control de Moscú en un 75%.

"Las concesiones tendrían muchas implicaciones para la seguridad de Ucrania y del planeta" ya que "sentarían un precedente que legitimaría las capturas de territorio de un país extranjero por la fuerza", recuerda el analista internacional Joshua Keating en la web estadounidense Vox. Además, continúa la misma fuente, la pequeña porción del Donbás que aún controla Ucrania reviste "una gran importancia estratégica" ya que incluye el denominado 'corredor fortaleza', "una línea de 50 kilómetros" que incluye cuatro ciudades de cientos de miles de habitantes y varias poblaciones "en las que Ucrania lleva construyendo durante más de una década posiciones fortificadas" que Rusia no ha podido superar.

Nada se ha roto por ahora

A juzgar por las filtraciones de prensa, la última reunión de Washington entre Zelenski y Trump muy probablemente versó sobre este tema, con el ucraniano explicándole mediante mapas que semejante cesión era imposible para la parte ucraniana, incluso a cambio de que Rusia se retirara de territorios tan ansiados para Kiev como las provincias de Zaporiyia y Jersón, lo que en principio incluiría la central nuclear objeto siempre de preocupación internacional. Pero, a pesar de las presiones de Trump para que cediera a las demandas rusas, pese a los gritos y los malos modos que presidieron la reunión, Zelenski cantó finalmente victoria: su interlocutor no logró doblegarle el brazo. "Después de dos horas de discusión, su mensaje fue positivo: estamos donde estamos en la línea de frente", declaró el mandatario ucraniano con satisfacción desde Kiev días después del encuentro.

Este aplazamiento no significa en ningún caso que las negociaciones hayan muerto, se hayan roto o que no exista un armisticio a la vista a medio plazo que logre poner fin a una guerra que ha causado cientos de miles de muertos y graves daños a ambos países. "Ni Trump ni Putin presentaron fechas concretas; ¡no podemos posponer lo que no ha sido convocado!", espetó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. "Nos aguardan días graves", adelantó Peter Szijjarto, ministro de Exteriores de Hungría, supuesto país anfitrión de la cumbre.

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