Negociaciones de paz
La UE llama a aumentar la presión sobre Putin, no Ucrania, de cara a una posible reunión con Trump
Bruselas no cuestiona las intenciones del presidente de Estados Unidos pero recuerda que Rusia es el agresor

La Alta Representante para Política Exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, en la rueda de prensa tras la reunión de ministros de Exteriores de la UE. / FRANCOIS LENOIR // EUROPEAN COUNCIL

Aumentar la presión sobre Ucrania para que ceda territorio ante Rusia no solo no es una buena estrategia para Kiev, sino que podría tener consecuencias para Europa, cuya seguridad está en juego en unas posibles negociaciones de paz entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el estadounidense, Donald Trump, que podrían verse las caras próximamente en Hungría.
Esa es la postura de los europeos, que no cuestionan las intenciones de Trump, pero le mandan varios recados: Rusia es el agresor, no puede hacer un acuerdo de paz sin Ucrania, y es sobre Putin, no Kiev, sobre quien hay que aumentar la presión. "No debemos olvidar que Rusia es el agresor y Ucrania la víctima en este caso. Por lo tanto, presionar a Ucrania como víctima no es el enfoque adecuado", ha dicho la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, en una rueda de prensa este lunes tras reunirse con los ministros de Exteriores del bloque.
Kallas ha advertido que apretar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que ceda territorio a Rusia —tal y como informa el 'Financial Times' que Trump habría hecho—, no solo va en detrimento de Kiev, sino de Europa y el mundo. "Si cedemos para que Rusia consiga lo que quiere, veremos más casos como este", ha dicho la estonia.
Reunión Putin-Trump
Los europeos evitan enfrentarse o contradecir a Trump públicamente. Buena parte de los ministros han apoyado los esfuerzos del presidente de Estados Unidos en busca de un acuerdo de paz, a pesar de la presión del presidente sobre Zelenski. Pero en Bruselas preocupan los cambios de postura del republicano, su falta de consistencia, y las consecuencias de una reunión en Budapest. Una reunión en la que, en principio, el único representante europeo sería Viktor Orbán, cuya postura está enormemente alejada de la del resto de los Veintisiete, como anfitrión.
Para el ministro de Exteriores lituano, Kestutis Budrys, apoyar la labor de Trump y criticar la reunión no está reñido. "Debemos mantener los principios de Europa que todos acordamos, y el único lugar para Putin en Europa está en La Haya, ante el Tribunal, no en ninguna de nuestras capitales", ha dicho Budrys. Para su homólogo holandés, David Van Weel, lo importante es que se sienten a la mesa.
El francés Jean-Noël Barrot ha valorado positivamente el encuentro pero también ha criticado la reunión en territorio europeo. "Es útil que las autoridades estadounidenses puedan continuar sus intercambios y conversaciones con las autoridades rusas. Pero seamos claros, la presencia de Vladímir Putin en el territorio de la Unión Europea sólo tiene sentido si permite acordar un alto el fuego inmediato e incondicional", ha dicho el ministro. "Siempre apoyamos los esfuerzos del presidente Trump para poner fin a la guerra, pero Putin solo negociará seriamente si cree que está perdiendo", ha advertido Kallas. "Ucrania está dispuesta a un alto el fuego incondicional desde febrero, pero Rusia no tiene un interés genuino en la paz", ha añadido.
Sanciones
Para aumentar la presión sobre el Kremlin y que la guerra salga cada vez más cara a Putin, los Veintisiete tratan de buscar un acuerdo para un nuevo paquete de sanciones. "Las guerras terminan cuando una de las partes se queda sin dinero y por eso estamos imponiendo sanciones", ha dicho Kallas, argumentando que la economía rusa se ha visto mermada por estas medidas.
Ese paquete pone en el punto de mira las importaciones de gas natural licuado o las criptomonedas, además de ampliar la lista de barcos de la llamada 'flota fantasma' que Rusia utiliza para evadir las sanciones. En este sentido, Kallas ha explicado que ha creado la figura de un enviado especial que recabe buenas prácticas entre los países europeos sobre cómo luchar efectivamente contra este fenómeno.
La estonia espera poder cerrar un acuerdo para las sanciones lo antes posible, mientras trabaja en paralelo en un nuevo paquete para seguir aumentando la presión. "Creo que estamos sobreestimando el poder de Rusia y subestimando nuestro propio poder para resistir más que Rusia", ha subrayado Kallas, llamando a aumentar la presión sobre el Kremlin.
Ayuda a Kiev
Para el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, lo que tienen que hacer los europeos es preguntarse qué pueden hacer. "Lo que nosotros podemos hacer es seguir entregando una ayuda fiable, permanente, predecible a Ucrania", ha dicho Albares antes de la reunión en Luxemburgo. De hecho, la otra cuestión por resolver –y que estará previsiblemente en la mesa de los líderes que se reúnen el próximo jueves en Bruselas– es el uso de los activos congelados rusos para aumentar el apoyo económico a Ucrania.
Según Kallas, el apoyo en el Consejo para definir las modalidades legales y fiscales que permitan hacer uso del dinero es amplio. Aunque Bélgica, el país en el que se encuentran buena parte de esos activos, se sigue resistiendo. "El préstamo de reparación puede enviar un mensaje muy poderoso a Moscú de que no puede vencernos", ha subrayado.
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