Las manifestaciones en apoyo a la flotilla de Gaza desbordan Italia

Un tsunami de personas, inédito en años, se ha volcado este viernes a la calle en más de 100 ciudades italianas, en el tercer día consecutivo de protestas ciudadanas en este país por el asalto israelí a la flotilla Global Sumud y por lo que consideran una actitud de "complicidad" del Gobierno de Giorgia Meloni con la guerra de Israel contra Gaza. Tan solo en Roma, epicentro de la rabia popular, donde se ha celebrado la marcha principal —también apoyada por sindicatos y diversas organizaciones no gubernamentales—, miles de personas se han reunido desde muy temprano portando carteles de "Respeten su existencia, o espérense resistencia" y "Basta genocidio", pero también "Meloni dimite".

No obstante, las manifestaciones, esencialmente pacíficas, han logrado superar todas las expectativas con marchas multitudinarias también en Milán, Nápoles, Venecia, Florencia, Palermo, Turín y Bolonia, donde centenares de miles de personas se han congregado durante horas para expresar su solidaridad con la población palestina. De igual manera, las banderas palestinas han ondeado en diversas universidades ocupadas y carreteras de todo el país —incluso, en algún caso, autopistas—, algunas de las cuales han tenido que ser cortadas a la circulación, lo que ha creado caos en el tráfico vehicular.

Además, en ciudades como Roma, Bolonia, Florencia, Turín y Catania, la movilización ha ocasionado asimismo la cancelación de diversos vuelos y trenes, a la vez de que se han producido bloqueos en los puertos de Nápoles y Livorno, dos de los más importantes del país. En paralelo, diversos programas y los informativos diarios de RAI 3, el canal tradicionalmente más inclinado a la izquierda de la televisión pública italiana, también quedaron suspendidos después de que sus periodistas decidieran cruzarse de brazos.

Estallido

Organizaciones como Amnistía Internacional y Emergency, además de otras asociaciones de promoción social que trabajan en Italia, también se han unido a la movilización, que ha logrado aglutinar también desde grupos feministas y ecologistas hasta profesores de liceos, pacifistas y sindicatos grandes y pequeños de trabajadores de distintos gremios. Tanto así que el eco de la protesta se ha oído incluso en otras ciudades europeas —Madrid, Barcelona, Berlín, Bruselas y París—, donde colectivos de italianos expatriados también se han manifestado, sumándose así a los dos millones de personas que participaron en Italia, según cifras del sindicato CGIL, el principal del país (396.400, según el ministerio de Interior).

Los ciudadanos han salido a la calle a pesar de que el jueves la Comisión de Garantía de las Huelgas, un ente estatal consultivo que vela por el correcto ejercicio de este derecho, declaró el paro como "ilegítimo" por falta de preaviso, ya que fue convocado apenas dos días antes. "La agresión contra las naves civiles que transportaban ciudadanos italianos representa un hecho de gravedad extrema, un golpe al orden constitucional que impide una acción humanitaria y solidaria hacia la población palestina, sometida por el gobierno israelí a una verdadera operación de genocidio", fue el comentario del sindicato CGIL, al rechazar retirarse de la protesta.

Por el contrario, la protesta ha sido fuertemente criticada por todo el Gobierno italiano, especialmente por Matteo Salvini, ministro de Infraestructuras, y por la primera ministra Meloni. "No les interesa la paz, solo no trabajar todo el fin de semana", llegó incluso a afirmar la mandataria, encendiendo así aún más la rabia de los manifestantes. Otro detonante, esto último, de unas protestas masivas que, según algunos analistas, no se veían en Italia desde hace veinte años.

En tanto, las iniciativas para presionar a Israel continúan. En concreto, según medios italianos, una nueva flotilla de 11 naves, que ha ido zarpando en los últimos días de distintos puertos y se está reuniendo en Creta (Grecia), ya estaría de camino a Gaza.

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