Competición tecnológica

De Londres a Barcelona: las ciudades que compiten para ser el Silicon Valley de Europa

Los rankings y estudios sobre 'ciudades techy' señalan las urbes candidatas a convertirse en las mayores concentraciones de talento e innovación del continente

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La icónica noria London Eye cumple 25 años / HENRY NICHOLLS / AFP

Carles Planas Bou

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Barcelona
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Si fuese un país, Silicon Valley sería uno de los más ricos del mundo. El mitificado valle californiano, hogar de gigantes como Apple, Meta o Google, ha construido durante el último siglo su estatus como meca de la industria tecnológica y epicentro global de la innovación. A lo largo de 4.800 kilómetros cuadrados, esta peculiar región al sur de la bahía de San Francisco, en Estados Unidos, concentra cientos de grandes empresas, más de 40.000 start-ups, casi medio millón de ingenieros y un volumen de negocio tan abultado que cuesta de imaginar.

Esa historia de éxito y poder económico ha convertido al valle, bautizado en honor al silicio con el que se fabrican los microchips, en un modelo que todo el mundo quiere replicar. También en Europa, donde el ecosistema tecnológico no ha parado de crecer, consciente de la importancia de hacerse un hueco en un mercado crucial para la competición global. Cada vez más ciudades y regiones del Viejo Continente se venden como la Silicon Valley europea o como el nuevo Palo Alto.

Sea o no acertada la analogía, estos son los centros urbanos que, según los rankings de la firma Startup Genome, la plataforma StartupBlink y el fondo de capital riesgo Sequoia Capital, cuentan con un ecosistema tecnológico más potente.

Si hay una ciudad europea que podría tratar de competir con Silicon Valley esta es Londres, el mayor centro tecnológico de Europa. Su robusto ecosistema empresarial, con una innovación y una presentación de nuevas patentes especialmente elevada, está valorado en unos 617.500 millones de euros.

La capital británica cuenta actualmente con el mayor número de start-ups tecnológicas del continente, con unas 19.000, una densidad superior a la del valle californiano. También alberga hasta 67 unicornios —empresas emergentes que alcanzan o superan una valoración de 1.000 millones— y emplea a 1,64 millones de personas, de las cuales casi 270.000 son ingenieros.

Londres, hogar de gigantes como Vodafone o BAE Systems, ha alumbrado tres de las 10 compañías tecnológicas europeas más valiosas fundadas desde 1990. La empresa de gestión de dinero electrónico Wise, fundada por emprendedores estonios, la fintech Revolut y el banco digital Monzo Bank.

No obstante, el protagonismo del Reino Unido también se debe a Cambridge, cuna de la diseñadora de semiconductores Arm, una de las grandes tecnológicas europeas. La ciudad y su periferia se han consolidado como el clúster científico y tecnológico más intensivo del mundo y el principal centro de start-ups del continente. En total, alberga 25.912 empresas con un volumen de negocios de unos 61.321 millones y con 220.279 empleados, según Cambridge Ahead. Eso hace que también sea conocida como Silicon Fen, analogía con el valle californiano que hace referencia a las marismas y pantanos del este de Inglaterra (conocidas como Fens o Fenlands).

Cambridge, el clúster científico-tecnológico más intensivo del mundo.

Cambridge, el clúster científico-tecnológico más intensivo del mundo. / Clúster de Cambridge

Así como Silicon Valley creció alrededor de la Universidad de Stanford, el clúster de Cambridge debe gran parte de su atractivo a la Universidad de Cambridge, hogar de grandes nombres del conocimiento científico como Charles Darwin, Alan Turing o Stephen Hawking. Este centro universitario es el cuarto mejor del mundo según la Clasificación de Shangái y el sexto en estadística e ingeniería mecánica. La Universidad de Oxford, también a poca distancia de Londres, es la sexta mejor del mundo, la tercera en matemáticas y la decimotercera en ciencias computacionales.

El segundo hub tecnológico europeo es París. La capital francesa alberga más de 8.300 start-ups y 38 unicornios, un ecosistema empresarial valorado en más de 185.200 millones de euros. El fuerte apoyo público y privado a investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) ha permitido que la conocida como ciudad de la luz multiplique por 5,3 el valor combinado de sus empresas emergentes entre 2017 y 2024, creciendo a un ritmo superior al de Londres (4,2), según la firma Dealroom.

París quiere posicionarse como capital europea de la IA. Solo en los últimos seis meses, ha acogido la Cumbre de Acción sobre la Inteligencia Artificial, ha anunciado la apertura de un Centro Europeo de Excelencia en IA y ha sido elegida por el gigante Nvidia y por Emiratos Árabes Unidos como sede del que será el mayor centro de datos del continente. En ese megaproyecto también participará Mistral AI, la emergente compañía francesa que quiere plantar cara a OpenAI, Google o Meta. La financiación de esta tecnología ya representa el 27% del capital total recaudado en 2024.

La capital francesa cuenta con Station F, el mayor campus de start-ups del mundo. Desde su apertura en 2017, esta incubadora y aceleradora ha apoyado a más de 8.000 empresas de nuevo cuño. Su primer unicornio fue la estadounidense Hugging Face, también especializada en IA.

Station F, la incubadora y aceleradora de start-ups

Station F, la incubadora y aceleradora de start-ups de París. / Station F

También juega a su favor el campus de Paris-Saclay, un clúster empresarial que se autodefine como "el primer ecosistema de innovación de Europa". Este distrito de negocios concentra 71.000 empresas —gigantes tecnológicos como Google o Apple, automovilísticos como Renault o aeroespaciales como Airbus—, 428.000 profesionales, 360 laboratorios de investigación y más de 47 centros de innovación que albergan cerca de 400 start-ups.

París también cuenta con 19 universidades y 9 grandes ecoles —instituciones educativas de élite— que forman a 65.000 estudiantes. Entre ellas, destaca la Universidad Paris-Saclay, la doceava mejor del mundo en 2024 y la segunda en matemáticas, según la Clasificación de Shangái. Todo eso explica que la capital francesa sea también sede de VivaTech, el evento tecnológico más grande de Europa.

Los Países Bajos son la tercera potencia tecnológica europea y la vigésima del mundo. Eso se debe, en gran parte, a Ámsterdam, cuyo ecosistema está valorado en más de 201.000 millones de euros. La capital neerlandesa, cuna de grandes compañías como Booking.com o la plataforma de pagos Adyen, concentra actualmente 15 unicornios y unas 2.800 compañías emergentes que dan trabajo a 196.000 personas. También es el hogar de hasta un tercio de los centros de datos de Europa.

No obstante, la fuerza startupera naranja también reside en Eindhoven, región con un importante ecosistema de más de 300 empresas tecnológicas emergentes —conocido como Brainport Eindhoven— que se ubican en el High Tech Campus, una incubadora en la que universidades y centros de investigación se dan la mano con el sector privado.

La ciudad es conocida por ser la cuna de la multinacional tecnológica Philips, un gigante histórico especializado en productos de electrónica de consumo y de salud como bombillas o máquinas de afeitar que emplea aproximadamente a 67.200 personas en todo el mundo y cuya capitalización bursátil supera los 19.500 millones.

Brainport Eindhoven, uno de los principales focos de emprendimiento en los Países Bajos.

Brainport Eindhoven, uno de los principales focos de emprendimiento en los Países Bajos. / Brainport Eindhoven

No obstante, la joya de la corona neerlandesa es, sin duda alguna, ASML, fundada por Philips también en Eindhoven. Esta empresa, desconocida para el gran público, es el mayor proveedor mundial de los sistemas que permiten fabricar los semiconductores y el único capaz de dar forma a los microchips más avanzados. Dicho de otra forma, sin su compleja tecnología de fotolitografía no habría ni IA, ni smartphones, ni coches autónomos. La dependencia mundial de las máquinas de ASML explica que su valor se haya catapultado un 103% en los últimos cinco años y que su capitalización ya rebase los 266.000 millones de euros. Además, la región también cuenta con NXP Semiconductors, una destacada empresa de chips también creada por Philips que refuerza los paralelismos con el valle californiano.

Alemania tiene en Berlín la cuarta ciudad europea con un mayor ecosistema tecnológico, número 24 en la clasificación global. El de la capital alemana cuenta con más de 4.300 empresas emergentes y 27 unicornios como Zalando, Delivery Hero —propietaria de Glovo— o N26. En total, está valorado en casi 150.000 millones de euros.

Estocolmo (Suecia) ocupa la posición 31 en el ranking global gracias a un ecosistema empresarial con más de 2.500 start-ups, siete unicornios como Spotify o Klarna y valorado en más de 172.300 millones de euros. La capital sueca concentra la tercera mayor densidad de talento gráfico y de videojuegos de Europa, así como casi 47.000 ingenieros, muchos de ellos expertos en el desarrollo de aplicaciones.

La número 33 de la clasificación mundial es Zúrich (Suiza). Históricamente conocido por su banca, el centro financiero suizo se está haciendo un hueco en el panorama global de la innovación gracias a sus fintech y a que concentra la segunda mayor densidad de talento en IA del continente. Su ecosistema cuenta con 1.634 start-ups, solo dos unicornios y su valor supera los 43.200 millones.

Con Múnich, Alemania cuenta con dos ciudades en el top 50. La capital bávara ocupa la posición número 34 debido a un ecosistema que reúne ocho unicornios, casi 2.000 start-ups y cuyo valor alcanza los 76.500 millones. Con unos 40.300 ingenieros, la ciudad tiene la mayor concentración de expertos en robótica, drones y vehículos autónomos de Europa, lo que la ha situado como emergente potencia tecnomilitar. Cuenta, además, con dos de las 50 mejores universidades del mundo: la Universidad de Múnich (43) y la Universidad Técnica de Múnich (47), punteras en teledetección, biotecnología y tecnología médica.

La última ciudad europea que figura en el ranking mundial es Madrid, la número 40. La capital española cuenta con 52.600 ingenieros, la tercera mayor concentración de Europa solo por detrás de Londres y París. Actualmente, reúne a más de 2.500 start-ups, cuatro unicornios como Cabify y 79 aceleradoras. El valor de su ecosistema se cifra en 34.600 millones de euros.

Aunque no aparece en la clasificación global, otra localidad a tener en cuenta son Tallin (Estonia). Descrita como "una de las ciudades más avanzadas tecnológicamente del mundo", el ecosistema de la capital estonia cuenta con 1.136 start-ups y 10 unicornios y está valorado en 14.000 millones. La república báltica es, de hecho, el país con más start-ups per cápita del mundo, alrededor de una por cada 1.000 habitantes.

También es imposible hablar de la Silicon Valley europea sin mencionar Dublín. La capital irlandesa no solo es la sede europea de gigantes como Amazon, Microsoft, Google o Meta, donde se establecieron principalmente por su baja fiscalidad, sino que también cuenta con casi 2.100 start-ups, la mayoría de ellas fundadas durante la última década, un ecosistema cuyo valor asciende hasta los 106.700 millones.

Por último, aunque no menos importante, está Barcelona. Con más de 2.300 start-ups, 210 parques tecnológicos, 32 aceleradoras y cinco unicornios, la capital catalana cuenta con un dinámico ecosistema valorado en 34.500 millones de euros que supera a Madrid en financiación inicial y en valor de salida de sus start-ups. Además, tiene el Barcelona Supercomputing Center y el Mobile World Congress como reclamo. En total, emplea 34.600 ingenieros y tiene la mayor densidad de ingenieros móviles de Europa. Aunque no figura en el ranking de Startup Genome, la ciudad condal adelanta a Madrid en el que elabora la plataforma StartupBlink.

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