Día del orgullo

La comunidad LGTBIQ+ desafía la prohibición del Orgullo de Orbán con una gran manifestación en Budapest

La protesta contará con el apoyo de políticos y entidades de toda Europa, así como de una delegación catalana.

Collboni acudirá a la marcha del Orgullo de Budapest para "defender la democracia"

Foto de archivo de una manifestación del Orgullo LGTBIQ+

Foto de archivo de una manifestación del Orgullo LGTBIQ+ / El Periódico

ACN / Natàlia Segura / Esteve Vallmajor

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La comunidad LGTBIQ+ plantará cara a la prohibición del desfile del Orgullo por parte del gobierno ultra de Viktor Orbán con una gran manifestación este sábado en Budapest. Desafiando una nueva ley en Hungría que niega el derecho de protesta al colectivo y la amenaza de la extrema derecha, el alcalde de Budapest, el ecologista Gergely Karácsony, se arriesga a ir a la cárcel por acoger la marcha del Orgullo, que empezará a las dos del mediodía en el centro de la capital. Alcaldes, diputados y defensores de los derechos humanos de toda Europa, así como varios políticos catalanes y españoles, asistirán para mostrar su apoyo. “Eso también nos dará seguridad a nosotros”, asegura a la ACN Dorottya Rédai, directora de la Asociación de Lesbianas Labrisz.

El alcalde de Budapest ha advertido que el recorrido de la protesta podría sufrir modificaciones de última hora para evitar choques con las contramanifestaciones de extrema derecha, que han obtenido autorización policial, a diferencia del desfile del Orgullo.

Rédai admite que la situación sigue siendo “muy confusa” legalmente debido a los recursos judiciales y las discrepancias entre el Ayuntamiento de Budapest y el gobierno de Orbán. “El alcalde se la está jugando”, asegura. También los manifestantes se exponen a penas de hasta un año de prisión o multas de hasta 500 euros.

Orbán ha amenazado con emprender represalias legales contra los organizadores y asistentes, pero también ha advertido que la policía puede dispersar la manifestación. “Somos adultos y recomiendo que cada uno decida lo que quiere hacer, respete las normas… Y, si no lo hace, que asuma las consecuencias legales que eso conlleva”, ha expresado Orbán en declaraciones este viernes a la radio estatal húngara.

Preguntada por la reacción policial, la directora de Labrisz se muestra “optimista”: “No creo que la policía use cañones de agua o gases lacrimógenos porque será una protesta pacífica”. Está convencida, sin embargo, de que los ultras intentarán “provocarles”. Ella confía en la experiencia de los organizadores para resistir y mantener la marcha sin altercados. También en que la protesta sea masiva: más de 50.000 personas, según sus cálculos.

Prohibición del Orgullo

En 2020, la entidad que dirige Dorottya Rédai publicó un libro de cuentos de hadas reimaginados con personajes y temas sobre personas LGTBIQ+, que fue atacado por el gobierno de Orbán hasta el punto de aprovechar la ocasión para promulgar una ley que prohíbe la representación de personas LGBT en materiales escolares o programas de televisión dirigidos a jóvenes. Es la polémica ley de “protección de la infancia” con la que ahora se justifica la supresión del derecho a la protesta y que está en manos de los tribunales de la UE.

El 18 de marzo, el parlamento húngaro aprobó una modificación de la ley sobre el derecho de reunión para “prohibir las asambleas que vulneren” la ley de “protección de la infancia”. Es decir, las protestas o encuentros públicos del colectivo LGTBIQ+. Con la entrada en vigor de la nueva ley, las autoridades húngaras pueden utilizar tecnologías de reconocimiento facial para identificar a los manifestantes e imponer multas de hasta 500 euros a los participantes, que se arriesgan a delitos penales y hasta un año de prisión. Aprovechando la mayoría absoluta del Fidesz, el partido de Orbán, la cámara ratificó una reforma de la constitución para blindar la prohibición.

En un clima de represión homófoba, el Orgullo en Hungría nunca ha sido una celebración festiva “como si fuera un carnaval”, sino más bien una “manifestación por los derechos humanos”, explica Labrisz. Ya en los últimos años, la protesta ha ido creciendo debido a las políticas anti-LGTBIQ+, pero este sábado se espera que sea multitudinaria, a pesar de las amenazas.

Si bien el alcalde de Budapest, el político ecologista Gergely Karácsony, autoriza la protesta conforme a la normativa municipal, la policía la ha prohibido siguiendo órdenes del gobierno para aplicar la ley estatal. En cambio, las fuerzas policiales sí han permitido una manifestación de la extrema derecha el mismo día y en la misma zona del tradicional desfile del Orgullo de Budapest.

“El Orgullo es más que una marcha, es una celebración del amor, la diversidad, la igualdad y la libertad de ser uno mismo. En Hungría, esta libertad está siendo atacada. El derecho a la libre reunión es un pilar de la democracia, y el gobierno húngaro intenta convertirlo en algo opcional de forma peligrosa”, advierte Human Rights Watch en un comunicado.

Apoyo desde Catalunya

Decenas de políticos y representantes de entidades de derechos humanos de toda Europa han viajado a Budapest para apoyar al colectivo LGTBIQ+ de Hungría. Por ejemplo, Amnistía Internacional ha enviado unos 70 delegados de 17 secciones europeas.

Desde Catalunya, el Parlament ha enviado una delegación de diputadas: la vicepresidenta primera, Raquel Sans, y las diputadas Sara Jaurrieta (PSC-Units), Ennatu Domingo (Junts), Tània Verge (ERC) y Susanna Segovia (Comuns).

Junto con los alcaldes de París, Atenas o Ámsterdam, entre otros, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, asiste invitado por Karácsony. De esta manera, el socialista reafirmará “el compromiso de Barcelona en la defensa de los derechos humanos, las libertades individuales y los valores democráticos propios de los valores europeos”, afirma el Ayuntamiento en un comunicado.

Por parte del gobierno español, acudirán la vicepresidenta Yolanda Díaz y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que estarán acompañados por varios dirigentes de Sumar y los Comunes, como la exalcaldesa Ada Colau y el eurodiputado Jaume Asens.

El Parlamento Europeo enviará unos 70 eurodiputados, entre los que también estarán la socialista Iratxe García y la eurodiputada de Podemos Irene Montero.

Reacción de la UE

Bruselas finalmente ha enviado a la comisaria de Igualdad, Hadja Lhabib, quien el viernes compareció en rueda de prensa con el alcalde de Budapest y los organizadores del Orgullo, denunciando que el Fidesz “fomenta el odio” hacia el colectivo LGBTI, contradiciendo así los “valores de la UE”. “No podemos quedarnos pasivos ni tolerarlo”, afirmó la belga, que aún está decidiendo si participará o no en la protesta.

La Comisión Europea ha intentado dar un giro de última hora, ya que pretendía impedir que todos los comisarios asistieran a la protesta, tal como adelantó ‘Euractiv’. A finales de mayo, este medio aseguró que la oficina de la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, pidió a los miembros de su ejecutivo que no viajaran a Budapest por el Orgullo para no generar “tensiones internas” ni “provocar” a Orbán.

A medida que se acercaba la fecha de la protesta, Von der Leyen ha ido elevando el tono contra el líder húngaro hasta enfrentarse a él en las redes sociales. “Pido a las autoridades húngaras que permitan la celebración del Pride Budapest. Sin miedo a ninguna sanción penal o administrativa contra los organizadores o participantes”, reclamó Von der Leyen. En respuesta, Orbán instó a Bruselas a “abstenerse de interferir en los asuntos de aplicación de la ley de los Estados miembros, donde no tiene ningún papel que jugar”.

Con todo, la CE no quiere que la comisaria participe en la manifestación si está prohibida, para no escalar el choque con Orbán en un momento en que Bruselas intenta convencerlo para aprobar nuevas sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania.

La Comisión Europea ha llevado a Hungría ante el Tribunal de Justicia de la UE por la primera ley sobre “protección de la infancia” y no descarta abrir un procedimiento de infracción contra Budapest por la nueva ley, ya que considera que vulnera los derechos fundamentales, especialmente el de reunión y asociación. Un nuevo expediente que podría engrosar una lista de reproches por la deriva autoritaria de este país, que entró en la UE en 2004 comprometiéndose a respetar la Carta de Derechos Fundamentales del bloque. Entre ellos, el derecho de manifestación de todos los ciudadanos.