Referendos

Los italianos dan la espalda a una propuesta para flexibilizar la concesión de la ciudadanía a inmigrantes

Con el argumento prácticamente ausente en las televisiones y el Gobierno instando a la abstención, solo un 30% de los italianos con derecho a voto, unos 14 millones, acudieron a las urnas en los cinco referendos convocados para este domingo y lunes, un porcentaje insuficiente para que las consultas sean consideradas válidas

Referéndum en Italia

Referéndum en Italia / Europa Press/Contacto/Claudio Furlan

Irene Savio

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Roma
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Italia debía pronunciarse sobre ofrecer mayores garantías a los trabajadores. También debía decidir si flexibilizar su actual legislación para que las personas migrantes pudieran obtener la ciudadanía. Pero al final, la población solo ha mostrado desinterés. Con el debate prácticamente ausente en los medios de comunicación y con el Gobierno instando a la abstención, la participación en los cinco referéndums realizados este domingo y lunes (hasta las 15.00 horas) no ha alcanzado el 50%, por lo que han sido declarados inválidos.

De hecho, los números reflejan una clara derrota. Según el recuento del Ministerio del Interior italiano, la participación se ha situado en un 30%, con solo nueve de las 20 regiones superando ese umbral, entre ellas las regiones "rojas" de Emilia-Romaña y Toscana. Era lo previsto, y es lo que ocurrió.

De los cinco referéndums, el relativo a la ciudadanía era el de mayor trascendencia política, tanto a nivel nacional como europeo. Los italianos debían decidir si querían reducir de 10 a 5 años el período mínimo de residencia requerido para solicitar la ciudadanía italiana, lo que implicaba modificar una ley antigua y contradecir las restrictivas políticas migratorias que son una de las banderas políticas del Gobierno de Giorgia Meloni. Alrededor de un 65% votó a favor, aunque su voto ahora carece de validez.

El resto de las consultas proponía, entre otros asuntos, la readopción del derecho de los trabajadores a ser reincorporados en caso de despido improcedente, limitar el uso excesivo de contratos temporales y ampliar la responsabilidad de las empresas contratistas en caso de accidentes laborales. También en estos casos, entre el 89% y el 87% de los votantes se pronunciaron a favor de cambiar las legislaciones actualmente en vigor.

Llamada a la abstención

Meloni prácticamente alentó la abstención. Sin decirlo de forma directa, la primera ministra afirmó en los días previos que acudiría al colegio electoral pero que no tomaría la papeleta, con el objetivo de que los referéndums fracasaran. De este modo, ignoró incluso su supuesta preocupación —manifestada en el pasado— por la baja participación ciudadana en las elecciones.

Por su parte, la oposición volvió a mostrar sus debilidades. Sin una postura única, los principales partidos de izquierda, centroizquierda e izquierda sí pidieron a los ciudadanos ir a votar, pero no lograron consensuar una posición común sobre qué votar en unos referéndums impulsados por sindicatos y asociaciones civiles. El Partido Democrático (PD) apoyó todas las propuestas, mientras que los partidos centristas se opusieron y el Movimiento 5 Estrellas (M5S) no expresó postura alguna respecto al referéndum sobre la ciudadanía.

Las consultas, eso sí, ofrecieron el retrato actualizado del electorado italiano. Además del porcentaje (entre un 65% y un 89% de los 14 millones de votantes) que mostró su desacuerdo con las leyes actualmente en vigor (y posiblemente con el Gobierno de Meloni), destacó que las tasas más altas de participación se registraran en las grandes ciudades del centro y norte del país, especialmente en aquellas con una mayor presencia de inmigrantes y una alta proporción de personas con títulos universitarios, según ha informado la encuestadora YouTrend.

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