Elección en el Vaticano

¿Quién es el Papa nuevo? Así es Robert Francis Prevost Martínez, elegido nuevo Pontífice León XIV

Nuevo Papa, en directo: última hora de Francis Robert Prevost como nuevo Pontífice León XIV

Robert Francis Prevost, León XIV, nuevo Papa

Sara Fernández

Jose Rico
EFE
Barcelona
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El cónclave vaticano ha escogido al cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez como nuevo Papa León XIV, el pontífice número 267 de la Iglesia Católica. De 69 años, este sacerdote y misionero estadounidense que pertenece a la Orden de San Agustín y tiene cuenta en la red social X era muy cercano a su antecesor Francisco, tiene experiencia en Latinoamérica, habla español y ha trabajado casi 20 años en Perú como obispo de Chiclayo, una localidad de unos 600.000 habitantes. Como prefecto del Dicasterio para los Obispos, conoció de cerca la Curia. Su nombre era prácticamente desconocido en la Santa Sede cuando Francisco le designó en 2023, en una de sus grandes apuestas, jefe de los obispos de todo el mundo y de su comisión para Latinoamérica.

El nuevo Papa, que también tiene nacionalidad peruana, ha sido en los últimos años un estrecho colaborador del difunto Papa y entró a su estilo, discretamente, en la lista de 'papables' para este cónclave, como un 'outsider' en medio de otros grandes nombres. Su talante moderado le posiciona como puente entre las facciones conservadora y reformadora de la iglesia y su vasto conocimiento de América le ha valido el respaldo de los cardenales del sur y del norte del continente, muchos de los últimos críticos con Francisco.

De Chicago a Perú

Prevost nació en 1955 en Chicago y su carrera eclesiástica comenzó con el noviciado agustino de Saint Louis donde, en 1981, asumió sus votos. Luego llegarían los estudios en Teología y un viaje de juventud a Roma para estudiar Derecho Canónico. Tras ordenarse sacerdote en 1982, con 28 años, fue enseguida enviado al que se convertiría en su segundo país: Perú, mediante su a misión de Chulucanas, en Piura (1985-1986).

Esta sería el primer paso de un largo camino en Latinoamérica que prosiguió en 1988 en la misión peruana de Trujillo, seleccionando vocaciones agustinas en ciudades como Chulucanas, Iquitos y Apurímac y ejerciendo otros roles durante una década en esa archidiócesis. Prevost también acumula una dilatada experiencia docente en su país, también como prior general del Capítulo Agustino de Chicago, hasta que en 2014, desde Roma, el papa Francisco le puso al frente de la diócesis peruana de Chiclayo, como administrador apostólico.

El 'ojeador' de los obispos

Un año después sería nombrado por Francisco obispo de Chiclayo y desde 2018 fue vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal de Perú, afrontando entre otras cosas la grave crisis por los abusos del grupo Sodalicio de Vida Cristiana, disuelto este año por el papa. Tras un lustro peruano, en 2023 el pontífice argentino le llamó a Roma para hacerle cardenal y nombrarle prefecto del Dicasterio para los Obispos, el ministerio vaticano que elige a los monseñores de todo el planeta.

Al frente de esta poderosa institución, que controla una enorme red de prelados en todo el mundo, asistió también a las pugnas de su mentor, el papa Francisco, con los conservadores católicos, plasmadas por ejemplo con la destitución del obispo estadounidense Joseph Strickland en noviembre de 2011, desleal con la Santa Sede. Pero Francisco también lo puso como presidente de la Pontificia Comisión para América Latina gracias a su gran conocimiento sobre la realidad y las periferias del subcontinente.

Por un clero "cercano al pueblo"

Su rol de 'ojeador' de obispos y su experiencia sudamericana hace que Prevost mantenga un contacto continuo con la jerarquía eclesiástica alrededor del mundo, sobre todo en América, la región con la mitad de los católicos del planeta (unos 637 millones en 2004). Pero su elección pontificia resulta una novedad no solo porque es considerado un cardenal joven, con 69 años, sino también porque se convierte en el primer papa llegado del corazón de un imperio ya suficientemente poderoso, Estados Unidos.

A nivel de magisterio, aunque cauto, se ha pronunciado en línea con el papa Francisco, defendiendo la idea de un clero "cercano al pueblo", diametralmente opuesto a la figura de un "directivo" o "un gestor. Y sobre la lacra de los abusos y la pederastia que ha sacudido la iglesia en los últimos años, y que el pontífice argentino afrontó, ha reclamado la obligación de "ser transparente y acompañar a las víctimas".

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