Guerra en Ucrania
Muere un alto mando del Estado Mayor ruso por la explosión de un coche bomba cerca de Moscú
El atentado fue llevado a cabo mediante una bombona de gas y se produce en un momento muy complejo políticamente hablando, mientras hay una negociación en curso con Ucrania y el enviado de Trump se hallaba de visita en Moscú

Sara Fernández


Àlex Bustos
Àlex BustosPeriodista
Yaroslav Moshkalik, subjefe de operaciones del Estado Mayor del Ejército Ruso, ha fallecido este viernes en un atentado con bomba que ha tenido lugar en la periferia de Moscú y en un momento particularmente delicado, coincidiendo con la visita a Rusia de Steve Witkoff, enviado especial del presidente Donald Trump, para buscar un acuerdo de paz en la guerra que enfrenta al gigante euroasiátivo y a su vecino occidental. Según información de los canales de Telegram Mash y Shot, el explosivo, ubicado en su coche, un Wolkswagen Golf, fue detonado de forma remota a las 10:40, hora local (09:40 de España) cuando él se encontraba cerca del vehículo.
"La deflagración fue causada por un artefacto explosivo. En el lugar del siniestro se hallaron fragmentos del mismo", ha señalado una fuente policial a la agencia TASS. Otro canal de Telegram, Baza, apunta que el explosivo estaba compuesto una bombona de gas con la potencia de 300 gramos de trilita. El Comité de Investigación ya ha abierto un caso penal por asesinato. El atentado se produjo en el patio de una urbanización a las afueras de la capital rusa construida para albergar a militares retirados, y dado el fácil acceso al lugar de la tragedia, algunos medios rusos compartieron imágenes de la potente explosión del vehículo al paso del militar, de 59 años.
Moshkalik es el militar de mayor rango asesinado lejos del frente en lo que llevamos de guerra en Ucrania. Sin embargo, no es el primer nombre relevante asesinado con bombas en los últimos meses. Desde que empezó la guerra entre Rusia y Ucrania ocurrió algo similar en diversas ocasiones. Eso es algo que preocupa al Kremlin, ya que deja en evidencia los fallos de seguridad y pone en peligro a miembros importantes de su músculo militar. Según declararon las autoridades, se han prevenido ya algunos atentados y se detuvo a los presuntos organizadores de estos.
Atentados contra militares
Ígor Kirílov, jefe de defensa radiológica, química y biológica de Rusia también perdió en un atentado con bomba cerca de su domicilio particular el pasado diciembre de 2024. Un explosivo situado en un patinete a la salida de un edificio residencial fue en esta ocasión el responsable del fallecimiento. A diferencia de otras ocasiones, en aquella Ucrania sí admitió estar detrás de este atentado a través de fuentes anónimas reproducidas por agencias de noticias occidentales.
Entonces, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó dicho atentado de "fallo grave" de los servicios de seguridad, que responsabilizaron a los agentes de los servicios secretos ucranianos. "Esto (el asesinato de Kirílov), por supuesto, significa que nuestros agentes del orden y servicios especiales dejan pasar estos ataques. Necesitamos mejorar el trabajo y evitar fallos tan graves", dijo con el semblante serio. Posteriormente el Servicio Federal de Seguridad (FSB en sus siglas en ruso, servicios secretos rusos) aseguró haber frustrado una serie de atentados contra jefes militares del país e informó de la detención de cuatro ciudadanos rusos en el marco de la investigación.
A pesar de este aumento de la vigilancia, en enero de este 2025 hubo un atentado contra Armén Sargsián, el que fue el líder de un batallón paramilitar prorruso que luchó junto al Kremlin en Ucrania. Este estaba formado principalmente por hombres de origen armenio. Fue también miembro de los mercenarios Wagner y Armenia le acusó de formar parte de un complot para organizar un golpe de Estado en su territorio. En su caso, se señaló una granada de mano como artefacto explosivo, que además del propio Sargsián también mató a uno de sus escoltas e hirió a tres más.
También hay los casos de otros que aunque no eran militares, pero sufrieron un destino similar. Es la historia de la hija del ultraderechista y pensador de la línea dura Aleksandr Duguin, Daria Duguina, y el bloguero militar Vladen Tatarski, cuyo nombre real era Maksim Fomin. Ambos fueron férreos partidarios tanto del gobierno de Vladímir Putin como de la misma guerra y en ambas ocasiones Moscú culpó a Kiev de estar detrás de sus muertes, algo que Ucrania no ha admitido públicamente.
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