Velatorio del pontífice

¿Quién es Sor Geneviève Jeanningros, la monja amiga del papa Francisco?

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Sor Geneviève Jeanningros reza frente al cuerpo del difunto papa Francisco en el interior de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano,.

Atlas News

María Mondéjar Segovia

Barcelona
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La Basílica de San Pedro acogía este miércoles a cardenales, obispos y fieles que aguardaban para dar el último adiós al papa Francisco. En el velatorio, el protocolo es estricto, los asistentes apenas disponen de unos instantes para santiguarse frente al féretro o rezar una breve oración.

Sin embargo, entre las casacas y túnicas de los cardenales y obispos de distintas órdenes, una presencia inesperada sorprendió entre el resto. Una monja de avanzada edad y estatura menuda se saltó las normas y permaneció cerca de diez minutos sola en una esquina, llorando la pérdida del pontífice y rezando. Era Sor Geneviève Jeanningros, una amiga cercana de Francisco, quien solía llamarla cariñosamente la enfant terrible.

La religiosa logró colarse entre cardenales y obispos, a quienes el protocolo reserva los primeros momentos ante la capilla ardiente, y, aunque su actitud desconcertó a más de uno, nadie se atrevió a apartarla.

Amiga íntima del papa Francisco

Sor Geneviève, de 81 años y perteneciente a la orden de las Hermanitas de Jesús, lleva 56 años dedicada a asistir a mujeres trans y a feriantes en Ostia, en la costa del Lacio. Era una presencia habitual en las audiencias generales que celebraba el papa Francisco cada miércoles, a las que comenzó a llevar a grupos de homosexuales y personas trans, muchas de las cuales ejercen la prostitución a las afueras de Roma.

La religiosa francesa es una 'rara avis', vive en una caravana en un parque de atracciones y predica entre circenses, trabajadoras sexuales y personas sin hogar. El papa Francisco la visitó en dos ocasiones, una en 2015 y otra en 2024.

El vínculo que la unía al papa tiene un trasfondo personal. La tía de Sor Geneviève, Léonie Duquet, fue una monja francesa secuestrada y asesinada en 1977 durante la dictadura argentina. Duquet era amiga cercana de Jorge Mario Bergoglio, entonces general de los jesuitas en Argentina, quien ayudó a escapar o esconderse a algunos disidentes.