Programa de acogida de la Generalitat
Zuhal Sherzad, defensora de los derechos de las mujeres: "Formamos a las niñas en escuelas bajo tierra porque en Afganistán la educación es un crimen"
La defensora de los derechos de las mujeres en Afganistán ha sido acogida por un programa de ayuda internacional de la Generalitat de Catalunya

La joven activista Zuhal Sherzad, que defiende el derecho a la educación de las mujeres en Afganistán. / Zowy Voeten


Carles Planas Bou
Carles Planas BouPeriodista
Periodista especializado en tecnología y poder. Escribe sobre IA, capitalismo de plataformas, privacidad y derechos digitales. Excorresponsal político en Berlín entre 2015-2019. También ha cubierto la actualidad en Europa Central y Canadá. Graduado en Periodismo por la URL y máster en Relaciones Internacionales por la UAB. Ha colaborado con medios como TVE, Catalunya Ràdio, Deutsche Welle, TV3, Cadena SER, El Orden Mundial o Watif.
Zuhal Sherzad rezuma valentía. Con tan solo 21 años, esta joven coordina una organización que impulsa todo tipo de proyectos para promover la educación de las mujeres en Afganistán, algo totalmente prohibido por el régimen talibán, pero también su capacidad económica y su acceso a material sanitario.
Esta joven afgana se ha convertido en una de las cuatro defensoras de los derechos humanos que Catalunya acoge este año como parte del programa de ayuda humanitaria internacional de la Generalitat. EL PERIÓDICO ha podido hablar con ella.
Ha coordinado la acción en Afganistán de la organización Puentes para la Paz. ¿Qué proyectos ha ayudado a desplegar?
Ayudamos a unas 700 mujeres y niñas a poder ir clandestinamente a nuestras escuelas subterráneas. Estamos creando talleres de capacitación para hablar en público, ofrecemos servicios psicológicos y ayuda humanitaria para las familias que necesitan comida, atención médica y un hogar. A parte, tenemos la primera biblioteca dirigida por mujeres en Afganistán y también fabricamos compresas para las mujeres de las zonas rurales de la ciudad porque no tienen suficientes posibilidades económicas para permitírselo todo y tratamos de darles seminarios para cuidar su higiene.
Escuelas bajo tierra para esconderse de los talibanes.
Sí, para el Gobierno este tipo de actividad es un delito, un crimen. Dicen que la educación superior está prohibida hasta nuevo aviso. Todas las escuelas, públicas o privadas, están prohibidas en Afganistán.
¿Cómo era su vida antes de que EEUU saliese del país y los talibanes regresasen al poder?
Podíamos hacer muchas cosas. Teníamos derecho a los servicios públicos, a educarnos libremente, pero eso ha cambiado con el régimen talibán. Nuestras voces también están prohibidas. No se nos permite defender lo que queremos. Y también es un delito que hablemos alto, porque somos mujeres.
¿Cómo les ha afectado mentalmente ese retroceso?
Las mujeres de Afganistán han estado mentalmente muy débiles debido a esa situación. Estamos hablando de problemas psicológicos por perder el trabajo, el acceso a la educación, la posibilidad de seguir tus intereses, de hacer deporte, de participar en las decisiones políticas del país, de seguir tus sueños. Ahora tienes que esconderte con todos esos programas.
Teniendo en cuenta esa persecución, ¿cómo encuentran a mujeres que desafíen al régimen para participar en programas de educación prohibidos?
Nuesta organización ha estado desplegando actividades desde 2016, así que hasta ahora hemos tenido una red de contactos muy buena. Con la llegada de los talibanes seguimos teniendo esa misma red. Con la comunicación personal entre amigos, familiares o vecinos llegamos a las mujeres interesadas. Las estamos dividiendo en grupos de cinco o diez, sin atraer mucha gente de golpe.
¿Cómo empoderan a las niñas y mujeres afganas?
Les decimos que vuelvan a concienciar con el poder que tienen. Empezar desde su propia familia: educa a tu hijo, educa a tu marido, educa a tu hija, educa a tus hermanas. Y luego crecerá. Todas y cada una de las familias tendrán una persona a la que estén transformando o haciendo circular este mensaje.
¿Cómo ayudará la Generalitat en su misión?
Estar aquí me permitirá mejorar mis capacidades para ayudar a los demás. Sé que las afganas son capaces, pero a veces necesitamos que alguien tenga el coraje de defender nuestros derechos y seguir adelante, un guía que nos diga que no hay que tener miedo, que no hay que decir sí a la injusticia sin más, que hay que luchar contra ella. Yo quiero ser esa guía. Pero para ser un modelo a seguir y ayudar a los demás antes necesito mucha formación para desarrollar mis capacidades. Y el programa de la Generalitat me está dando la oportunidad de trabajar en mis creencias y de ganar apoyos a mi misión en Afganistán. Lo que quiero es simplemente empoderar a mis hermanas afganas y brindarles cualquier oportunidad para ayudarlas a educarse porque nosotros, la gente, estamos sedientos de educación.
¿Tiene intención de regresar a Afganistán?
Supongo que estaré aquí hasta que termine mi educación, la licenciatura. Este es el plan. No sé qué pasará en el futuro.
Suscríbete para seguir leyendo
- Dos muertos y 20 heridos al chocar un buque escuela de la Armada mexicana con el puente de Brooklyn de Nueva York
- Moroccanoil, la empresa multimillonaria de aceites israelí detrás de Eurovisión
- Encuestas de las elecciones en Portugal 2025 hoy: así están los sondeos
- Resultados de las elecciones en Portugal 2025: quién ha ganado, escrutinio, candidatos y pactos
- El expresidente estadounidense Joe Biden sufre un cáncer de próstata 'agresivo' con metástasis en los huesos
- Trump se pone al frente de la fallida ofensiva natalista de la derecha mundial
- Viento en contra para Israel: críticas y aislamiento de Trump a Macron pasando por la prensa anglosajona
- Rusia y Ucrania acuerdan intercambiar 2.000 prisioneros y plantear sus 'condiciones' para un alto el fuego