Trump 2.0
Elon Musk acude al Pentágono a una reunión que desata preocupación sobre seguridad nacional y conflictos de interés
El desafío de Trump a los tribunales lleva al límite al sistema constitucional de EEUU

El presidente de EEUU, Donald Trump, y su asesor, el magante Elon Musk, junto a su hijo, en la Casa Blanca / Samuel Cor/ Europa Press


Irene Benedicto
Irene BenedictoRedactora de Internacional
Excorresponsal en EEUU con Agencia Efe con experiencia en medios internacionales incluyendo BuzzFeed News en Londres y la revista Forbes en Nueva York. Ha sido colaboradora del New York Times en San Francisco y su trabajo ha sido publicado en el Washington Post. Obtuvo una beca para cursar el Máster en Periodismo de Investigación en la Universidad de California en Berkeley.
Cuando Elon Musk le comenzó a generar problemas más serios de lo habitual a Donald Trump este viernes, el presidente primero negó que el magnate tuviera tanta cercanía a él y luego tachó de "ridícula" la idea de incluirle en asuntos de seguridad nacional. El billonario convertido en asesor de la Casa Blanca debía supuestamente acudir al Pentágono en la mañana del viernes para una reunión en la que le informaran sobre los planes de EEUU para potenciales acciones militares en China, según varios altos funcionarios contaron a 'The New York Times'. Cuando la filtración se replicó en toda la prensa, la Administración primero negó la existencia de tal reunión, y luego admitió que se celebraría pero dijo que no iba a versar sobre China. Finalmente, Trump dijo que sí habían hablado sobre China -- pero no solo-- y que Musk no había sido invitado a esa parte de la conversación.
"No queremos tener una guerra potencial con China, pero puedo decirles que si la tuviéramos, estamos muy bien equipados para manejarla. Pero no quiero mostrar eso a nadie, y ciertamente no se lo mostraría a un hombre de negocios que nos está ayudando tanto, es un gran patriota, está ayudándonos a reducir costes, y está haciendo un gran trabajo, está luchando contra tremendo despilfarro, fraude y abuso. Pero ciertamente no me gustaría, ya sabes, Elon tiene negocios en China, y sería susceptible tal vez a eso", dijo Trump una vez acabada la reunión, en un discurso confuso en el que trató de justificarse ante la prensa.
"La gente se rió de ese artículo [de 'The New York Times']. ¿Quién haría algo así? Y lo primero que hice fue llamar a Susie [Susie Wiles, la jefa de gabinete de Trump en la Casa Blanca], y llamé a Pete [Peter Hegseth, secretario de Defensa] y les dije, ¿hay algo de verdad en eso? Y ellos dijeron, es ridículo. Ahora, él [Musk] está allí para hablar de los costos, de DOGE", continúo el presidente de forma desordenada y pasando la palabra a Hegseth, que corroboró su versión y arremetió contra los periodistas. Trump añadió: "Creo que Elon no lo haría, no querría ponerse en esa posición" [de asistir a una reunión con información clasificada].
Aviso de represalias
La reunión, sin embargo, se produjo. Si bien la mera celebración del encuentro había quedado en el aire durante las primeras horas del viernes, las dudas se despejaron cuando la prensa pudo ver a Musk llegando en un convoy de alta seguridad a las instalaciones del Pentágono, a las afueras de Washington DC y a donde Trump todavía no ha acudido en su segundo mandato. El 'New York Times' matizaba para entonces que, tras la filtración, la Administración estadounidense había hecho un cambio de guion y que se canceló el encuentro de Musk con las altas esferas del Pentágono para debatir sobre la posible guerra con China, pero que mantuvieron la visita del magnate, cambiándole el propósito.
Musk permaneció una hora y media dentro de las altas dependencias responsables de la seguridad del país y, según el Gobierno estadounidense, su papel en la reunión se habría limitado a informar sobre los avances que ha hecho en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que lidera. Trump llamó al 'New York Times' "basura" pero Musk fue un paso más allá, calificando la noticia de "pura propaganda" e instando a emprender acciones legales: "Espero con impaciencia que se procese a quienes en el Pentágono están filtrando información maliciosamente falsa al NYT. Se les encontrará", escribió en X antes de la reunión.
Conflictos de intereses
Con todo, la mera celebración de una reunión de alto nivel en el Pentágono con un asesor externo es algo sin precedentes y continúa la preocupación sobre el hecho de que se haya proporcionado a Musk acceso a algunas de las informaciones más altamente clasificadas.
Musk, que dirige la compañía aeroespacial SpaceX y el fabricante de automóviles eléctricos Tesla, tiene autorización de seguridad y ha ganado relevancia en política militar bajo la Administración Trump. Sin embargo, sus vínculos comerciales con China han generado preocupaciones éticas. La fábrica de Tesla en Shanghái representa más de la mitad de sus entregas globales, y Musk ha mantenido relaciones cercanas con Pekín, llegando a decir que el Estado chino debería hacerse con el control de Taiwán.
Los planes operativos del Pentágono son documentos altamente clasificados, ya que se considera que su filtración permitiría a países adversarios ajustar sus estrategias y debilitar la seguridad de EEUU. Los expertos advierten que dar a Musk acceso a estos datos podría suponer un riesgo, debido a sus negocios en China y sus declaraciones, en las que ha expresado admiración por lo avanzado de su tecnología.
Space X, clave en la defensa de EEUU
Las de Musk no son compañías cualquiera. SpaceX es clave para el Ejército, lanzando satélites y proporcionando la red Starlink para comunicaciones. El Pentágono ha concedido a SpaceX miles de millones en contratos, incluidos 1.600 millones en 2024.
Además, Trump ha propuesto un sistema de defensa antimisiles, la "Cúpula Dorada", que podría suponer un gran negocio para SpaceX. El proyecto, valorado en decenas de miles de millones, se basaría en tecnología satelital desarrollada por la compañía. SpaceX se ha vuelto tan valiosa para el Pentágono que el Gobierno chino ha sugerido que podría apuntar a los activos de SpaceX si estallara una guerra entre ambas potencias.
Preocupación a ambos lados
La preocupación se extiende a ambos lados del Pacífico por los intereses cruzados de Musk, tratando de discernir de qué lado quedaría el magnate si un conflicto real escalara entre ambos países. El inspector general del Pentágono investiga si Musk cumple con los requisitos de seguridad, debido a sus contactos con funcionarios extranjeros. La Fuerza Aérea le negó una autorización de acceso especial a programas ultrasecretos.
Por su parte, China observa con preocupación los lazos de Musk con el Pentágono. Un informe militar chino de 2024 advertía sobre SpaceX como extensión del Pentágono. Pekín también ha expresado inquietud por el uso militar de Starlink, que ha sido clave en la guerra en Ucrania.
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