Política de Defensa

Armas 'made in Europe' y compras conjuntas: las claves del plan de la UE para reforzar la seguridad europea

Bruselas dice tener información de que Rusia podría atacar Europa en los próximos 3 o 5 años

Fábrica de armas Rheinmetall en Unterluess, Alemania.

Fábrica de armas Rheinmetall en Unterluess, Alemania. / Fabian Rimmers | Reuters

Beatriz Ríos

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Bruselas
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La Comisión Europea ve la defensa como un bien común y asegura que los servicios de inteligencia apuntan a que Rusia podría poner a prueba la capacidad de respuesta de Europa en los próximos tres o cinco años, por eso este miércoles ha presentado una estrategia con la que espera avanzar hacia una Europa de la Defensa para reforzar la seguridad del continente de aquí a 2030. “No hacemos esto para luchar en una guerra, sino para prepararnos para lo peor”, ha dicho la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, en rueda de prensa. Si queremos evitar la guerra, tenemos que prepararnos para la guerra. Esa es la nueva máxima en Bruselas, que ha dado un giro en su política en los últimos meses para poner la defensa en el centro.

Lo primero que hace la Comisión es identificar y poner nombre a las amenazas. La principal, claro, es Rusia. "Incluso si la guerra en Ucrania acaba, tenemos estimaciones de inteligencia de que Rusia puede estar lista para poner a prueba nuestra preparación en unos tres o cinco años,” ha asegurado una alta fuente europea. 

Pero no solo preocupan las ambiciones imperialistas del Kremlin. Bruselas apunta al poder desestabilizador de China en la región Indo-pacífica; la inestabilidad en Siria o Palestina; las colaboración entre Rusia e Irán o las amenazas híbridas -desde los sabotajes a la desinformación- como principales preocupaciones.

La Comisión Europea cree que la unidad es la mejor respuesta. La percepción de la amenaza y la centralidad del problema es distinta vista desde diferentes puntos geográficos pero las consecuencias son para todos. “La solidaridad es un valor europeo crucial,” ha dicho el Comisario de Defensa Andrius Kubilius, “si un país en la región sufre cualquier problema, no podemos quedarnos indiferentes. De la misma forma, la defensa es un bien común”.

Bruselas considera que el principal valor añadido de la UE en este sentido está en facilitar la colaboración entre países y la inversión de la industria de la defensa europea para impulsar el desarrollo, la producción y la comercialización de armas en territorio comunitario. También en contribuir a mejorar la interoperabilidad entre los ejércitos nacionales para deducir costes y redundancias. Además, apunta a las infraestructuras de doble uso y su contribución a la prosperidad. Por último, y aunque el objetivo es reducir dependencias, reconoce la importancia de tender lazos a los aliados.

En realidad, la Comisión no ha propuesto hoy prácticamente nada nuevo. Lo que ha hecho es recopilar las iniciativas que ha puesto sobre la mesa en los últimos meses, detallarlas, y ponerlas en contexto en busca del impulso político que necesitan para estar en marcha. “Putin no va a frenarse porque le leamos el ‘Papel Blanco”, ha dicho Kubilius, es la puesta en marcha de una política de disuasión y defensa real lo que lo hará. 

En este sentido, pide a los gobiernos y la Eurocámara que finalicen le negociación para poner en marcha el Programa Europeo de la Industria de Defensa que la Comisión, bloqueado desde hace un año y que debería permitir movilizar 1.500 millones de euros en inversión, o que cumplan el objetivo de al menos un 40% de contrataciones conjuntas propuesto por la Estrategia Europea de la Industria de Defensa. Además de poner en marcha los más rápido posible las iniciativas enmarcadas en el plan de rearme.

En un contexto de inestabilidad, Bruselas cree que hay que mejorar la capacidad europea para movilizar soldados y armamento en caso de crisis. En este sentido, pide a los gobiernos “simplificar y racionalizar inmediatamente la normativa y los procedimientos y garantizar el acceso prioritario de las fuerzas armadas a las instalaciones, redes y medios de transporte, también en el contexto de la seguridad marítima”. Además, ha identificado proyectos específicos para permitir la movilización a gran escala y en un corto periodo de tiempo.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo el martes en Dinamarca que aunque la industria de la defensa europea es puntera, aún no tiene capacidad suficiente para hacer frente de manera rápida y eficiente al incremento de la demanda actual. Para Bruselas, no puede haber una defensa europea robusta sin una industria a la altura.

Bruselas ha dicho que presentará en junio un plan para simplificar los normas y facilitar así los procesos de adquisición de material militar, las transferencias entre países, y los contratos públicos en este ámbito. También ha insistido en la necesidad de desarrollar un mercado europeo para que los proveedores dejen de adquirir material fuera de la Unión. Para la Comisión, esto pasa en gran medida por compras conjuntas.

La idea de poner en marcha compras conjuntas de munición o armas, a través de la comisión, de la misma forma que las vacunas durante la pandemia de COVID-19, lleva meses flotando. Bruselas ha vuelto a insistir en que ya existen modelos en la legislación actual que permitirían agregar la demanda para ahorrar costes, dar previsibilidad a la industria, y evitar duplicidades.

Entre los gobiernos, hay cierto escepticismo y muchas reticencias sobre el papel de la Comisión. Bruselas ha rebajado el tono y simplemente se ofrece a facilitar las cosas donde los países lo consideren necesario. En particular, hace referencia a la posibilidad de hacer compras conjuntas a través de la Agencia Europea de la Defensa “a gran escala” y “basada en contratos plurianuales” respaldados por la UE.

Bruselas se ha comprometido a a poner en marcha un proyecto piloto par aun Mecanismo Europeo de Ventas Militares para aumentar “la disponibilidad y el plazo de entrega de los productos de defensa procedentes de Europa”. Esta propuesta lleva un año sobre la mesa, pendiente de la aprobación del Programa Europeo de la Industria de Defensa. La Comisión se ha ofrecido también a apoyar la creación de “reservas estratégicas”.

La Comisión ha presentado los detalles de sus principales fuentes de financiación: hacer uso de la cláusula de escape del pacto de estabilidad y crear un fondo para compras conjuntas. A partir de abril, los países que lo consideren podrán activar la cláusula de escape nacional. Esto permitirá a los gobiernos aumentar su gasto en defensa sin que afecte al cálculo de la deuda y el déficit en el marco de las reglas fiscales. Bruselas propone hacer uso de la cláusula por un periodo de cuatro años prorrogables en el que los países tendrán un limite de aumento del gasto del 1,5% anual.

Tendrán que ser inversiones y gastos corrientes nuevos y exclusivamente vinculados a la política de defensa, lo que deja fuera todo lo que no tengan un uso estrictamente militar, como pedía España. La Comisión calcula que podría finalizar los procedimientos antes de verano y movilizar 650.00 millones en cuatro años.

Respecto al instrumento financiero de 150.000 millones de euros en préstamos, usando el presupuesto comunitario como garantía, los gobiernos tendrán seis meses para presentar sus planes de inversión. El dinero se repartirá en función de la demanda y deberá ir a inversiones en capacidades estratégicas, desde sistemas de defensa a aérea a protección de infraestructuras críticas. 

Se destinará además a compras conjuntas en las que participen al menos dos países, uno de los cuales tendrá que ser miembro de la UE, pero también podrán participar Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza y Ucrania. Eso sí, los planes deberán  garantizar que los equipos militares adquiridos tengan un mínimo del 65% de contenido fabricado en territorio europeo.

Bruselas sigue trabajando además en una propuesta para redirigir parte de los fondos existentes en el presupuesto comunitario e impulsar la inversión privada. En este sentido, la Comisión ha presentado este miércoles su propuesta de una Unión de los Ahorros y la Inversión quédese ayudar a movilizar fondos. También trabaja para ampliar la capacidad de financiación del Banco Europeo de Inversiones.

En su plan, la Comisión habla de la ‘estrategia puercoespín’ con la que pretende reforzar la posición de Kiev en cualquier escenario. En este sentido, poco más puede hacer Bruselas que llamar a los gobiernos a incrementar su apoyo militar a Ucrania. En particular, el ejecutivo comunitario identifica áreas clave como la munición, la defensa aérea o el entrenamiento de soldados. 

Además, Bruselas apunta a la industria de la defensa ucraniana como ejemplo. Además de permitir que Kiev participe en el instrumento financiero de compra conjunta, la Comisión plantea dar pasos para integrar las industrias de la defensa europea y ucraniana.

En la estrategia de la Comisión, hay importante componente que plantea que gran parte de la inversión y las compras -al menos en el marco de la UE- vayan a la industria europea. Así y todo, Bruselas plantea reforzar la cooperación con los países del entorno como Reino Unido o Noruega, además de los países candidatos -incluida Turquía. Pero también con otras regiones y, sobre todo, en el marco de la OTAN. La UE, dice el famoso ‘Papel Blanco’ “es y será un proyecto de paz” pero “tiene que poder proteger a sus ciudadanos, sus intereses y los valores que representa”.

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