Reunión en Múnich

Vance pide una "paz duradera" en Ucrania y Zelenski le reclama "garantías de seguridad"

Von der Leyen reitera su propuesta de flexibilizar las reglas fiscales de la UE para que los estados puedan aumentar el gasto en Defensa

Vance y Zelenski  durante la reunión celebrada esta tarde

Vance y Zelenski durante la reunión celebrada esta tarde / EFE/EPA/SERVICIO DE PRENSA DE LA PRESIDENCIA UCRANIANA

Gemma Casadevall

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Berlín
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“Ha sido nuestro primer encuentro, pero no será el último. Estoy seguro”, afirmó el presidente Volodímir Zelenski, tras una renión muy mediático con el vicepresidente de EEUU, J. D. Vance, y con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, los máximos representantes del equipo de Donald Trump, presentes en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC). “Queremos una paz duradera, no algún tipo de paz que en un par de años genere en un nuevo conflicto en el este de Europa”, declaró por su parte Vance, en declaraciones por separado, tras su reunión con el líder ucraniano.

El encuentro, que oficialmente no estaba en la agenda de la MSC sino que se produjo en los márgenes de ese foro internacional, había despertado aún mayores expectativas después de que Casa Blanca hubiera informado de que también asistirían ‘altos representantes’ de Rusia. Ni la delegación ucraniana ni la MSC o el Kremlin corroboraron un encuentro con participación rusa. A Múnich no se había invitado oficialmente a ningún representante de Moscú, como tampoco ha ocurrido desde el inicio de la invasión rusa sobre Ucrania.

El objetivo de la reunión es, según Washington, ‘profundizar’ en la búsqueda de una solución pactada al conflicto. Es decir, el fin de la guerra. La pieza clave que podría garantizar a Kiev una continuidad del apoyo de Washington son sus recursos naturales, el acceso a las tierras raras y otras fórmulas de inversión.

Zelenski ha aplicado pragmatismo a su respuesta. La fórmula de entendimiento con Washington puede basarse en que Trump vislumbre beneficios económicos para EE.UU. Compensaría así el desgaste dejado por el apoyo militar, humanitario y logístico marcado por la administración de Joe Biden, que fue el máximo contribuyente a escala internacional al apoyo a Kiev.

Puntal europeo

Para Zelenski, consciente del peligro que para Kiev representa el 'acercamiento' entre Trump y Putin, es fundamental contar con Europa en la negociación del final de la guerra. "La ayuda de Europa es muy necesaria", afirmó en un debate en la MSC, previo a su encuentro con Vance, donde reclamó que cualquier acuerdo de paz pase por establecer "garantías de seguridad" para su país.

La frase de ‘no puede haber una decisión sobre Ucrania sin contar con Ucrania’ es una especie de mantra para los aliados europeos de Zelenski, especialmente por parte alemana, de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, o de la jefa de la diplomacia europea, la estona Kaja Kallas. Todos ellos, como Polonia y el resto del flanco báltico, representan la línea de la solidaridad y apoyo a Kiev. No está claro en qué quedará ese apoyo si ocurre el escenario más temido, que Washington se desentienda de la defensa de Ucrania. Pero dejar fuera del plan a Europa dejaría en la práctica indefensión a Zelenski.

En cualquier caso, la intervención de Vance ante la MSC fue más que un jarro de agua fría para los aliados europeos. Apenas aludió en su discurso a Ucrania, pese a ser el tema prioritario de la jornada. En cambio, atacó sin reparos a Europa ante una audiencia estupefacta por semejante ajuste de cuentas. En lugar de los habituales pronunciamientos sobre la importancia de los lazos transatlánticos, el emisario de Trump acusó a Europa de coartar la libertad de expresión y de ignorar al electorado de ‘formaciones alternativas’, en alusión a la ultraderecha.

El presidente ucraniano, por lo demás, quitó dramatismo a la conversación telefónica entre los presidentes ruso y estadounidense. “Lo importante son las reuniones”, enfatizó, para insistir en su disposición a ir al encuentro de Trump a Washington. También intentó Zelenski restar relevancia al rechazo manifiesto de Washington a un ingreso de su país en la OTAN. El líder ucraniano sabe que ni siquiera sus más poderosos aliados europeos, como Alemania, consideran la posibilidad de un ingreso mientras el país esté en guerra, ya que ello convertiría a la Alianza en parte del conflicto.

Flexibilizar reglas fiscales a cambio del aumento en Defensa

Von der Leyen aprovechó su paso por Múnich para ratificar su apoyo a un “proceso acelerado” para la futura integración de Ucrania en la OTAN. Y, determinada a tender puentes de acercamiento a Estados Unidos, insistió en su propuesta de flexibilizar las reglas fiscales del bloque comunitario, a cambio de que sus miembros aumenten el gasto en Defensa, tal como exige Washington a sus socios en la Alianza Atlántica.

La razón por la cual algunos estados miembros no logran siquiera cumplir el objetivo de destinar un 2% de su PIB a Defensa está en su fuerte endeudamiento, razonó Von der Leyen. Solo el flanco este de la Alianza, especialmente Polonia y los estados bálticos, rebasan ese objetivo. Varsovia incluso apunta al 5%, de acuerdo a los deseos de la administración Trump.

Von der Leyen se propone "activar la cláusula de salvaguarda para inversiones en defensa" y permitir así que los estados "aumenten sustancialmente su gasto en defensa". "Lo haremos de forma controlada y condicional", prosiguió von der Leyen, quien además anuncio un paquete de herramientas adaptadas a cada país, que contemple su situación fiscal.