Conflicto de Oriente Próximo

Rehenes a cambio de presos y retirada de tropas: el alto el fuego entre Hamás e Israel, en 5 claves

Andrea López-Tomàs

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Más de 400 días han pasado desde la última vez que los cielos se calmaron sobre la Franja de Gaza. Y ahora, 400 días después, ha vuelto el silencio con la entrada en vigor este domingo del alto el fuego después de que el pasado miércoles Israel y Hamás acordaran un principio de acuerdo tras más de 15 meses de guerra abierta. Gracias a la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos, la población gazatí respira aliviada en medio de la más brutal destrucción. La oposición en el seno del Gobierno del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y la eterna rivalidad entre los actores enfrentados hacen de la tregua un periodo frágil. Pero la ilusión domina el ambiente tras semanas de intensas negociaciones. A continuación, algunos de los detalles del acuerdo.

En la primera etapa del acuerdo, 33 cautivos israelíes retenidos en Gaza serán liberados. El grupo estará formado por mujeres, niños y hombres mayores de 50 años. A su vez, Israel excarcelará a 50 prisioneros palestinos (30 de ellos presos de seguridad condenados a cadena perpetua) por cada soldado mujer, y otros 30 presos palestinos por cada civil que permanece cautivo. Entre los 33 rehenes, habría cinco mujeres soldados israelíes. Hay al menos un centenar de israelíes rehenes en la Franja desde hace más de 467 días. Se prevé que, durante esta primera fase de 42 días, entre 990 y 1.650 palestinos (hombres, mujeres y niños) sean excarcelados, incluidos 250 a cadena perpetua.

El grupo islamista liberará al menos a tres rehenes cada semana y los que queden, antes del final de este primer período del acuerdo. Primero saldrán los secuestrados vivos y por último se entregarán los cuerpos de los fallecidos. El Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC, en sus siglas en inglés) será el encargado de recoger a los liberados en un punto de encuentro en el interior de Gaza que Hamás le comunicará previamente.

Este domingo, Hamás liberará a tres mujeres civiles: Romi Gonen, Emily Damari y Doron Stenibrecher. Gonen fue secuestrada del festival Nova el 7 de octubre de 2023, durante el ataque del grupo palestino en el que unas 1.139 personas murieron y 251 fueron capturadas y llevadas a Gaza. Damari, con ciudadanía británica, y Steinbrecher fueron secuestradas de sus hogares en el kibutz Kfar Aza, a cinco kilómetros de la Franja.

A partir del séptimo día de alto el fuego, por el cruce de Rafah, en la frontera entre Egipto y Gaza, entrará la ayuda humanitaria y el combustible, junto con casas móviles, tiendas de campaña y máquinas para limpiar la tierra. El aumento de la ayuda humanitaria prevé que ingresen unos 600 camiones al día. El acuerdo establece que de estos 600 camiones, 50 podrán contener combustible y 300 irán destinados al norte de la Franja, donde las condiciones son particularmente difíciles después de la brutal ofensiva del Ejército hebreo.

Después, Israel empezará a retirar a sus fuerzas de las zonas pobladas del enclave. Al final de esta fase, las tropas hebreas deberían haberse retirado completamente del Corredor Filadelfia, la franja de tierra que separa Gaza y Egipto. También se permitiría a los palestinos comenzar a regresar a sus hogares en el norte de Gaza.

Si Israel determina que se cumplen las condiciones para una segunda fase, esta se centrará en las negociaciones para liberar a los hombres y soldados restantes retenidos en Gaza. A cambio, más palestinos retenidos en el sistema penitenciario israelí serán excarcelados. Entonces, Israel iniciaría su "retirada completa" de Gaza y debería de acordarse un alto el fuego permanente. Las conversaciones sobre esta segunda fase arrancarían el día 16 de la primera fase.

Está por ver si se llega a esta parte del acuerdo, ya que muchos de los miembros de extrema derecha del Gobierno israelí están en contra de la salida de las tropas israelíes del enclave palestino y podrían hacer caer el acuerdo. El ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, y otros dos ministros de su partido, Poder Judío, han hecho efectiva su amenaza y han abandonado este domingo la coalición de Gobierno de Israel en protesta por el acuerdo. Y el líder colono y ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha amenazado con retirar también su apoyo al Ejecutivo de Binyamín Netanyahu si no se retoma la guerra en el enclave palestino una vez concluya la primera fase del acuerdo.

Finalmente, la tercera fase del acuerdo incluirá el retorno del resto de cadáveres de rehenes que permanezcan en la Franja y abordará pactos a largo plazo, incluidas las discusiones sobre el establecimiento de un ejecutivo alternativo en Gaza y planes para reconstruir la Franja supervisados por Egipto, Qatar y Estados Unidos.

El pasado martes el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, presentó su plan para el día después en Gaza, orientado a sentar las bases de un Estado palestino independiente. El plan "permitiría a Israel retirarse completamente de Gaza, evitar que Hamás vuelva a ocupar el poder y garantizar la gobernanza y la reconstrucción de Gaza". En un primer momento, debería establecerse un gobierno interino formado por palestinos de Gaza y miembros de la Autoridad Palestina elegidos en una "consulta" y que tendría responsabilidades en sectores civiles claves como la banca, el acceso al agua, la energía y la salud. Posteriormente, este ejecutivo debería entregar el poder a una Autoridad Palestina "reformada tan pronto como fuera posible".

En paralelo, se debería formar una "misión de seguridad provisional" para garantizar las labores humanitarias, la reconstrucción y encargarse de la vigilancia en la frontera para evitar que Hamás se recomponga. La citada misión incluiría a fuerzas extranjeras y a "personal palestino verificado".

Ahora, los palestinos de Gaza se enfrentan a la nada. La brutal ofensiva militar israelí contra el territorio palestino ha provocado la muerte de más de 46.000 personas, más allá de los miles de desaparecidos bajo los escombros o en infames centros de detención hebreos. Además, unos 110.012 palestinos han resultado heridos, muchos de ellos sufriendo amputaciones. El sistema sanitario gazatí ha sido completamente diezmado como parte de la estrategia de limpieza étnica lanzada por Israel, según las acusaciones de varias organizaciones internacionales. Durante meses, el bloqueo de la entrada de ayuda humanitaria al enclave ha abocado a la población a la hambruna. Prácticamente la totalidad de la sociedad gazatí ha sido desplazada y la gran mayoría ya no cuentan con un lugar al que volver. Las decenas de miles de muertos y la huida de decenas más como consecuencia de la brutalidad de la violencia israelí han hecho que la población se haya reducido en un 6% desde el inicio de la guerra.

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