Nueva era en la Casa Blanca

Trump y el polvorín de Oriente Próximo: tensión y dudas por la gestión de los conflictos de Gaza, Líbano, Siria e Irán

Toma de posesión de Donald Trump, en directo: última hora de su llegada a la presidencia de Estados Unidos

La toma de posesión del republicano ha precipitado la firma de un alto el fuego en Gaza, pero el futuro presidente de EEUU tendrá por delante la ingente tarea de velar por su cumplimiento

Miembros de las fuerzas paramilitares femeninas iraníes (Basij) sostienen caricaturas de Netanyahu Trump, en una manifestación en solidaridad con los pueblos palestino y libanés, en Teherán el pasado 10 de enero.

Miembros de las fuerzas paramilitares femeninas iraníes (Basij) sostienen caricaturas de Netanyahu Trump, en una manifestación en solidaridad con los pueblos palestino y libanés, en Teherán el pasado 10 de enero. / ABEDIN TAHERKENAREH / EFE

Andrea López-Tomàs
Adrià Rocha Cutiller
Beirut / Estambul
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Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, aún no ha llegado a la Casa Blanca y ya se ha apuntado el primer tanto en Oriente Próximo. "No voy a iniciar una guerra: voy a detener las guerras", dijo a sus partidarios en su discurso de victoria, en noviembre. Apenas unas horas antes de la jura de su cargo, el republicano ha cumplido con su promesa con el acuerdo de un alto el fuego en la Franja de Gaza y el intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos. Este primer logro, compartido con la Administración de su predecesor Joe Biden, es una muestra significativa de lo que hará Trump en la región. 

"Oriente Próximo se va a resolver", pronosticó Trump el diciembre pasado a la revista 'Time'. Y, además de asegurarse de que el acuerdo entre Israel y Hamás se cumple, deberá fijar su mirada en otra zona desde el primer momento. Tan solo seis días después del inicio del nuevo mandato del multimillonario expira el alto el fuego en el Líbano entre Israel y Hizbulá

Altos funcionarios israelíes ya han expresado su intención de permanecer en el sur del país de los cedros más allá de este periodo. El acuerdo al que llegaron Tel Aviv y la milicia libanesa implica la retirada total de las tropas hebreas de territorio libanés para dejar paso a las Fuerzas Armadas Libanesas. Si los israelíes se quedan, violarían, de nuevo, el alto el fuego. Por ello, fuentes cercanas a Trump han advertido a los funcionarios israelíes que no quieren que "el alto el fuego colapse", según informa 'The Jerusalem Post'. 

Esa misma presión es la que ejerció Trump sobre el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, para conseguir el alto el fuego en Gaza. Su nuevo enviado para la región, Steve Witkoff, obtuvo en semanas de negociaciones en Qatar el éxito que se le resistió durante 15 meses a la administración Biden. El primer mandato de Trump, en el que movió la embajada estadounidense a Jerusalén y reconoció los ocupados Altos del Golán sirios como israelíes, le sirven de garantía al republicano. 

A su vez, los nombramientos en Washington de figuras abiertamente proisraelíes ayudarán al gobierno de Netanyahu, el más ultraderechista de la historia de Israel, a retomar proyectos pasados, como la anexión de la Cisjordania ocupada.

Se espera que, durante la segunda legislatura de Trump, la administración estadounidense apoye la anexión israelí y la limpieza étnica en Cisjordania, Gaza y partes del Líbano, levante las sanciones a los colonos e impida cualquier prohibición al envío de armas a Israel. Pero una política de estas características puede pasarle factura al multimillonario, y alejar aún más la normalización de relaciones entre Arabia Saudí e Israel. Riad la ha condicionado al establecimiento de un Estado palestino, algo que Netanyahu rechaza.

"Un hombre muy listo"

"Turquía es una fuerza muy poderosa. Me llevo muy bien con [el presidente turco, Recep Tayyip] Erdogan, pero tiene una fuerza militar increíble", dijo a finales de diciembre en una rueda de prensa inconexa, con poco sentido, y sobre muchos temas, Donald Trump, donde se refirió por primera vez a la victoria en Siria de los rebeldes liderados por al milicia Hayat Tahrir al Sham (HTS), antigua filial de Al Qaeda en el país árabe. 

"[Erdogan] es un hombre muy listo. Esa gente que entró, están controlados por Turquía. Y eso está bien; es una forma de luchar. Nadie sabe qué va a pasar en la región, pero creo que Turquía es... muy inteligente, él es un tipo muy inteligente. Y muy duro. Pero Turquía hizo una toma no amistosa, sin muchas vidas perdidas. Pero Asad era un criminal", continuó el presidente estadounidense, cuyos planes con la nueva Administración siria no han salido al descubierto.

Biden, en diciembre, eliminó la recompensa de 10 millones de dólares por información acerca del paradero de Abu Mohammed al Jolani —ahora conocido por su nombre real, Ahmed al Sharaa—, el líder de HTS, y se espera que, en las próximas semanas y meses, EEUU y la Unión Europea (UE) empiecen a eliminar paulatinamente sus sanciones contra el país árabe.  

La autonomía kurda al este de Siria, sin embargo, será más complicada: la región está protegida por cerca de 1.000 solados estadounidenses, y Washington intenta —con éxito, hasta el momento— mediar entre Ankara y las milicias kurdosirias de las YPG, aliadas de EEUU, para evitar una ofensiva turca contra la región. 

Irán y su doctrina nuclear

Pero lo más difícil para Trump llegará desde más al este: Irán, cuya estructura de defensa —a través de sus milicias aliadas, el Eje de la Resistencia— ha sido muy debilitada durante los 15 meses de ofensiva israelí en Gaza y el Líbano. Se espera que la nueva Administración de Trump sea dura al extremo contra Teherán, lo que podría empujar a la República Islámica, al límite de convertirse en una potencia nuclear, a finalmente serlo. 

Los expertos consideran que el Eje de la Resistencia y su antigua y supuesta capacidad de disuasión militar era el motivo por el cual Irán aún no había desarrollado aún su propia bomba nuclear. Con Hamás y Hizbulá diezmadas y debilitadas —y con unas administraciones en Tel Aviv y Washington beligerantes al extremo—, Teherán puede dar finalmente su último paso atómico.

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