Paso por las urnas
Los europeístas ganan por la mínima el referéndum de Moldavia sobre el ingreso en la Unión Europea
El 'sí' se sitúa ligeramente por delante, con el 50,18% de los votos, con el 98% de las papeletas escrutadas
Maia Sandu se impone en las elecciones presidenciales pero sin obtener la mayoría necesaria para evitar una segunda vuelta, en la que se verá las caras con el socialista Alexander Stoianoglo

Una mujer deposita su voto en un colegio electoral de la localidad de Hrusevo, Moldavia / DUMITRU DORU


Àlex Bustos
Àlex BustosPeriodista
Suspense hasta el último momento en Moldavia. Este pequeño país del este de Europa pasó este domingo por las urnas para certificar si sus habitantes quieren el rumbo a Bruselas de la presidenta Maia Sandu o prefieren acercarse de nuevo a Rusia como antaño lo hicieron algunos de sus sucesores. La confirmación estaba prevista por duplicado: en un referéndum sobre la adhesión de Moldavia en la Unión Europea y en las elecciones presidenciales, ambas celebradas el mismo día. Según datos de la Comisión Electoral Central de este lunes por la mañana, con el 98% de las papeletas, el 'sí' se situaba ligeramente por delante, con el 50,18% de los votos.
El 'sí' le dio la vuelta al resultado durante las últimas horas después de que la presidenta moldava, Maia Sandu, denunciara anoche fraude en una clara acusación a grupos próximos a Rusia, a los que acusa de comprar 300.000 votos y tildó de "grupo criminales" a quiénes habrían participado en dicha campaña. "Su objetivo era socavar un proceso democrático. Sembrar el miedo y el pánico en la sociedad" afirmó la líder moldava, que anunció una investigación para aclarar lo ocurrido. Según confirman fuentes de Transnistria a EL PERIÓDICO, como sucedió en otras votaciones "se les pagó 15€ (300 rublos transnistrios) por persona". A dichas personas se les pide a cambio de la gratificación que voten por opciones prorrusas, aunque no se puede controlar cuál es su voto final.
Según la Comisión Electoral Central (CEC) de Moldavia, la propuesta de incluir en la Constitución como objetivo nacional el ingreso del país en la Unión Europea (UE) obtenía el 50,18 % de los votos, mientras que el No conseguía el 49,82 %. El voto de la diáspora fue clave en este cambio de última hora, pues el domingo por la noche las cifras daban la espalada a las aspiraciones europeas del ejecutivo moldavo.
Ventaja de Sandu
Por lo que respecta a las elecciones presidenciales, con un el total prácticamente ya escrutado, Sandu cuenta con ventaja sobre sus rivales electorales con un 41%, algo por encima de su principal rival, el socialista prorruso Alexander Stoianoglo, con un 27%, según indican los resultados preliminares de la Comisión Electoral Central moldava. Ambos candidatos se verán las caras nuevamente en la segunda vuelta de las elecciones el próximo 3 de noviembre en unos comicios donde únicamente participarán ellos dos.
Con las urnas ya cerradas, hora local, cerca del 50% de los votantes moldavos, 1,498,505 concretamente ha votado, según apunta la agencia de noticias nacional Moldpres. Esta cifra representa una mejora respecto a las últimas elecciones presidenciales, en las que un 41% de la población votó. Desde sectores prorrusos se buscó hacer boicot al referéndum para que no se llegará al 33% de participación, el mínimo estipulado para que este proceso fuera vinculante para el ejecutivo moldavo.
La capital es la zona más favorable a la adhesión europea moldava y a la presidenta Sandu mientras que en las regiones la tendencia es más prorrusa y a favor del candidato socialista Stoianoglo. Esta tendencia se nota especialmente en la rebelde Transnistria (que no está bajo control de Chisinau y cuyos votantes acuden a centros de votación fuera de dicho territorio) y Gagauzia, una región autonóma donde vive una minoría étnica diferente a la moldava.
Influencia rusa
Uno de los principales temores del gobierno moldavo era la influencia de Rusia en el país. Este pequeño estado exsoviético sabe lo que es estar bajo la órbita de Rusia (durante décadas formó parte del Imperio Ruso y la Unión Soviética), e incluso una vez recuperó su independencia tras el colapso de la URSS, igualmente recibió presiones de Moscú a través del suministro de gas y del apoyo al estado no reconocido de Transnistria. Y la actualidad no es una excepción, pues las autoridades estaban preocupadas de lo que podría ocurrir en la votación.
Ilan Shor, un político próximo a Moscú y huido de la justicia moldava por lavado de dinero y corrupción (participó en el llamado “atraco del siglo” en el que se robaron más de mil millones de euros de bancos del país, el equivalente al 13% del PIB moldavo), fue uno de los promotores del “no”, llegando incluso a prometer dinero a quiénes votaran por dicha opción en el referéndum. Lo hizo desde Rusia, donde reside y donde recibió la nacionalidad recientemente en mayo de 2024. Su formación lideró algunas protestas en 2023 contra el gobierno moldavo y fue ilegalizada por el Tribunal Constitucional del país, que argumentó que toda formación política “debe defender el pluralismo político, el estado de derecho y la integridad territorial moldava. Posteriormente, buscó crear un nuevo partido pero se disolvió antes de unas elecciones locales por acusaciones de recibir dinero ilegal desde Rusia.
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