Desde Ucrania
Ucrania se prepara para una década alternando períodos de paz y de guerra: “Será como Oriente Próximo”
“Nuestra misión como Ejército es hacer que el tiempo de alto el fuego dure tanto como sea posible”, coronel Hennadiy Kovalenko | “Tenemos instrumentos para forzar a Rusia a negociar”, Oleksandr Litvinenko

Járkov (Ucrania), 25/02/2022.- El cuerpo de un soldado sin vida junto a los restos de un vehículo blindado de transporte ruso / SERGEY KOZLOV

Ucrania ya ganó de algún modo la guerra en los tres primeros días de la invasión rusa, hace casi 1.000 días. Al evitar que las poderosas tropas de Vladímir Putin tomaran el control de la capital y descabezaran al Gobierno, evitó convertirse en un país títere. Una victoria que sorprendió al mundo. Cuenta el conductor Alexei, mientras recorre la carretera que conecta Kiev con el norte, por donde se produjo el intento de toma de la capital, un episodio poco conocido de aquel fatídico 24 de febrero de 2022: agentes rusos habían ido infiltrándose en el país durante los meses anteriores, y alquilaron pisos estratégicamente situados por toda la ciudad. El día de la invasión, salieron de las sombras y comenzaron a realizar intentos de sabotaje por toda la ciudad, en una estrategia aprendida durante la invasión del Donbás de 2014. Pretendían quemar edificios oficiales, deshabilitar infraestructuras eléctricas o sembrar el caos en los transportes. Las fuerzas de seguridad kievitas, ayudadas por los civiles, iniciaron una auténtica caza del hombre. Al saboteador que encontraban, lo ejecutaban, asegura Alexei.
Desde aquellos días han pasado ya casi tres años. En 2022, los ucranianos consiguieron recuperar mucho territorio. Pero desde el año pasado parece que todo está inmóvil, casi congelado. Los soldados siguen muriendo por miles en el frente pero, ¿para qué? ¿y hasta cuándo?
Cada vez más ucranianos, civiles, militares u oficiales del Gobierno, se preparan para una guerra larga. Vivir en estado de deflagración constante: quizá un alto el fuego, seguido de un nuevo conflicto y otra pausa hasta el siguiente. Un conflicto intermitente, como el de Oriente Próximo, más que un conflicto congelado como el de las dos Coreas.
“Durante los siguientes diez años viviremos períodos de conflicto congelado, de paz y alto el fuego, y períodos de guerra activa”, prevé el coronel Hennadiy “H” Kovalenko, director de Cooperación Internacional del Ministerio de Defensa, durante una conversación con un reducido grupo de periodistas internacionales, entre ellos EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. “Nuestra responsabilidad desde el Ejército es hacer que esos períodos de paz y alto el fuego sean tan largos como sea posible, y aquellos de guerra, tan cortos como se pueda, hasta que se alcance la victoria y la integridad territorial de Ucrania sea restablecida”.
Un futuro parecido al de Oriente Próximo
En los vagones del metro de Kiev hay pantallas de televisión que alternan anuncios de ropa de moda con otros que instan a los jóvenes a alistarse. Una mujer de mediana edad los ignora y se distrae haciendo "scroll" en su cuenta de Instagram durante el trayecto. Pasa rápido los vídeos constantes de soldados hablando a cámara desde las trincheras. Solo se detiene en vídeos de animales y de maquillaje.
El hastío bélico se apodera poco a poco de la población. Muchos jóvenes no quieren ir al frente. Alrededor de 650.000 hombres en edad de luchar han abandonado el país, según Eurostat. Ucrania intenta forzar su alistamiento amenazando con cortar el acceso a los servicios sociales a los que eludan su responsabilidad. Pero hay una disonancia insostenible entre el objetivo bélico, expulsar a uno de los mayores ejércitos del mundo del 20% del territorio ucraniano, y la disponibilidad de reclutas para alimentar la máquina de guerra.
El conflicto será largo, y casi todos lo saben. “Tengo a cinco miembros de la familia en el frente. Mi marido sigue haciendo entrenamientos de tiro. Nos estamos preparando”, dice Iryna Nemyrovych, ex alta funcionaria del Gobierno y cofundadora de la ONG médica UHC. Pavlo Kovtoniuk, su compañero en la asociación, y ex viceministro de Sanidad del Gobierno del presidente Volodímir Zelenski, insiste en la idea de un conflicto para una generación: “Creo que habrá períodos de pausa, y luego choques militares. Algo parecido a lo que se vive en Israel y Oriente Próximo. Ahora necesitamos una pausa. Pero la guerra no va a parar”.
“Tenemos instrumentos para forzar a Rusia a negociar”
En el primer año de contienda, además de conseguir detener una imponente columna de tanques que iba hacia Kiev, consiguieron alejar a las tropas rusas de la segunda ciudad del país, Járkov, protegiendo a la población del martirio de la artillería rusa. Pero han fracasado en los intentos de romper las líneas defensivas rusas en los territorios ocupados del Donbás (donde Putin ha creado las autodenominadas República Popular de Donetsk y de Lugansk), Jersón o Zaporiyia. Hace dos semanas, los rusos consiguieron conquistar la ciudad estratégica de Vuhledar, y van camino de convertir otro punto clave, Pokrovsk, en otro Bajmut, un infierno de destrucción bajo control de las tropas de Putin.
El presidente Volodímir Zelenski dio un golpe de efecto el pasado mes de agosto cuando ordenó a sus tropas invadir territorio ruso en Kursk. Fue la primera invasión que encajaba Rusia desde la II Guerra Mundial. Ucrania ha conseguido tomar y controlar un territorio de unos 800 kilómetros cuadrados de esa provincia rusa, según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW). La intención era tanto lograr algo de territorio para intercambiar en una posible negociación como mostrar que Rusia también tiene puntos débiles, y evitar también una invasión a la región ucraniana de Sumy. Pero, sobre todo, querían provocar que Rusia desviara tropas desde el frente del Donbás para recuperar la región invadida. Putin, que primero trató de quitar importancia a la invasión, ahora ha ordenado el envío de 50.000 soldados para tratar de expulsar a los ucranianos, según el Gobierno ucraniano. Es aproximadamente un 10% de las fuerzas que tiene en el frente de 1.500 kilómetros que debe mantener.
“Hay que forzar a Rusia a sentarse a negociar. Tenemos instrumentos y medidas especiales para forzar a Moscú a tomar la decisión correcta. Y no puedo decir más”, comenta enigmático Oleksandr Lytvynenko, secretario y máximo responsable del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania. Lytvynenko atiende a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA junto a media docena de medios internacionales en la sede kievita del Consejo, fuertemente militarizada y protegida por sacos terreros. Con voz pausada, frunciendo unas características cejas casi triangulares, el que fuera también jefe del Servicio Secreto Exterior del país advierte de que se preparan para “el invierno más duro”, porque Rusia “ha destruido 8 GW de producción energética”, aproximadamente la mitad del total. Pide que los aliados arrimen el hombro, ahora más que nunca. “La primera necesidad son las defensas antiaéreas porque sin ellas los rusos pueden golpear nuestro sistema energético, los depósitos de municiones o a la gente”, añade.
Pendientes de Estados Unidos
En la misma línea se expresa el mencionado coronel “H”: Ucrania depende de sus socios. Él prestó servicio como oficial de Estado Mayor en el Cuartel General del Mando Estratégico de la OTAN en Estados Unidos, y dice conocer “cómo funciona la OTAN, pero, aún más importante, también cómo no lo hace”.
Reconoce errores propios, eso sí. “Una de las razones por las que no tuvo éxito la contraofensiva del año pasado fue la débil seguridad operacional: hasta las babushkas [las abuelas] sabían de nuestra estrategia y qué íbamos a atacar al día siguiente”, se queja. Se frena frecuentemente durante la conversación para evitar dar detalles delicados de la estrategia militar. Pero dice tener claro que van a ganar. Ahuyenta a los analistas bélicos agoreros que empiezan a multiplicarse en los medios occidentales: “¿Dónde están ahora los que dijeron que caeríamos en tres días”, clama. “No estamos perdiendo territorios: eso es una prueba de que la estrategia es correcta. Seguimos creando brigadas [unidades militares de unos 2.000 soldados]. Seguimos recibiendo apoyo de muchos países. Y hemos conseguido liberar el 50% de los territorios conquistados por los rusos desde febrero de 2022”, argumenta.

Archivo - Imagen de archivo de un ataque ruso sobre la ciudad ucraniana de Odesa. / -/Ukrinform/dpa - Archivo
En Kiev están pendientes, como medio mundo, de si será Donald Trump o Kamala Harris el próximo presidente o presidenta de la hiperpotencia global, de la que tanto dependen. ¿Cuál es el plan si gana Trump?, preguntamos a Lytvynenko, que elude la cuestión: “Nuestro plan es trabajar, luchar, sobrevivir y ganar”.
Zelenski ha realizado estos días una gira por las capitales europeas para promover su Plan de Victoria, que ya presentó a Joe Biden, Kamala Harris y Donald Trump en septiembre. Pretende “crear las condiciones adecuadas para un final justo de la guerra”. Es un plan secreto y que incluye sorpresas, según las fuentes ucranianas consultadas. En Kiev cuentan los días para que pasen las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre en Estados Unidos. Ese día comienzan a perfilar de nuevo su futuro. Se abre, previsiblemente y si nada cambia, una década de períodos de paz con choques militares con la potencia rusa.
Trump asegura que Putin va a liberar a más de mil prisioneros "casi de inmediato"
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este lunes que su homólogo de Rusia, Vladímir Putin, quiere liberar a más de mil prisioneros ucranianos para demostrar que quiere llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra de Ucrania. "Creo que verán que el presidente Putin quiere algo diferente", dijo Trump al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y al resto de líderes europeos presentes en la reunión en la Casa Blanca. Y siguió: "Va a haber movimientos realmente positivos. Sé que hay más de 1.000 prisioneros (en Rusia) y sé que va a liberarlos, quizá los liberen muy pronto, casi de inmediato, lo cual me parece excelente".
Von der Leyen pide que todos los niños ucranianos sean devueltos a sus familias
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, defendió este lunes que "todos los niños ucranianos deben ser devueltos", en referencia a los menores separados de sus padres y abuelos durante la guerra y que Rusia quiere dar en adopción, sin que sus familias puedan recuperarlos. Von der Leyen señaló que ésta "debería ser una de las principales prioridades" de las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, durante un encuentro en la Casa Blanca con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien agradeció que haya mencionado la importancia del tema; el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y los mandatarios de Francia, Alemania, Reino Unido, Finlandia e Italia.
Trump dice que Putin aceptará garantías de seguridad para Ucrania
Trump ha dicho que Putin ha aceptado "garantías de seguridad para Ucrania". Bajo esa expresión podría entenderse que Rusia aceptaría que un cuerpo militar internacional tomase posiciones en Ucrania como una vía de asegurar la estabilidad de las fronteras decididas tras un acuerdo de paz. Pero esas condiciones de seguridad serían un acuerdo posterior a la negociación de los territorios cedidos a Rusia tras haberlos conquistado militarmente durante la guerra. "Soy optimista de que colectivamente podemos llegar a un acuerdo que disuada cualquier agresión futura contra Ucrania", ha dicho Trump. Pero para ello, tras el acto de pleitesía diplomática visto este lunes en la Casa Blanca deberían fijarse las nuevas fronteras, que Trump describió como "posibles intercambios de territorios". EEUU tiene interés en explotar las tierras raras de Ucrania, tras el acuerdo alcanzado anteriormente con Zelenski. La cesión de territorios no solo afectaría a Crimea. Las declaraciones de Trump apuntan a que Donetsk y Lugansk son prioridades del Kremlin, y se da por descontado que Crimea seguirá bajo control ruso.
Las garantías de seguridad y apoyo a Ucrania tras la guerra, factor fundamental
En una reunión multilateral entre los líderes europeos, Zelenski y Trump, las garantías de seguridad posteriores a un posible acuerdo de paz han ganado protagonismo. Con protocolos poco habituales en la diplomacia internacional, se ha hecho una rueda de prensa previa a la reunión y, posteriormente, la reunión entre los líderes europeos y Trump ha sido retransmitida en directo mostrando las entrañas de una mendicidad internacional de paz al líder mundial que consolida su papel, Donald Trump. Tras Zelenski, los líderes europeos encarnados en Rutte, Von der Leyen, Starmer, Macron o Meloni han verbalizado sus demandas de paz y seguridad para facilitar un acuerdo de paz, ante el convencimiento de que Rusia es una amenaza para Europa en su conjunto. Trump ha sido cordial y educado, pese a que el formato de reunión utilizado ha sido sorprendente.
Los líderes europeos aportan garantías de seguridad tras un posible acuerdo de paz
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avanzó este lunes que "más tarde" podría hacer un anuncio sobre garantías de seguridad para Ucrania a cargo de tropas estadounidenses y la de los socios europeos, que llevarían el peso de esas salvaguardias frente a futuras amenazas de Rusia tras un acuerdo de paz. "Les informaremos de ello quizá más tarde. Hoy nos reuniremos con siete personas estupendas, de países estupendos también, y hablaremos de ello", respondió Trump en el Despacho Oval a un periodista que le preguntó por la participación de las fuerzas de EEUU en esta seguridad para Kiev. La presencia de líderes europeos en este encuentro en la Casa Blanca debería servir para asegurar las condiciones posteriores a un posible acuerdo de paz, con la idea de sufragar los costes de la presencia militar de EEUU y Europa tras un escenario de paz, con previsible cesión de tierras ucranianas a Rusia. El futuro de varias regiones ocupadas por las tropas rusas está en el centro de las negociaciones para encontrar un acuerdo de paz. Ucrania debería aceptar la cesión a Rusia de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, a cambio de una congelación del frente en las regiones sureñas de Jersón y Zaporiyia. Zelenski presenta a Trump una contrapropuesta que deberá ser evaluada por Putin.