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Andréi Gnyot, activista bielorruso detenido en Serbia: "Lo que me espera con Lukashenko es la tortura y una muerte dura"
El periodista está acusado en su país "delitos fiscales" pero en realidad está considerado enemigo público del régimen por denunciar abusos de los fondos públicos, participabar en protestas y publicar vídeos de las mismas

El activista bielorruso Andréi Gnyot posa con una carta firmada por 783 artistas pidiendo su liberación al Gobierno serbio. / OGNJEN ZORIC / AFP
El Parlamento Europeo adoptó una resolución el pasado 18 de septiembre sobre los presos políticos en Bielorrusia y pidió a Serbia que no extradite al periodista, director de anuncios de televisión y activista bielorruso Andréi Gnyot al régimen de Lukashenko. "Este documento me da la esperanza de que Serbia no me va a enviar a muerte", dice en una entrevista con EL PERIÓDICO Gnyot, que se encuentra atrapado en este país balcánico bajo detención esperando la decisión judicial. Aun así, teme que pueda ser extraditado en virtud de los acuerdos bilaterales entre Serbia y Bielorrusia. No sería la primera vez que el Gobierno de Belgrado extradita a personas a países donde pueden enfrentarse al maltrato y persecución, o incluso la muerte.
Gnyot explica que en su país de origen se le ha tachado de "enemigo del régimen de Aleksandr Lukashenko" porque luchaba contra la dictadura, sacaba a la luz abusos de los fondos públicos, participaba en las protestas y publicaba vídeos de las manifestaciones.
La orden de Interpol
En octubre de 2023, viajó a Serbia por su trabajo de publicista de televisión, con planes de quedarse solo una semana. Al llegar, la policía serbia lo detuvo en el aeropuerto atendiendo una orden de arresto de Interpol presentada por Bielorrusia, que le achaca "delitos fiscales".
A pesar de que a finales de junio Interpol suspendió la orden contra Gnyot por considerar que tenía una motivación política, el caso de su extradición sigue activo por las relaciones bilaterales entre los dos países.
"No tenía ninguna información sobre la existencia de una orden de Interpol. Si lo hubiera sabido, nunca habría viajado a Serbia, que es un país peligroso, por tener buenas relaciones con Bielorrusia", señala Gnyot.
El activista pasó los siguientes siete meses en prisión, y desde junio se encuentra bajo arresto domiciliario. El caso ahora está de nuevo en el Tribunal Supremo en Belgrado, después de que a principios de septiembre el Tribunal de Apelación cancelase la decisión de extraditarle por falta de pruebas.
Abuso de las órdenes de detención de Interpol
El Parlamento Europeo expresa en su resolución su "preocupación por la persecución en el exilio" y "el abuso de las órdenes de detención de Interpol para lograr la extradición de opositores políticos de países no pertenecientes a la UE" y pide a Serbia "que se abstenga de extraditar al periodista bielorruso Andréi Gnyot y que la UE y los Estados miembros supervisen su caso".
"Decenas de miles de personas desplazadas políticamente que huyeron de Bielorrusia después de 2020, a menudo son acusadas de crímenes que a primera vista parecen ser delitos financieros como la evasión fiscal, pero detrás de los cuales se esconde en realidad el deseo de las autoridades bielorrusas de tener en sus manos aquellas personas que prácticamente alzaron su voz contra las élites políticas", apunta el abogado serbio Nickoa Kovacevic, especializado en migraciones, asilo y tortura.
"El caso de Andréi Gnyot es un ejemplo típico del fenómeno descrito, y eso es a lo que el Tribunal Superior de Belgrado y el Tribunal de Apelaciones deberían prestar atención, independientemente del contenido de la petición y de la naturaleza de los actos criminales que se destaquen, que es solo una máscara", añade este abogado.
Riesgo de tortura o incluso pena de muerte
"Lo que me espera en Bielorrusia bajo el régimen de Lukashenko es la tortura y una muerte dura", afirma sin dudarlo Gnyot y pone sus esperanzas en el Gobierno serbio, que es firmante de las normativas internacionales en el ámbito de derechos humanos, incluyendo el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
El abogado Kovacevic asegura que el Tribunal Superior y el Tribunal de Apelaciones de Belgrado tienen la oportunidad de aplicar directamente las normas relativas al principio de no extradición en el caso de Gnyot. "Esas normas les obligan a garantizar que las personas que son extraditadas tengan derecho a un juicio justo", señala Kovacevic y añade que "en el caso de Andréi Gnyot, hay algunos indicios de que podría incluso recibir cadena perpetua o incluso la pena de muerte".
Si finalmente los tribunales deciden devolver al activista a Bielorrusia, la última palabra la tiene la ministra de Justicia, Maja Popovic, que tiene el poder de cancelar la orden de extradición.
Desde el Ministerio de Justicia en Serbia no han respondido a la pregunta de EL PERIÓDICO de si van a cumplir con la resolución del Parlamento Europeo y no extraditar el periodista bielorruso.
Andréi Gnyot también ha enviado cartas con una petición al presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, al primer ministro de Serbia y a los ministros de Cultura y Justicia para que no lo extraditen. La petición fue firmada por 783 figuras públicas influyentes de todo el mundo. A día de hoy, no ha recibido ninguna respuesta de los órganos serbios. "Solo silencio", comenta.
Su detención oficialmente vence el 30 de octubre, explica Gnyot a EL PERIÓDICO. Nadie tiene claro qué pasará después de esa fecha.
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