ANÁLISIS DEL DEBATE

Así será el próximo comandante en jefe: Trump asusta en Ucrania, Harris pide terminar la guerra de Gaza

El expresidente se niega a decir si prefiere que la guerra la gane Putin o Zelenski, la candidata demócrata repite el mantra de Biden sobre Oriente Próximo

10 de septiembre de 2024, Filadelfia, Estados Unidos. 
El candidato presidencial republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris durante el debate presidencial

10 de septiembre de 2024, Filadelfia, Estados Unidos. El candidato presidencial republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris durante el debate presidencial / Associated Press/LaPresse

Mario Saavedra

Mario Saavedra

Madrid
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“Señor presidente -preguntaba a Donald Trump el conductor del debate electoral presidencial en la cadena estadounidense ABC-, ¿quiere usted que Ucrania gane la guerra?” “Lo que quiero es que acabe la guerra”, ha respondido el republicano. “Y que Europa pague”, ha añadido. “Pero, ¿quiere que Ucrania gane?”, ha insistido el presentador. Por segunda vez, el candidato republicano ha evitado responder a la cuestión directa. Trump rehúye decantarse sobre quién debe ganar la contienda que se inició en 2022 tras la invasión de Rusia a gran escala. Lo que tiene claro es que no quiere gastar dinero allí. Cree que es un problema europeo que deben resolver los europeos. La simple idea de aguantar al tótem militar ruso sin ayuda del país más poderoso de la OTAN genera nerviosismo de Kiev a Bruselas, y goce en Moscú. Trump no será un socio fiable para Volodímir Zelenski. 

“Lo ha vuelto a dejar muy claro Trump en el debate, y no hay que olvidar que el vicepresidente que ha elegido, J.D. Vance, ha sido todavía un mayor detractor de enviar cualquier ayuda militar a Ucrania”, valora para este diario Vicente Palacio, director de política exterior de Fundación Alternativas. 

Trump ha esgrimido un hecho cierto, y es que durante sus cuatro años de presidencia no se desataron guerras tan cruentas como la de Ucrania y la de Gaza. ¿Circunstancial? Él cree que no. Considera que es una cuestión de respeto y de proyectar una imagen de dureza. Vladímir Putin no se habría atrevido a invadir a su país vecino y Hamás no habría osado lanzar un ataque como el del 7 de octubre contra Israel. Y advierte contra los políticos como el actual presidente Biden, “que está jugando con la Tercera Guerra Mundial”. 

De todos los líderes de la Unión Europea, Trump ha loado solo a uno, precisamente el más cercano a Rusia y la oveja negra de los 27: el húngaro Víktor Orbán. “La presidencia de Trump espolearía a líderes como Orbán. Tendría un efecto muy divisivo dentro de la Unión Europea”, añade Palacio. Pero, ¿y si precisamente su falta de apoyo militar y monetario fuerza a Zelenski a firmar un alto el fuego y pone a Putin un puente de plata para que frene la ofensiva?

Kamala Harris ha arremetido contra el republicano. Si por Trump fuera, “Putin estaría ahora mismo sentado en Kiev con la vista puesta en el resto de  Europa”, ha espetado la demócrata. “¿Por qué no le dices a los 800.000 polacos americanos aquí mismo en Pensilvania lo rápido que te rindes para ganar el favor del que tú crees que es tu amigo [Putin] y que es un conocido dictador que te merendaría?” 

“Ella odia a Israel y odia a los árabes”

Si las palabras de Trump han puesto los pelos de punta en la capital ucraniana, las palabras de ambos sobre Gaza han debido dejar fríos a todos los actores de Oriente Próximo. 

La demócrata Kamala Harris ha respondido a la cuestión sobre la guerra de Israel contra Hamás en Gaza hablando de los “40.000 palestinos muertos”, validando una cifra que aporta el Gobierno de la Franja y que todo el mundo da por buena, incluidas las Naciones Unidas, pero que algunos dentro de la arena pro-israelí y el propio Ejército hebreo ponen en duda. 

También ha hecho referencia Harris a “las mujeres fueron violadas de forma horrible” durante los ataques de Hamás del 7 de octubre que causaron “1.200 muertos”. Hamás y grupos propalestinos cuestionan que hubiera violaciones generalizadas, aunque Naciones Unidas constata que se produjeron en varios puntos durante el ataque, en base a testimonios de testigos y víctimas.

“Israel tiene derecho a defenderse, pero cómo lo haga importa. Demasiados palestinos han muerto. Mujeres y niños. Esta guerra debe terminar de forma inmediata. Necesitamos un acuerdo de forma inmediata para la liberación de los rehenes. Y regresar a la solución de dos estados: seguridad para ambos”, ha subrayado la candidata afrocaribeña. “Le daré a Israel siempre la capacidad para defenderse, pero debemos tener dos estados”.

Donald Trump no ha entrado en los detalles sobre cómo actuará para que termine el baño de sangre en Gaza o qué hará para convencer a Benjamín Netanyahu y a Hamás de que acepten un alto el fuego. Pero ha atacado a Harris con este asunto. “Ella odia a Israel, no se vio con Netanyahu [cuando visitó el Congreso de Estados Unidos en julio] porque estaba en una fiesta. También odia a los árabes”, ha argumentado antes de poner el foco en Irán. Un país del que él se jacta de haber llevado a la ruina con sanciones. Tampoco en Teherán pueden esperar nada bueno de la eventual vuelta del republicano a la Casa Blanca. Fue él quien tumbó el acuerdo nuclear de los ayatolás con la comunidad internacional para frenar su programa nuclear a cambio del alivio de las sanciones económicas. 

Guerra comercial en ciernes

La principal propuesta económica de Donald Trump en el debate ha sido la de obtener centenares de miles de millones de dólares gracias a una subida de los aranceles que EEUU pondrá a los productos extranjeros, especialmente a los chinos.

Esta medida ya la adoptó el país entre 2016 y 2020. Sometió a España a un castigo con tasas a la aceituna, el vino y el aceite de oliva, que en todo caso su sucesor Joe Biden no eliminó. “Goldman Sachs y 16 premios Nobel ya han dicho que su plan económico traerá recesión e inflación”, ha repuesto Harris. 

La demócrata ha mirado más hacia dentro en economía. Promete cheques bebés de 6.000 euros y ayudas a las empresas de 50.000 en forma de exenciones fiscales. Se trata, dice, de recuperar la clase media. 

Si la clase media estadounidense resurge, eso puede ser un motor para el resto del mundo. Si se lanza una guerra arancelaria, la UE deberá hacer lo propio y defenderse con reciprocidad. 

Estados Unidos va por delante en crecimiento en PIB, pero tiene un problema de inflación que aún trata de dominar. Uno de los grandes planes macroeconómicos de Biden, la construcción subvencionada de una economía verde (coches eléctricos, energía e infraestructuras sostenibles), seguirá adelante previsiblemente, gane quien gane. Pero Kamala Harris ha dado un giro de 180 grados en el uso de energías contaminantes, como el gas de esquisto o fracking, petróleo y gas. 

La cuestión que más preocupa fuera de Estados Unidos, no obstante, es la estabilidad de la primera potencia mundial. Donald Trump ha vuelto a insistir en este debate en que él fue el ganador de las elecciones de 2020, y que la presidencia le fue robada. ¿Qué pasará si pierde frente a Harris por unos pocos miles de votos en un puñado de estados clave?