"Pagaron por un futuro mejor", denuncian los familiares de los acusados del naufragio del mar jónico

Solo buscaba salir de un Egipto en crisis y un futuro mejor, explicaba a EFE el padre de Ahmed Ezzat, uno de los nueve detenidos por el naufragio que dejó este mes cientos de víctimas en el mar Jónico. La familia de Ezzat y la de otros acusados aseguran que ellos son inocentes y que nunca han formado parte de una red de tráfico de personas como los acusan las autoridades griegas.

Desde el pueblo de Al Khasha, al norte de El Cairo, Hag Ezzat y su familia esperan tener alguna noticia de su hijo Ahmed. En una conversación telefónica aseguraba que están "muy preocupados". "Nuestro corazón está quemado, su madre y sus hermanas están muy cansadas y destruidas por un joven que todavía no se casó y solo aspiraba a tener un futuro mejor", asegura su familia.

Pagar para que los acusen

Ahmed y sus compañeros de travesía están acusados por las autoridades helenas de tráfico ilegal de personas en el pesquero que se hundió provocando la muerte de al menos 81 pasajeros y la desaparición de cientos de ellos.

Excepto uno, que sí que afirmó haber actuado de coordinador en el buque para poner orden en la cubierta, los otros ocho egipcios han negado su participación en una red de tráfico de personas. Además, todos aseguran haber pagado el viaje que acabó en tragedia.

Han sido las familias de dos detenidos y un desaparecido quienes han confirmado que pagaron 4.160 euros a una persona que fue a recoger el dinero a la puerta de sus casas. "Salió hace un mes de Egipto hacia Libia, en un viaje normal, y nos llamó solo una vez durante ese mes para coordinar la llegada y recogida del dinero a través de un hombre", afirmó el Hag Ezzat.

Huelga de hambre

Desde que se supo que salió con vida de una de las mayores tragedias en el Mediterráneo, Ahmed solo ha hablado una vez con su padre de manera clandestina. En esta conversación el chico reconfortaba a su padre diciéndole que se encontraba bien y que había decidido empezar "una huelga de hambre para presionar a las autoridades griegas para llevarles a otro lugar".

La grave crisis que atraviesa Egipto provoca que muchas personas busquen la solución fuera de las fronteras del país a pesar de las dificultades que eso conlleva. "Mi hijo no sabe ni leer ni escribir. Trabajaba como albañil, pero no iba bien. Se ha ido porque intentaba tener un futuro mejor para comprarse un piso y casarse (...) Aquí la situación no es buena y por eso muchísimos jóvenes prefieren salir", afirmaba el progenitor de Ezzat.

Familias rotas

Mustafa Al Gammal, de 34 años, es otro de los nueve detenidos por el naufragio del Andriana, el pesquero en el que iban aproximadamente 700 personas, junto a él viajaba su primo, Mohamed Said Nagueti, de 23 años. Sus familiares aseguran que son "todos inocentes".

Junto a estas declaraciones, los familiares, que se mantienen en el anonimato, explicaron que Al Gammal tiene tres hijos y cobraba unos 118 euros al mes, "lo cual no era suficiente para una familia ni una situación digna".

Contacto para interrogar, pero no para informar

Las familias explican que solo les llega información por parte de los medios, mientras que la seguridad egipcia solo les interroga pero no les proporciona ningún dato de cómo se encuentran sus familiares.

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"Las autoridades griegas no permitieron a ninguno de ellos que se comunicaran con sus familias", denunció el director de la oenegé Platform in Egypt, Nour Khalil, y añadió que la embajada egipcia en Grecia "no ha contactado ni apoyado a los rescatados ni los familiares de las víctimas y desaparecidos".

Desde Platform in Egypt aseguran que los acusados por el naufragio del Andriana cuentan con abogados de oficio, y también critican el modus operandi de las autoridades egipcias con las familias.