Primer discurso tras ser imputado

Trump ataca como "interferencia electoral" todas las investigaciones en su contra en su primer discurso tras ser imputado

Los casos que ataca Trump y estrechan el cerco legal a su alrededor

Ataca al fiscal y al juez de Nueva York y a sus familias y con especial ahínco al fiscal especial que estudia los documentos clasificados y el asalto al Capitolio

Trump se declara no culpable y dice que su único delito ha sido defender EEUU

Agencia ATLAS | Foto: EFE

Idoya Noain

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En un día histórico, Donald Trump ha optado por el reciclaje. Solo seis horas después de ser imputado en Nueva York con 34 cargos por delitos penales, el expresidente y aspirante republicano para 2024 ha ofrecido un discurso en Mar-a-Lago en modo mitin de campaña, en el que ha repasado una lista ya múltiples veces aireada de quejas y denuncias.

En una intervención breve para sus parámetros, de 25 minutos, Trump ha atacado no solo el caso neoyorquino, sino todas las investigaciones en su contra como políticamente motivadas. Ha asegurado que se trata de “interferencia electoral”. Ha vuelto a centrarse exclusivamente en él para retratarse como víctima. Y ha hecho un retrato apocalíptico de Estados Unidos.

Del caso neoyorquino en sí Trump ha hablado poco, y eso que podía haber explotado las debilidades que numerosos expertos legales y observadores, y no solo sus aliados, ven en la construcción de los cargos que ha realizado Bragg. Y aunque Trump ha señalado a esa opinión dominante como había hecho antes en un mensaje en redes sociales y ha asegurado que su imputación es “ridícula” y “un insulto para el país conforme el mundo ya se ríe de nosotros por muchas otras razones”, no ha entrado todo lo que podría haber hecho en ese terreno. "Mi único crimen ha sido defender sin miedo a nuestra nación de quienes tratan de destruirla”, ha dicho.

Lo que sí ha hecho ha sido renovar los ataques que en redes sociales lleva semanas lanzando contra el fiscal neoyorquino, el demócrata Alvin Bragg, y contra el juez que preside el caso, Juan Merchan. Y lo ha hecho incluyendo tanto a las esposas de ambos como a la hija del magistrado. Unas horas antes Merchan se había opuesto a la petición de la fiscalía de imponer a Trump y sus abogados una orden limitando sus declaraciones públicas sobre el caso, aunque el magistrado también ha advertido de los peligros de “cierto lenguaje y retórica” incendiarios.

Trump también ha atacado a la fiscal de Georgia que dirige las pesquisas sobre su potencial injerencia en las elecciones en el estado en las presidenciales de 2020 y a la de Nueva York que ha planteado un caso civil por supuesto fraude empresarial contra Trump y sus hijos. Tanto la primera, Fanni Willis, como la segunda, Letitia James, son como Bragg, demócratas y negras.

La saña más intensa, no obstante, Trump la ha desplegado con Jack Smith, el fiscal especial que está al frente de dos investigaciones federales por el papel que desempeñó en el asalto al Capitolio y por el manejo irregular de documentos clasificados. Le ha llamado “lunático radical de izquierdas” y “lanzador de bombas”,Y en la atención de Trump a ese último proceso, donde crecen las señales de una posible imputación que incluiría cargos por obstrucción, se puede leer claramente su preocupación por un caso sobre el que este martes ha realizado de nuevo numerosas declaraciones falsas y acusaciones sin base.

Reforzado en la campaña

En una jornada tan señalada como la de este martes había expectación por escuchar las primeras palabras de Trump. Conscientes de los hábitos del republicano, no obstante, las televisiones generalistas, y otros medios como la radio pública, han decidido no emitirlas en directo. E incluso CNN, que sí la estaba retransmitiendo, ha cortado la emisión antes de que Trump concluyera. Porque lo que se había anunciado como “declaraciones a la prensa” era, en realidad, un acto electoral. Trump ya es en este momento el claro favorito para hacerse con la nominación presidencial republicana, a gran distancia de otros potenciales rivales, incluyendo Ron DeSantis.

En el acto en una de las salas inundadas de dorado de Mar-a-Lago han acompañado a Trump sus hijos Eric y Donald Jr., aliados como Roger Stone y los congresistas ultra Marjorie Taylor Greene y Matt Gaetz, así como varios cientos de invitados y periodistas. Quienes no estaban era su hija Ivanka (aunque Trump la ha mencionado en su discurso) ni su esposa, Melania Trump, de la que no ha dicho nada