Entrevista

"EEUU ha generado un vacío de poder en Oriente Próximo que aprovechan Rusia y China"

La investigadora Leticia Rodríguez, del Center for International Policy Research de Doha, destaca las relaciones cada vez más importantes de Pekín y Moscú en la región e insta a la Unión Europea a presentarse como un actor real en política exterior

Leticia Rodríguez, investigadora de Center for International Policy Research de Doha.

Leticia Rodríguez, investigadora de Center for International Policy Research de Doha. / JORDI COTRINA

Laura Puig

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Oriente Próximo y los países del golfo Pérsico no son una excepción en la estrategia de expansión de China. El gigante asiático ha utilizado su potencia económica para implantarse también en esta región, aprovechando el 'paso atrás' de Estados Unidos y Europa. También se ha marcado un tanto diplomático con su mediación entre Irán y Arabia Saudí, que recientemente anunciaron el restablecimiento de sus relaciones tras siete años de choques. Rusia, por su parte, también se ha fijado en estos países y son unas de sus vías de escape a las sanciones de Occidente por la guerra de Ucrania. Leticia Rodríguez, investigadora de Center for International Policy Research de Doha, ha analizado esta semana el nuevo tablero geopolítico en la región durante el seminario anual Aula Mediterrània del Institut Europeu de la Mediterrània (IEMed), en el Palau de Pedralbes de Barcelona.

¿Qué papel está jugando hoy en día China en Oriente Próximo? 

La presencia que tiene China ahora mismo en la región, en especial en el Golfo, tiene que ver más con relaciones económicas que con relaciones de índole militar o geoestratégica, como es el caso de Rusia. Todavía debemos esperar un tiempo para ver si van a tener un impacto y si ese impacto va a modificar la política de Estados Unidos en la región, ver si el repliegue de EEUU se revierte y vuelve otra vez a las políticas de décadas anteriores.

Gracias a la mediación de Pekín, Arabia Saudí e Irán han retomado sus relaciones diplomáticas. ¿Qué consecuencias puede tener este paso en la región?

Yo soy muy escéptica con que esas relaciones diplomáticas se vuelvan a restaurar. Creo que lo que se ha planteado en realidad es una hoja de ruta para que en los siguientes dos meses se vuelvan a abrir las embajadas en ambos territorios, y rebajar las fricciones. La mediación de China nos sorprendió a todos, incluso a Estados Unidos, pero no debería sorprender tanto si tenemos en cuenta que EEUU no parece despertar intereses en la región. De hecho, es conocido que la Administración Biden no tiene contacto prácticamente con la casa de los Al Saud y Emiratos Árabes Unidos está virando hacia el eje China-India-Rusia. La realidad es que Washington está descuidando esa región, se está generando un vacío de poder que obviamente está siendo aprovechado por potencias como Rusia y China.

¿Cuál es la visión de China y Rusia en estos países?

Son vistos como actores pragmáticos y neutrales que no van a exigir reformas democráticas. Además, son dos mercados a nivel de recursos energéticos --China es el principal mercado tanto de Qatar como de Emiratos Árabes Unidos--. Son los candidatos ideales a ser las próximas potencias en la región porque no van a suponer un peligro para los intereses nacionales. A Rusia y China no les importa lo que pase en estos países, lo único que quieren es tener presencia e impacto en la región para hacer contrapeso con EEUU. China lo está consiguiendo a través de la economía y Rusia, presentándose como un actor regional que puede ofrecer seguridad y estabilidad. Es el tándem perfecto.

¿La guerra de Ucrania ha modificado las relaciones con Moscú?

Los países del Golfo surfean las aguas en la cuestión de la guerra de Ucrania. En la Asamblea de Naciones Unidas, han votado a favor de las resoluciones sobre Ucrania, pero en el Consejo de Seguridad tenemos a Emiratos Árabes Unidos absteniéndose de las sanciones o de ir en contra de Rusia. Según un informe, Emiratos ha ayudado a oligarcas rusos e incluso al Kremlin a evitar esas sanciones. Y eso ha generado tensiones con Washington. En el caso de Arabia Saudí, lo que busca es mantener el mayor equilibrio posible entre Occidente y Rusia, pero sin olvidar que no pueden volver a repetir una caída de los precios del petróleo. Kuwait es el país del Golfo que más cerca está de la posición occidental, pero porque le toca de lleno. O sea, es como revivir la invasión de los años de los años 90, pero tampoco aplica sanciones. Y el caso de Qatar es muy interesante porque no ha recibido presiones por parte de Washington ni de la Unión Europea por sus buenas relaciones con Rusia, por el comercio actual del gas, y Rusia tampoco ha presionado a Qatar por apoyar todas las resoluciones de la ONU. Qatar se lo puede permitir porque es un socio estratégico para EEUU; es donde tiene la base militar más importante en la región, desde la que opera en todo Oriente Próximo, norte de África y en Afganistán. Y también es un socio estratégico para la Unión Europea. En estos momentos es el principal exportador de gas natural licuado a Europa. Gracias a Qatar se han llegado a acuerdos que han rebajado el precio del gas en Europa.

¿Qué repercusiones puede tener este nuevo nuevo tablero de alianzas en Oriente Próximo y el Golfo en Occidente, especialmente en la UE?

Con el inicio de la guerra de Ucrania, una cosa que me llamó mucho la atención es que la UE se dio cuenta de que los países del Golfo existían porque necesitaban de su energía, en un momento en que los precios se desbordaron y la inflación empezó a subir. Entonces la UE pasó de exigir reformas democráticas a dejar de importarle si se respetaban o no los derechos humanos, pasó de no querer contratos de largo alcance con estos países a firmarlos directamente. En este nuevo tablero regional hay ahora muchos factores: China, Rusia, Estados Unidos, que aunque se ha replegado de la región no la ha abandonado por completo y nunca la van a abandonar, y la UE, que intenta ser un actor relevante, pero siempre está en segundo o tercer plano. Cómo este conjunto de alianzas afectará a la UE va a depender más de los líderes europeos, de cómo traten a estos países.

¿Cómo debería, entonces, la UE acercarse a la región sin legitimar regímenes antidemocráticos y sin imponer tampoco la lógica colonial?

Lo que tiene que hacer la UE en política exterior es presentarse como un actor real. Pero el problema es que está formada por estados, algunos de los cuales han sido antiguas potencias coloniales en la región y que tienen a día de hoy sus intereses. Y estos muchas veces chocan con la agenda europea. Lo vimos durante las primaveras árabes. En el minuto uno, la UE intentó ser un actor en la región. Y sin embargo, al final fueron Francia, Reino Unido e Italia, los que tuvieron presencia de manera individual. Mientras en la guerra de Ucrania actúa a una, como un actor a tener en cuenta en el conflicto, cuando se trata de Oriente Próximo y del norte de África ahí priman más los intereses de los Estados miembros. Superar eso es muy difícil. Creo que a día de hoy, sin una integración política real, es imposible.

¿Pero los Estados miembros no están dispuestos a ceder soberanía en este aspecto?

Ni van a ceder soberanía en ese aspecto, ni van a ceder en cuestiones que tienen que ver con inteligencia o con seguridad porque la información es poder y porque, desde hace mucho tiempo, la UE dejó esa integración política para irse a la vía de la integración económica.