Mordaza a la disidencia en Rusia

El Kremlin apunta a la oenegé Memorial

Las fuerzas de seguridad registran los domicilios de varios miembros de la principal organización rusa de derechos humanos

Las autoridades rusas ya clausuraron a la institución en 2021, a la que acusaron de “enaltecer el terrorismo y extremismo”

El nuevo busto de Stalin desvelado en la ciudad de Volgogrado.

El nuevo busto de Stalin desvelado en la ciudad de Volgogrado. / STRINGER / AFP

Àlex Bustos

Àlex Bustos

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Los últimos años no han sido fáciles para la oenegé rusa Memorial. El último golpe que ha recibido ha sido la acusación de este martes a su vicepresidente, Oleg Orlov, de “desacreditar al Ejército”, cargo por el que podría ser condenado a hasta tres años de cárcel. Concretamente se le acusa por un post difundido en Facebook en 2022, en el que compartía su propio artículo traducido en un medio francés, el cuál se titulaba “Ellos querían fascismo. Lo consiguieron”.

Este mismo día, miembros de las fuerzas de seguridad de Rusia registraron los domicilios de miembros de la organización, bajo la investigación policial por la supuesta intención de “rehabilitar el nazismo” de estos, un delito perseguido con hasta cinco años de cárcel por la legislación rusa. Según la propia Memorial, la policía rusa se ha personado en al menos ocho domicilios de miembros de la organización, uno de sus familiares y dos de sus antiguas oficinas.

La historia de Memorial no es única. En 2008 las autoridades les confiscaron su archivo digital. Ocho años más tarde, en 2016 fue declarada por el Gobierno ruso “agente extranjero”. 2021 fue su peor año, ya que se vieron obligados a cerrar y desaparecer como entidad legal registrada ante el Gobierno ruso por orden de las mismas autoridades. En 2022 recibieron el premio Nobel de la Paz junto al opositor bielorruso Ales Bialiatski y el Centro por las Libertades Civiles de Ucrania. El mismo día que se anunció la buena nueva para Memorial, el 7 de octubre, la policía rusa registró sus oficinas. Este tipo de medidas las han sufrido tanto oenegés como medios de comunicación independientes. La mayor parte de ellos se han visto obligados a irse del país, en especial aquellos que ya habían recibido las etiquetas de "agente extranjero", "organización indeseable" u "organización extemista", todas ellas con obvias connotaciones negativas, más allá de las consecuencias legales que acarrean.

Los crímenes de Stalin y su legado

La organización ha trabajado durante años en favor de los derechos humanos, en especial en restituir el honor de las víctimas de la represión estalinista de los años 50 y recordarlas. Además de sacar a la luz el tabú de los crímenes del estalinismo, también han cubierto violaciones contra los derechos humanos en la Rusia post-soviética y otros países que formaron parte de la URSS como Kazajistán y Ucrania. Aunque el legado Iosif Djugashvili – Stalin – al mando de la URSS es algo difícil de gestionar, el gobierno de Vladímir Putin suele preferir no condenarlo abiertamente y permitir su glorificación, tal y como demuestra el busto del georgiano en plena Plaza Roja, donde sus partidarios le honran en fechas señaladas con el evidente beneplácito de las autoridades rusas.

Memorial surgió en 1989, en el clima de apertura al mundo suscitado durante la época de la perestroika. En la Rusia de Putin ha sobrevivido 21 años, durante los cuáles sus integrantes mantuvieron su labor a pesar de las dificultades de recordar a todos aquellos represaliados del Gran Terror de la era soviética, como los que sufrieron purgas, deportaciones masivas o ser enviados al gulag, sin olvidar su relevante trabajo en contextos más actuales como las guerras de Chechenia de los años 90. 

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