Guerra de Ucrania

Los ultras del Dinamo de Kiev cambian las gradas por los drones y las armas

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Muchos aficionados del Dinamo que ahora luchan contra Rusia lucen en su uniforme la D estilizada, de caligrafía, del escudo de su club

Centenares de seguidores del Dinamo de Kiev, el equipo más laureado de Ucrania, han cambiado las bufandas, las bengalas y las pancartas por los uniformes militares, los drones y las armas, y combaten contra el invasor ruso junto al Ejército de su país

Centenares de seguidores del Dinamo de Kiev, el equipo más laureado de Ucrania, han cambiado las bufandas, las bengalas y las pancartas por los uniformes militares, los drones y las armas, y combaten contra el invasor ruso junto al Ejército de su país / EFE

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Centenares de seguidores del Dinamo de Kiev, el equipo más laureado de Ucrania, han cambiado las bufandas, las bengalas y las pancartas por los uniformes militares, los drones y las armas, y combaten contra el invasor ruso junto al Ejército de su país.

"Desde el mes de diciembre he estado desplegado en Bajmut", cuenta sentado en el bar "El córner", junto al estadio Olímpico de Kiev y donde se reúnen los ultras del Dinamo, Andrii Korenivskyi, que lleva un negocio de venta online de material del equipo y se unió al ejército como voluntario el pasado mes de mayo.

Korenivskyi, de 39 años y desde los 14 en el fondo donde se reúnen los aficionados más radicales del Dinamo, decidió dar el paso después de que el Ejército ucraniano empujara a retirarse de Kiev y sus inmediaciones a las fuerzas invasoras rusas.

Ayuda de toda Europa

Hasta entonces había trabajado como coordinador de la ayuda humanitaria y militar que recibían de movimientos ultras de toda Europa en el pub "El Córner", donde se juntan los seguidores del club para ver los partidos que el Dinamo ha de jugar a puerta cerrada desde que empezó esta guerra por la amenaza de bombardeos.

Pese a no tener experiencia militar previa, Korenivskyi aprendió rápidamente a manejar drones y participó el pasado otoño, en tareas de inteligencia aérea, en la liberación de la ciudad sureña de Jersón.

Los últimos tres meses los ha pasado en Bajmut, la ciudad del este de Ucrania asediada por Rusia donde se producen los combates más duros.

"Muchos soldados rusos son presos comunes que van a la ofensiva como zombis, pasando por encima de los cuerpos de sus propios compañeros muertos", dice Korenivskiy sobre lo que ve en el frente, en referencia a los presidiarios reclutados por el grupo de mercenarios Wagner que lidera el asalto ruso sobre Bajmut.

Granjero, ultra y soldado

Otro ultra del Dinamo que ha empuñado las armas por Ucrania es Yaroslav Movchun, un granjero de 40 que se alistó en febrero del año pasado al ver que las fuerzas rusas habían llegado a unos 10 kilómetros de la granja en la que vive con su familia, entre la capital y la ciudad de Zhytomyr.

"A esa distancia tienes menos de dos horas para escapar, y aunque tengas un arma en casa no te sirve de nada", dice sobre las circunstancias que le llevaron a convertirse en soldado.

Tras cinco días de apresurados entrenamientos junto con los demás voluntarios de la Defensa Territorial que no tenían la más remota idea de usar un arma, Movchun contribuyó a detener al Ejército ruso manejando lanzacohetes soviéticos RPG y armas ligeras antitanque NLAW proporcionadas por el Reino Unido.

Tras contribuir a expulsar a los ocupantes rusos de la región, Movchun pasó a instruir a otros voluntarios en el uso de este tipo de armas, un trabajo que todavía desempeña.

Caídos em combate

Tanto Korenivskyi como Movchun lamentan la muerte de sus compañeros de grada que han caído defendiendo a su país en el frente. La página de Facebook de los ultras del Dinamo ha pasado de publicar fotos de bengaleos y tifos a ser una sucesión de obituarios y colectas de donaciones para pertrechar mejor al Ejército.

Muchos aficionados del Dinamo que ahora luchan contra Rusia lucen en su uniforme la D estilizada, de caligrafía, del escudo de su club.

"El Dinamo es un símbolo nacional, es parte de la historia de nuestro país y estamos orgullosos de ello", dice Movchun entre las paredes decoradas con cuadros de leyendas del club como Valeriy Lobanovskyi, Andriy Shevchenko y Serhiy Rebrov del pub "El Córner".

Tanto Korenivskyi como Movchun añoran los tiempos en que podían ir al campo y viajar con el equipo por toda Europa, y piden a Occidente más ayuda militar para conseguir lo más rápido posible una victoria ucraniana que ponga fin a la ocupación de su país y a la muerte en la guerra de sus compañeros de grada.