El Gobierno británico presenta un presupuesto para fomentar el empleo y esquivar la recesión

El ministro de Finanzas británico, Jeremy Hunt, presentó este miércoles en el Parlamento un presupuesto de primavera enfocado a la creación de empleo, uno de los problemas que tiene el país tras el Brexit, y al estímulo de las empresas con una fuerte inversión en el sector. Hunt fue nombrado ministro el pasado mes de octubre por su partido para reparar el desastroso plan económico presentado por Liz Truss. Básicamente lo que hizo en otoño fue revertir la mayor parte de las propuestas de la ex primera ministra, pero no pudo convencer a los ciudadanos de que su presupuesto entonces estaba pensado para crecer a largo plazo.

"En otoño [con el anterior presupuesto] tomamos la dificultosa decisión de proporcionar estabilidad y calmar a los mercados", dijo Hunt ante el Parlamento, "pero hoy [por ayer] proporcionamos la segunda parte del plan, un presupuesto para el crecimiento". El titular de Finanzas anunció que el Gobierno abolirá el límite de asignación de por vida en las pensiones en un intento por alentar a más trabajadores a volver a la fuerza laboral. La asignación de por vida (LTA, en inglés) es la cantidad máxima que puede obtener de las pensiones (laborales o personales) en vida sin pagar impuestos adicionales.

Esta medida va dirigida sobre todo a los médicos, por la escasez de miles de doctores que hay en la sanidad pública británica. También ofrece 30 horas de guardería gratis para los niños mayores de nueve meses siempre y cuando los dos padres trabajen cada uno un mínimo de 16 horas. También hay medidas para que las personas con alguna discapacidad puedan acceder al mercado laboral. En total, quiere atraer a 1,1 millones de personas al mercado laboral.

Rebaja de impuestos a las empresas

También anunció una rebaja de impuestos para las empresas de más de 9.000 millones de libras (10.300 millones de euros) que, dijo, convertirían al Reino Unido en el mejor país para invertir, pese a polémica subida del impuesto corporativo del 19% al 25%. Y ofreció mantener las ayudas para las facturas del gas y de la electricidad tres meses más hasta verano.

En un discurso de una hora, aseguró que su plan estaba funcionando y que evitarían la recesión este año y que la oficina de responsabilidad presupuestaria (OBR, en inglés), que se encarga de elaborar las predicciones oficiales, pronosticó que la inflación caería del 10,7% actual al 2,9% a fines de año. Hunt dijo que el primer ministro, Rishi Sunak, cumpliría la promesa de reducir la inflación a la mitad. Sin embargo, la OBR todavía prevé una caída del 0,2% de la economía este año y todavía prevé la mayor pérdida de la capacidad adquisitiva de las familias desde 1957.

El Instituto de Estudios Fiscales, el principal instituto de investigación económica británico, dijo que los hogares todavía se enfrentan a una carga fiscal históricamente alta, mientras que el gasto en intereses de la deuda del Gobierno todavía estaba "muy por encima" de lo previsto hace un año. Y agregó que los contribuyentes con los impuestos más bajos pagarían 500 libras (570 euros) el próximo año fiscal, mientras que los contribuyentes con los impuestos más altos pagarían 1.000 libras (1.140 euros) adicionales.

Críticas de la oposición

El líder laborista, Keir Starmer, dijo que los "alardes" del ministro de finanzas sobre una inflación más baja eran "ridículos". "Los británicos pueden ver que no se trata de un recorte de impuestos, saben que su carga fiscal es la más alta en 70 años y que no es el Gobierno el que está bajando la inflación sino la gente trabajadora, que gana menos, disfruta menos", añadió Starmer. "Es su sacrificio lo que ayuda a reducir la inflación y se merecen algo mejor que otro truco barato de este Gobierno".

El presupuesto del Gobierno coincidió con una de las peores jornadas de huelgas para los británicos porque coincidieron los paros nacionales de los médicos en prácticas del Servicio Nacional de Salud, que piden una subida de los sueldos del 35%, y de los maestros de primaria y secundaria. A estos se les unieron los trabajadores del metro de Londres, que complicaron los desplazamientos de los londinenses. La duda es si este presupuesto será suficiente para poder hacer ver a la gente que la situación está cambiando, que la crisis del coste de la vida se está acabando.