Militarización del Pacífico

EEUU, Reino Unido y Australia formalizan su pacto de seguridad para contener a China

El acuerdo contempla la compra por parte de Canberra de varios submarinos nucleares de fabricación estadounidense

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese; el presidente de EEUU, Joe Biden, y el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, durante su encuentro en la base Point Loma de San Diego, este lunes.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese; el presidente de EEUU, Joe Biden, y el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, durante su encuentro en la base Point Loma de San Diego, este lunes. / JIM WATSON / AFP

Ricardo Mir de Francia

Ricardo Mir de Francia

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Los líderes de Estados Unidos, Reino Unido y Australia han formalizado este lunes un acuerdo para proporcionar a Canberra submarinos de propulsión nuclear, un arma de ataque con la que pretenden contrarrestar la creciente presencia de la Armada china en la región del Indo-Pacífico. Según ha detallado la Casa Blanca en un comunicado, Australia comprará a EEUU cinco submarinos nucleares de la clase Virginia, que recibirá a partir de la década de 2030, un primer paso al que seguirá la producción de nuevos sumergibles de diseño británico y tecnología estadounidense. El anuncio ha dado empaque al acuerdo de defensa anunciado hace 18 meses por los tres países, conocido como AUKUS, una entente que ha despertado la lógica preocupación en Pekín.

"Nuestro proyecto fortalece durante decenios la capacidad industrial de nuestras tres naciones para producir y desplegar submarinos de propulsión nuclear, amplía nuestra presencia submarina en el Indo-Pacífico y contribuye a la seguridad y estabilidad global", han asegurado en un comunicado de prensa conjunto.

La provisión de submarinos a Australia se ha anunciado al término de la reunión que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha celebrado junto al primer ministro británico, Rishi Sunak, y su homónimo australiano, Anthony Albanese, a bordo del acorazado USS Missouri, atracado en el puerto de San Diego. Ha sido un acto lleno de simbolismo, y es que fue en la cubierta del USS Missouri donde el Imperio japonés firmó su capitulación en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Ahora no es Japón la potencia que preocupa a los países de la llamada ‘angloesfera’, sino China, a la que acusan de actuar con una creciente agresividad en su patio trasero, tanto el mar de China como las aguas de Taiwán, un espacio que Washington considera vital para mantener su menguante hegemonía en la región. 

"La fuerza de misiles china es una realidad y en mi opinión es la verdadera razón que ha impulsado esta decisión porque los barcos de superficie son hoy muy vulnerables", dijo este fin de semana el congresista estadounidense, Joe Courtney. "Lo hemos visto en Ucrania, donde dos misiles de corto alcance se llevaron por delante al buque insignia de la Armada rusa", añadió. Los submarinos de propulsión nuclear pueden navegar bajo el agua sin necesidad de salir a la superficie durante períodos más largos que los convencionales. También aguantan más tiempo sin repostar. Además del acuerdo sobre los submarinos, la entente contempla también una mayor cooperación en materia de ciberguerra, misiles, computación cuántica e inteligencia artificial.

Controversia con Francia

El acuerdo de seguridad entre los tres países nació acompañado de polémica a finales de 2021, cuando el entonces primer ministro de Australia, el conservador Scott Morrison, rompió el acuerdo que su país tenía firmado con una empresa francesa para adquirir una docena de submarinos propulsados con diésel. El desplante enfureció tanto al Elíseo que el Gobierno galo llegó a retirar temporalmente a sus embajadores de Canberra y Washington. El verano pasado Australia llegó a un acuerdo con la empresa francesa Naval Group para pagarle 555 millones a modo de compensación por la ruptura del contrato.

Mucho más tendrá que invertir ahora el país oceánico para sacar adelante su provisión de submarinos contemplada en el acuerdo de seguridad entre los tres países, definido por su primer ministro como "una nueva era para la política de Defensa australiana". El programa de submarinos está previsto que le cueste a Canberra unos 124.000 millones de dólares, según ha adelantado el diario ‘The Australian’. Su Gobierno espera que sirva para crear 20.000 puestos de trabajo durante las tres próximas décadas. 

Militarización del Pacífico

De lo que no hay duda es que el programa de submarinos contribuirá a militarizar un poco más el Pacífico, aunque tanto Washington como Londres y Canberra sostienen que el acuerdo no pretende otra cosa que reforzar la disuasión frente a China. Antes de llegar a San Diego, Sunak anunció que su Gobierno aumentará en 5.600 millones de euros el presupuesto británico de Defensa, que espera que en 2025 represente el 2,5% del PIB británico. 

Los planes de AUKUS preocupan en China, que la semana pasada volvió a reiterar su oposición al acuerdo de Defensa entre los tres países, al considerar que "exacerba el riesgo de proliferación nuclear" en la región del Indo-Pacífico. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, afirmó que la entente servirá para propulsar la carrera armamentística y urgió a las partes a reconsiderar sus planes. "Instamos a EEUU, Reino Unido y Australia a abandonar su mentalidad de la Guerra Fría y a respetar de buena fe sus obligaciones internacionales, así como a cooperar en iniciativas que contribuyan a la paz y la estabilidad en la región", afirmo Ning en una conferencia de prensa.