Entrevista

Dornika Gërvalla-Schwarz, ministra de Exteriores de Kosovo: "No veo razones para que España no nos reconozca"

MULTIMEDIA | Kosovo, 15 años de la independencia. ¿Cómo está hoy?

En una entrevista a EL PERIÓDICO, la dirigente del Gobierno kosovar ve con escepticismo la negociación con Serbia que la UE y EEUU están intentando relanzar

Gërvalla-Schwarz, ministra de Exteriores de Kosovo

Gërvalla-Schwarz, ministra de Exteriores de Kosovo / IRENE SAVIO

Irene Savio

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Tiene la voz tenue y delicadísima, como aquellos que creen en la persuasión más que en el griterío para alcanzar la meta. No sorprende. Hija de un intelectual nacionalista asesinado en Alemania en 1982, para Dornika Gërvalla-Schwarz (Skopie, 51 años) moverse en entornos problemáticos es la realidad de todos los días. También es una de las caras de un círculo de mujeres que han ganado visibilidad en Kosovo. Pero, bajo la exquisita amabilidad de la ministra de Exteriores de Kosovo, se advierte también cierto enojo de una nueva generación de líderes kosovares que vivieron muy jóvenes la guerra de Serbia en Kosovo (1998-1999) y han quedado profundamente marcados por el conflicto étnico (13.000 muertos) y la división.

Han pasado 25 años desde el inicio de la guerra de Kosovo. ¿Quién cree que pagó el precio más alto?

Las mujeres y los niños. No solo sufrieron múltiples desplazamientos entre 1998 y 1999, sino que además hubo más de 20.000 víctimas de violencia sexual como arma de guerra. Además de ello, aún hay unas 1.600 personas desaparecidas. Es difícil para estas familias aceptar que todavía no pueden poner flores en las tumbas de sus familiares.

Kosovo tiene aún muchos problemas y varios países aún no les consideran un estado independiente. 

Prefiero decir que (sube el tono de la voz) aún no lo han reconocido Kosova

[La ministra aquí entra en una batalla lingüística, al usar el término albanés Kosova, en lugar de la palabra Kosovo, que procede del serbio y es la palabra asentada en inglés y castellano. Alude así a una pelea semántica aún en curso y con una trascendencia política que recuerda el conflicto de Ucrania, donde también la convivencia del ucraniano y ruso vive sus horas más bajas.]

Pero aún así, ¿está intentando convencer a las autoridades españolas?

Hemos intentado tener contactos no solo con la política, sino que estamos intentando movernos en otras esferas de la sociedad. Pero, a pesar de algunos avances, queda mucho trabajo por hacer. 

¿Espera que España reconozca a Kosovo en el corto plazo?

Espero que lo hagan los cinco países de la UE que aún no lo ha hecho. Cuando ocurrirá esto depende del esfuerzo que pongan ambas partes. Pero no veo razones para que esto no ocurra.

[Acto seguido, Gërvalla-Schwarz sostiene que la guerra de Ucrania ha hecho crecer entre los aliados de Kosovo el temor de que se abra otro foco de inestabilidad a las puertas de Europa, por la influencia que ejerce Rusia sobre Serbia. Por ello los aliados occidentales están nuevamente presionando a Kosovo y Serbia para que lleguen a un acuerdo, y a Belgrado para que se distancie de Moscú, afirma. En este momento, "nuestros aliados se están esforzando intensamente para relanzar las negociaciones", puntualiza.]  

Aún así, sus palabras transmiten que están muy, muy lejos de un acuerdo con Serbia.

Solo puede haber un acuerdo si ambos lados lo quieren. Y no vemos que a Serbia le interese, vemos que Serbia está interesada en un conflicto congelado, tal vez para que nuestros socios se olviden de cómo llegamos a la independencia. Porque la independencia de Kosova no es el resultado de un movimiento secesionista, la independencia de Kosovo es el claramente el resultado del genocidio de Serbia en nuestro país.

Es curioso que diga esto porque existió un gran movimiento independentista kosovar antes de que estallara la guerra. 

La lucha por la independencia estuvo ahí todos los 90, porque Milosevic había impuesto un régimen de 'apartheid', pero lo que ocurrió con la guerra de 1998-1999 es que mostró que volver a ser parte de Serbia era un camino inaceptable. No había marcha atrás.

Hablemos de los serbios de Kosovo. Un reciente informe del Departamento de Estado de EEUU dice que sufren discriminación.

Si hemos leído el mismo documento, lo que se dice es que los serbios de Kosovo sienten que sus derechos no están siendo completamente garantizados. Y es difícil de entender si no se sabe que nuestra Constitución garantiza que todas las minorías sean parte del Gobierno nacional. Tienen asientos en nuestro Parlamento, y 10 son para los serbios y 10 para el resto de las minorías, sin importar cuántos votos consiguen. De esta manera han bloqueado diversas reformas. 

¿Está diciendo que no hay discriminación?

El problema es la palanca que ejerce Serbia para separar a los serbios de Kosovo del resto de los ciudadanos. Y no necesitamos esto. Somos un Estado multicultural, no un estado albanés. Y ser multicultural quiere decir que no existan entidades separadas (se refiere a las estructuras que paga Belgrado y dan servicios a la población serbia de Kosovo). 

Ellos dicen que nadie les escucha. 

Lo sé. En Bruselas es Belgrado la que participa (en el proceso de negociación entre Kosovo y Serbia), no los serbios de Kosovo. También hay grupos criminales en el norte (de Kosovo) que han sido sancionados por EEUU y el Reino Unido. Pero entiendo que (la población serbokosovar) está en una muy mala situación, por Belgrado y Pristina, todo este proceso de diálogo que no acaba. Pero le aseguro que lo queremos es integrar, no segregar.

¿Y aquella idea de la Gran Albania es un capítulo cerrado? 

Kosovo es un Estado independiente y soberano, no una provincia de un estado vecino. Lo que queremos es entrar en la Unión Europea.