Un año de conflicto en Europa

Los bloques ante la guerra de Ucrania vuelven a exponerse en la ONU

La Asamblea General debate y votará su quinta resolución no vinculante, que pide el cese de hostilidades y la retirada de Rusia

El Consejo de Seguridad, que celebrará una reunión sobre el conflicto el viernes, sigue incapacitado para garantizar paz y seguridad

Zelenski, en su discurso ante la ONU.

Zelenski, en su discurso ante la ONU. / Europa Press

Idoya Noain

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Hace un año, cuando Vladímir Putin hizo el anuncio televisado en que informó del inicio de la guerra en Ucrania bajo el eufemismo del lanzamiento de una “operación militar especial”, elevó el simbolismo de su reto al orden internacional escogiendo el preciso momento en que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebraba la segunda reunión en dos días para abordar la crisis que se estaba gestando pero aún no se creía que había estallado. Desde entonces, en la ONU se ha escenificado la fractura de la comunidad internacional. Se han evidenciado también las limitaciones del organismo para responder a un conflicto como este, iniciado por un país con derecho de veto en el Consejo, el órgano que debería ser garante de la paz y la seguridad. Y a las puertas del primer aniversario de la contienda, todo sigue prácticamente igual.

Este miércoles da arranque en una sesión de emergencia de la Asamblea General un debate que terminará con la votación este jueves, o incluso el viernes, de una resolución, no vinculante, en la que se pide el “cese de hostilidades” y la retirada de Rusia de Ucrania. Será la cuarta votación referida a esta guerra que acoge la Asamblea, que aglutina a 193 países (aunque por sus problemas económicos para pagar sus deudas con la ONU Líbano y Venezuela no podrán votar). Y los ojos están puestos en ver los números finales para identificar si ha habido movimientos en apoyos, rechazos y abstenciones.

El 2 de marzo del año pasado 141 naciones denunciaron la invasión y pidieron la retirada de tropas. Unas semanas después, 140 pidieron acceso humanitario y protección de civiles, criticando a Rusia. En otra votación en abril bajó a 93 el número de votos para pedir la expulsión del país del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, tras lo que Moscú anunció que abandonaba el organismo. Y el 12 de octubre 143 países condenaron el “intento ilegal de anexión” de regiones ocupadas.

En esa última votación el Gobierno de Putin solo consiguió que otros cuatro países (Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua y Siria) se sumaran contra la resolución. Pero otros 53, incluyendo China y buena parte del continente africano, así como representantes del llamado Sur global, se abstuvieron.

El texto

La resolución ha sido preparada por Ucrania en consulta con aliados y para este miércoles había conseguido el apadrinamiento de al menos 68 países. Kiev abandonó la idea inicial de incluir el plan de 10 puntos propuesto en noviembre por el presidente Volodímir Zelenski y aceptó en busca de ganar apoyos simplificar el texto, que ha acabado urgiendo a Moscú a “retirar inmediatamente, completamente y sin condiciones todas sus fuerzas militares del territorio de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”, en las que entran los territorios que Moscú alega haberse anexionado. Reafirma además el compromiso de la ONU con la “soberanía, independencia, unidad e integridad territorial” de Ucrania.

La resolución llama también al “cese de hostilidades”, la expresión por la que se ha acabado optando en lugar de “alto el fuego”. Se ha intentado con ello dotar el lenguaje de un trasfondo más duradero e incluir un concepto que podría dar pie al inicio de negociaciones, y el texto subraya además la necesidad de alcanzar, "tan pronto como sea posible, una paz integral, justa y duradera en Ucrania de acuerdo con los principios de la Carta de Naciones Unidas”, llamando a todos los países miembros y organizaciones internacionales a “redoblar esfuerzos” para conseguirlo.

Aunque esas llamadas a la paz y la negociación son una de las reclamaciones que hace el Sur Global, nada ha movido un ápice al gobierno de Vladimir Putin. Según una carta que envió el lunes a otros países miembros el embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, pidiendo que se opongan a la resolución, la postura de Moscú es que “incluso el cese eventual de hostilidades sin un claro incentivo para negociaciones significativas, además de una rectificación de los temas que llevaron a la crisis, no traerá una solución duradera”. Y en su misiva, a la que ha tenido acceso Reuters, Nebenzia denunció el texto como “desequilibrado y antirruso”, criticando que no haga mención directa de “diálogo o negociaciones”.

Consecuencias humanitarias

La resolución lamenta “las terribles consecuencias humanitarias y para los derechos humanos de la agresión contra Ucrania”, señalando concretamente a “los continuos ataques a infraestructuras” y destacando las “consecuencias devastadoras para la población civil”. Urge al cumplimiento pleno del derecho internacional humanitario e insta a la cooperación global “con un espíritu de solidaridad para abordar el impacto global de la guerra en la seguridad alimentaria, la energía, las finanzas, el medio ambiente y la seguridad nuclear”.

Es en esos terrenos donde la ONU ha sido más efectiva en este año de guerra. El organismo ha sido de nuevo fundamental en labores como la asistencia humanitaria tanto a 18 millones ucranianos necesitados en el país como a los 6,5 millones de desplazados internos y a los ocho millones de refugiados. También ha cumplido un papel vital en negociaciones diplomáticas para mitigar efectos de la contienda como el golpe al movimiento de grano y fertilizantes y ha seguido prestando ayuda alimentaria a países y poblaciones impactados en todo el mundo.

Discursos y China

Pero la guerra sigue, y el Consejo de Seguridad, con una estructura caduca que da derecho de veto a Rusia, China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, sigue incapacitado para actuar. El viernes, día del aniversario exacto, se celebrará justamente en el Consejo una reunión ministerial pero se puede dar por seguro que nada concreto saldrá de ahí, más allá de escuchar discursos, que se abrirán con uno del secretario general Antònio Guterres.

Se espera también la presentación “en los próximos días” de un “documento de posicionamiento” que ha elaborado China sobre la guerra, según adelantó el martes el embajador de Pekín, Zhan Jung. No será un plan de paz, según subrayó el diplomático, sino un texto que “principalmente reflejará las posturas consistentes de China en este tema”. Enfatizará, según declaró, “el respeto a la soberanía e integridad territorial de todos los países” así como la necesidad de que las naciones “acomoden las preocupaciones de seguridad” de otros países. “Principalmente pediremos paz, diálogo y un acuerdo pacífico”, dijo.