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Flyer de una manifestación prorrusa convocada por Vostok France Solidarité Donbass

Flyer de una manifestación prorrusa convocada por Vostok France Solidarité Donbass / EL PERIÓDICO

Juan José Fernández

Juan José Fernández

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Si no fuera porque llevaban banderas rusas y megáfonos, se habrían confundido con el trajín de las aceras los pequeños grupos de seguidores de la causa rusa que se venían manifestando en capitales occidentales por la causa del Donbás. Eran reducidos escraches ante legaciones diplomáticas ucranianas que han cambiado la calle por las redes sociales, y que se iniciaron en 2014, después de que Moscú se anexionara Crimea.

Pero no por pequeñas dejan de ser significativas esas protestas, por lo menos en París. El 21 de febrero de 2015 se concentró ante la embajada de Ucrania por primera vez la entidad Vostok France Solidarité Donbass. Con sus integrantes, en la mano un micrófono y prendida en el anorak la cinta naranja y negra de San Jorge que homenajea al ejército ruso, estaba André Chanclu.

El 24 de agosto de 2014, el diario Liberation le había señalado como uno de “los cabezas de puente” del Kremlin en Francia. Hacía meses que Rusia había tomado Crimea, y la UE había comenzado a sancionar a los cortesanos de Putin.

Chanclu ha evolucionado desde las asambleas de estudiantes con peleas a sillazos del sindicato de extrema Derecha GUD (Group Union Defense) a un rol pseudodiplomático: líder del colectivo francés France-Russie, su último cometido ha sido el de observador internacional de los referendos de rusificación organizados por Moscú en los territorios del Donbás y Zaporiya que tenía tomados su ejército.

Es un destino más sofisticado que el que han tenido algunos de sus más pendencieros camaradas del GUD, que acabaron en el servicio de seguridad de los mítines de Rassemblement National, el partido de la saga Le Pen heredero del ultraderechista y xenófobo Frente Nacional.

Viaje a Moscú

Aquel día del escrache ante la embajada ucraniana, la todavía joven asociación Vostok France Solidarité Donbás daba un paso decisivo: hacía un año se había inscrito como oenegé caritativa y apolítica, pero ahora pasaba a organizar actos políticos. Es, comenta un miembro de la seguridad del Estado observador de la actividad rusa en España, “típico del manual ruso de procedimientos”. Cuenta esta fuente que ha sido práctica habitual de la inteligencia exterior rusa en Europa formar organizaciones caritativas o culturales, hacer desde ellas proselitismo, organizar viajes, hermanar a los seguidores…

Pero eso también es desvirtuar por la vía de los hechos la clasificación con que se inscriben ante el ministerio del Interior del país en que actúan.

El ultraderechista francés André Chanclu lee un manifiesto en una manifestación ante la embajada de Ucrania en París, en 2015. La imagen está tomada de la emisión del acto en Youtube.

El ultraderechista francés André Chanclu lee un manifiesto en una manifestación ante la embajada de Ucrania en París, en 2015. La imagen está tomada de la emisión del acto en Youtube. / EL PERIÓDICO

Vostok France Solidarité Donbass ha montado su última caravana de envío de ayuda a orfanatos del Donbás en octubre pasado. En octubre de 2015, igual que su gemela española, organizó uno de sus primeros viajes, la “misión solidaria a Donetsk y Luhansk”.

En la comitiva iba un nacionalista serbio de madre francesa, Nikola Mirkovik, y un propagandista prorruso y antiucraniano de las redes sociales francesas, Xavier Moreau. El primero fundó en Francia la entidad Solidarité Kosovo, gemela de la española Solidaridad Kosovo. El segundo no es un influencer sin oficio ni beneficio, sino el dueño de una empresa de seguridad registrada en Moscú, Sokol, (según desveló el portal francés de investigación Napalm).

Moreau y Mirkovik fueron llamados a Moscú el año siguiente por el Rossiyskiy Institut Strategicheskikh Issledovaniy (el RISS, o Instituto Ruso de Estudios Estratégicos, dirigido por un exgeneral del KGB). Los invitaba a participar en una mesa redonda con el intelectual del ultranacionalismo ruso Aleksander Duguin, ideólogo de cabecera de Vladimir Putin, referencia también para los ultras españoles, entre otros neofascistas de toda Europa.

Como en España

En aquel viaje a Moscú los acompañó el exdirigente del Frente Nacional francés Emmanuel Leroy. Hoy, Leroy dirige una web TV que es gemela de las españolas EDA TV o 7NN, la ultraderechista y negacionista Liberté TV.

La entidad proserbia española tiene poca actividad en la actualidad. Su hermana gala difunde mucha más propaganda en redes sociales, secundando una de las narrativas rusas más extendidas, la apaciguadora: que Ucrania debería sentarse a negociar, y sus aliados occidentales deberían convencier a Kiev... en vez de enviarle armas. 

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