Tensión geoestratégica

La OTAN culpa a China de espionaje con globos

Los satélites espía Jackals de EEUU previstos para final de año servirán para la nueva era de la guerra espacial

Dos nanosatélites en el espacio.

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El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha señalado este lunes que el caso de los globos chinos detectados sobre el espacio aéreo de Estados Unidos y Canadá evidencia una tendencia en las actividades de "espionaje y vigilancia" de Pekín contra aliados. La situación se ha agravado desde el inicio de la guerra en Ucrania. En rueda de prensa desde Bruselas antes de la reunión de ministros de Defensa, Stoltenberg ha indicado que este caso es "parte de un patrón" por el que China y Rusia "aumentan sus actividades de inteligencia y vigilancia contra aliados de la OTAN", informa EP.

El jefe político de la OTAN ha asegurado que Pekín realiza estas operaciones sirviéndose de distintas plataformas. "Lo vemos en el espacio, con más y más satélites y lo vemos con los globos", ha explicado. A su juicio, este caso pone de relevancia la importancia de que los aliados de la OTAN refuercen sus tareas de vigilancia y compartan más información de inteligencia, cooperando más para proteger su espacio aéreo.

Después de que Washington haya derribado varios objetos los últimos días que sobrevolaban su espacio aéreo y el de Canadá, el Gobierno de China ha acusado por primera vez a las autoridades estadounidense de violar el espacio aéreo chino con globos, en concreto más de diez desde principios de 2022. Estados Unidos ha acusado al gigante asiático de volar globos espía y, aunque la parte china ha reconocido su vinculación con un primer aparato derribado, se ha limitado a alegar que tenía fines científicos.

Espionaje desde el espacio

La polémica de los globos esconde una actividad de espionaje mucho más sofisticada desde el espacio, especialmente desde que se inicio la guerra de Ucrania. Son múltiples las fuentes informativas, de fiabilidad discutible, que apuntan al uso de satélites como herramienta sofisticada de espionaje. Un ejemplo, es la que apunta a la creación de redes de satélite de órbita baja para el control de la actividad de otros satélites. Los actuales satélites en órbita geoestacionaria ya permitían desde hace años la lectura de una matrícula de coche desde el espacio, por lo que lo de espiar desde el espacio no es precisamente nuevo. La web cryptohome ya publicó un informe basado en datos del exanalista de la CIA Edward Snowden en el que se explicaba el desarrollo de tecnología satelital. Pasados 10 años de esas informaciones siguen sin darse a conocer las capacidades de esos satélites de manera oficial. Se presupone que el espacio aéreo está siendo monitorizado de manera continua por lo que cualquier artefacto volador es detectado, con el caso de globos aerostáticos de pequeño tamaño. 

Los nuevos Jackals

Informan en la publicación tecnológica Xataka que está previsto a finales de este año el lanzamiento por parte de la compañía True Anomaly de una misión orbital, en la que se lanzarán dos naves espaciales de persecución orbital utilizando un cohete de SpaceX en órbita terrestre baja. Estas naves, conocidas como "Jackals", no tendrán armas, ojivas o láser, pero en cambio, tendrán la capacidad de realizar operaciones de proximidad de encuentro (RPO), que les permitirá acercarse a otros satélites y desplegar una serie de sensores sobre ellos, en un intento de probar tecnología capaz de revelar los sistemas de armas o de vigilancia de sus rivales, o directamente ayudar a interceptar comunicaciones. Todo ello apunta a una nueva era de la guerra espacial, aquella guerra del espacio muchas veces anunciada en la pasada guerra fría y que actualmente tiene cada vez más visos de realidad. 

En los mentideros tecnológicos se apunta a un despliegue de miles de naves espaciales autónomas al servicio del Ejército de Estados Unidos controlados tanto por un equipo de operadores humanos, así como de inteligencia artificial para perseguir cualquier tipo de objeto volante en cualquier parte del planeta.