Debate autonómico
Tensión en Italia por el nuevo modelo territorial que plantea Meloni
El Gobierno de Roma aprueba un proyecto de ley para dar más autonomía a las regiones que el centroizquierda y el M5E consideran que "romperá" el país
La medida, impulsada por la Liga, un partido que en el pasado llegó a abogar por la secesión del norte, aún tiene un largo recorrido para su aprobación final
Irene Savio
Periodista
Nunca antes se llegó tan lejos y en tan poco tiempo. El Ejecutivo de Giorgia Meloni ha aprobado un proyecto de ley que constituye un paso más de Italia hacia la llamada autonomía diferenciada, cuyo objetivo es dar mayores poderes autonómicos a las regiones que lo soliciten en detrimento del Estado central. La decisión, que líderes de la oposición de centroizquierda han dicho que amenaza con "romper el país", ha sido festejada por la Liga de Matteo Salvini, que desde hace años promueve la reforma y que la ha impulsado dentro del Gobierno.
La hoja de ruta de la propuesta es todavía larga y compleja. La reforma deberá, de hecho, ser tratada por la Conferencia Unificada del Estado y Regiones y luego se discutirá en el Parlamento. Pero aún así, por primera vez, la luz verde del Consejo de Ministros italiano pone en el calendario el inicio del debate sobre los llamados niveles esenciales de prestaciones que el Estado deberá seguir garantizando a todos y en todo el territorio nacional. Para ello, será creado una especie de grupo de trabajo, cuyas propuestas deberán será ratificadas por el Gobierno a través de decretos.
Solo después de esto, las administraciones regionales solicitantes (muchas de las cuales son precisamente regiones ricas de la Italia industrial del norte, gobernadas por la Liga, como Véneto y Lombardía) podrán reclamar las competencias que desean, lo que luego pasará por el escrutinio tanto del Gobierno como del Parlamento.
Entre las competencias que podrán solicitar las regiones está la educación, la administración de bienes culturales, el comercio exterior, la gestión de puertos y aeropuertos, la salud y las redes de transportes. De ahí que, de aprobarse de forma definitiva, la reforma puede transformar el rostro de Italia.
Vender la unidad de Italia
El Partido Democrático (PD), una de las principales formaciones de la oposición, ha puesto inmediatamente el grito en el cielo por la propuesta. Stefano Bonaccini, candidato a la dirección del PD y gobernador de Emilia Romaña, ha lamentado que el borrador de la propuesta no fuera enviado con anterioridad a la Conferencia de las Regiones. De esta manera, "se va en la dirección de romper el país", denunció.
Otros han sido incluso más tajantes. "¿Quién pagará el precio de esta gran chapuza? Los italianos más débiles, no dañará solo el sur de Italia, sino también a los ciudadanos de las zonas internas", ha dicho el diputado Nicola Frantoianni, líder de Izquierda Italiana.
El Movimiento Cinco Estrellas (M5E) también ha sido muy crítico. "El riesgo concreto es el de romper el país y aumentar la desigualdad", ha afirmado Roberto Fico, directivo del M5S y expresidente del Congreso italiano. "El M5S estará en primera línea en contra de esta peligrosa desviación", ha añadido. "Meloni está vendiendo la unidad de Italia por las elecciones regionales", añadió Giuseppe Conte, el líder de este partido.
Aplausos de la Liga
Dentro de las formaciones de la mayoría gubernamental, la opinión es la contraria. La decisión fue recibida entre aplausos de los ministros de la Liga, que la había incluido como una de sus principales peticiones en el acuerdo de Gobierno con Meloni. Pero también la primera ministra italiana la ha defendido abiertamente.
"El Gobierno está iniciando un proceso para superar las brechas que existen hoy entre los territorios y garantizar a todos los ciudadanos, y en todas partes de Italia, los mismos derechos y el mismo nivel de servicios", puntualizó la mandataria.
Como efecto colateral, la decisión también supone un respiro de alivio para Salvini, cuyo liderazgo en los últimos meses fue puesto en discusión por la vieja guardia secesionista de la Liga, después de que el partido perdiese casi tres millones de votos en las elecciones de septiembre pasado. "Otra promesa cumplida", ha celebrado el líder legüista, después de que se conociese la información.
Más euforia aún han manifestado los líderes históricos de la Liga, como el actual ministro para las Autonomías, Roberto Calderoli. "Italia es un tren que puede circular si hay regiones que actúan como fuerza motriz y otras que aumentan su propia velocidad, con vistas a la cohesión", dijo Calderoli. "No es la secesión de los ricos", concluyó, por su parte, el influyente gobernador de Véneto al criticar a aquellos que quieren seguir "en su zona de confort".
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