Integración económica

Cinco claves sobre la moneda común que planean Argentina y Brasil

No es la primera vez que los dos países hablan de una moneda común

Lula llega a Buenos Aires

Lula llega a Buenos Aires / Irina Dambrauskas / AFP

Abel Gilbert

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"Si dependiera de mí tendría comercio exterior con la misma moneda para no depender del dólar", dijo el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva al explicar las razones de la moneda común que su país busca impulsar con argentina, para luego extender hacia otros países de la región.

Los objetivos

La moneda común, se ha subrayado, no significa "única", como el euro. Se trata en rigor de un mecanismo de intercambio que, remarcó el Gobierno argentino, podrá usarse "tanto para los flujos financieros como comerciales, reduciendo los costos operativos y reduciendo nuestra vulnerabilidad externa". Esta moneda estará asociada al valor del PIB y a la situación de los bancos centrales de Brasil y la Argentina. Brasil es su principal socio comercial. En 2022 concentró el 14% de sus exportaciones por casi 12.000 millones de dólares. La moneda común busca, por lo tanto, que el profuso comercio bilateral deje de regirse por el billete norteamericano. De esta manera, se fortalecerían las reservas internacionales de los dos socios, un tema que le interesa especialmente a Argentina.

Proyectos anteriores

No es la primera vez que los dos países hablan de una moneda común. De hecho, esa idea figuró en la agenda de los anteriores Gobiernos de derecha de Jair Bolsonaro y Mauricio Macri. La efímera iniciativa se llamó "peso real", por las monedas de Argentina y Brasil. Pero el Banco Central del segundo de los países desechó de inmediato la idea. "Hay tan solo, como es natural en la relación entre socios, diálogos sobre estabilidad macroeconómica, así como debates sobre reducción de riesgos y vulnerabilidades y fortalecimiento institucional", dijo en 2019 esa entidad.

Los tiempos de la realización

La moneda común se reflota con la mayor sintonía política actual entre Argentina y Brasil. "Tenemos la intención de superar las barreras, simplificar y modernizar las reglas", dijo el embajador argentino en Brasilia, Daniel Scioli. Más allá del entusiasmo del anuncio, tanto Argentina como Brasil saben que se necesitarán años de coordinación y negociación para hacer llegar a buen puerto la propuesta de la moneda común. El Ministro de Economía, Sergio Massa, dijo en esa dirección al Financial Times que deben estudiarse desde cuestiones fiscales hasta el tamaño de la economía y el papel de los bancos centrales de cada país. Massa llamó a no crear "falsas expectativas" de inmediatez. "Es el primer paso de un largo camino que América Latina debe recorrer”.

La cuestión política

La posibilidad de un horizonte monetario compartido parece depender de un requisito que en la actualidad no puede ser garantizado: la permanencia del peronismo en el poder. De acuerdo con el diario Página 12, Lula le expresó a Fernández su deseo de que sea reelecto. Pero la figura del mandatario argentino no parece por el momento competitiva de cara a los comicios de octubre en los que la derecha, aun sin una candidatura unificada, irrumpe en las encuestas como favorita.

Limitaciones en el presente

Por otra parte, el exministro de Producción de la gestión de Mauricio Macri (2015-19), Dante SIca, recordó que existe una dificultad objetiva para llevar adelante la idea: la inflación, que en Argentina cerró en 2022 cerca del 100% anual y que, en el mejor de los casos, sería del 64% en 2023, mientras que en el país vecino no superaría el 5%. "La moneda en conjunto se construye con un gran nivel de confianza, políticas macroeconómicas establecidas y rangos de inflación similares", agregó Sica.

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