Guerra en el este de Europa

La entrega de armas a Ucrania: cómo contribuyen los principales países de Occidente

Los gobiernos aliados se debaten entre la aumentar la contribución y el miedo a que estas entregas pongan en riesgo su seguridad

Un tanque Leopard 2 A7 del Ejército alemán durante unas maniobras de la OTAN en Münster, en el norte del país.

Un tanque Leopard 2 A7 del Ejército alemán durante unas maniobras de la OTAN en Münster, en el norte del país. / PATRIK STOLLARZ / AFP

Begoña Arce
Idoya Noain
Andreu Jerez
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Los países de Occidente han adoptado diferentes posiciones sobre el envío de armas a Ucrania, que han ido variando también en función del desarrollo de la ofensiva iniciada por Rusia el pasado 24 de febrero. Por un lado están EEUU y el Reino Unido, los dos principales suministradores de material militar al país eslavo y que están impulsando el cambio de paradigma sobre las armas pesadas a pesar de que en un principio eran reacios para evitar una escalada del conflicto. Por el otro, los gobiernos de Francia, Alemania o Italia plantean reticencias ante el riesgo de que sus respectivos territorios puedan quedar desprotegidos si entregan parte de sus arsenales a Kiev.

En la avanzada de la asistencia militar

De los casi 48.000 millones de dólares que Estados Unidos ha destinado a Ucrania desde que Rusia inició la guerra en febrero unos 23.000 millones ha ido a la asistencia militar, con el resto destinado a ayuda financiera y humanitaria. Ese apoyo ha ido evolucionando y tras casi un año de contienda han ido superándose gradualmente líneas rojas que la Casa Blanca de Joe Biden se había puesto respecto a entregas de determinado armamento ofensivo que se temía que pudiera provocar una escalada de Moscú.

Aunque Washington sigue resistiéndose por ahora a la entrega de tanques Abrams, sistemas de misiles de largo alcance ATACMs y otras herramientas y municiones de precisión también de largo alcance, ha aportado ya a las fuerzas ucranias armas y sistemas más avanzados que los misiles Stinger, los antitanque Javelin o los cañones Howitzer que centraron la ayuda al inicio de la guerra, incluyendo drones y lanzaderas HIMARS. Y pese a haberse negado durante meses a facilitar a Kiev Patriot de defensa aérea, el mes pasado se aprobó el envío de una batería de esos misiles, en cuya operación y mantenimiento se ha empezado a entrenar a soldados ucranios en Oklahoma.

El último paquete anunciado esta semana incluye, entre otras cosas, 90 vehículos acorazados de combate Stryker y 59 carros Bradley que se suman a otros 50 ya aprobados hace solo dos semanas.

La evolución del pensamiento de la Casa Blanca y el Pentágono apunta a la posibilidad de que Washington siga reforzando en los próximos meses el tipo de arsenal que envía, pero también existe el temor de que la situación política en EEUU ponga límites a esas ayudas.

Los mayores halcones del Partido Republicano en el Congreso urgen a Biden a facilitar a Kiev el armamento pesado que pide y le critican por "renquear y dudar", pero otros republicanos en la Cámara Baja, sobre todo los del ala populista de ultraderecha, quieren recortar el gasto. Su diana está puesta especialmente los miles de millones que van a Ucrania, una asistencia que ha perdido apoyo popular entre las bases como demuestran numerosos sondeos. Y según informaciones sobre la visita que hizo el director de la CIA, William Burns, la semana pasada a Kiev, ese es uno de los mayores temores de Volodímir Zelenski. IDOYA NOAIN

Primeros tanques de combate

El Reino Unido se encuentra entre los principales países, después de Estados Unidos, que más ayuda militar han proporcionado a Ucrania desde que comenzó el conflicto hace un año. Una decisión que los ciudadanos británicos respaldan hasta ahora y sobre la que no ha habido debate o discrepancia. El monto de esa ayuda ha sido de 2.600 millones de euros, de acuerdo con los datos facilitados por el Ministerio de Defensa. El primer ministro, Rishi Sunak, está firmemente comprometido a continuar suministrando material bélico y asistencia al régimen de Kiev durante el presente año.

Sunak anunció este mes el envío de 14 tanques Challenger 2 y una treintena de artillerías autopropulsadas AS90. Es la primera vez que una potencia occidental suministra a Ucrania tanques de combate de primera línea. Los británicos entrenarán a las tropas ucranianas en el manejo de los tanques y las artillerías, en un curso de aprendizaje que llevará varios meses. Rusia ha respondido asegurando que los Challeger 2 "arderán" y no cambiarán el curso de la "operación militar especial".

Recientemente también el Reino Unido ha proporcionado a Ucrania un paquete de sistemas de defensa antiaérea, que comprende más de 1.000 misiles y 125 cañones. En el pasado los británicos han enviado un número no especificado de misiles marítimos Brimstone, submarinos autónomos para rastrear minas, blindados Stormer, decenas de cañones autopropulsados, cañones ligeros, municiones y helicópteros para misiones de búsqueda y rescate.

Otro material entregado a los combatientes incluye más de 82.000 cascos, 8.450 equipos de protección corporal, más de 5.000 instrumentos de visión nocturna, equipamiento médico y hasta ropa de abrigo para protegerse de las temperaturas bajo cero. Desde febrero de 2022 la Real Fuerza Área Británica (RAF) ha realizado más de 240 vuelos para transportar toneladas de material, propio y de otros países. El Reino Unido se ha hecho también cargo del entrenamiento y la formación de 11.000 miembros de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) y para este año tiene el objetivo de capacitar a otros 20.000 soldados más. BEGOÑA ARCE

En evidencia la falta de modernización de la Bundeswehr 

El inicio de la invasión rusa de Ucrania ha puesto de nuevo en evidencia las deficiencias y la falta de modernización de la Bundeswehr –fuerzas armadas alemanas–. A la postergada reforma que piden militares y política desde hace años hubo que sumarle la bochornosa avería que sufrieron 18 carros de combate Puma –de producción alemana– durante unas maniobras militares el pasado diciembre.

El Ministerio de Defensa tuvo finalmente que retirar esos vehículos de combate previstos para conformar las tropas de acción rápida de OTAN en su flanco este. Los Pumas fueron sustituidos por carros blindados Marder, de más antigua fabricación. Ese episodio siembra dudas sobre la capacidad operativa real de la Bundeswehr y también sobre si las fuerzas armadas alemanas están en disposición de ceder más material propio al ejército ucraniano.

A inicios de este año, el Gobierno alemán confirmó que enviará 40 carros Marder a Ucrania así como un sistema de defensa aérea Patriot, de fabricación estadounidense. Berlín no tenía previsto ceder el sistema Patriot, pero lo hizo porque así se lo pidió expresamente el Gobierno estadounidense.

Según datos oficiales, Alemania ha apoyado militarmente a Ucrania con más de 3.000 millones de euros desde el inicio de la invasión rusa. Berlín se sigue resistiendo, sin embargo, a entregar a Kiev lo que lleva pidiendo desde hace meses: los tanques de combate Leopard 2. Las fuerzas alemanas aseguran tener más de 300 unidades de ese tanque, pero el semanario 'Der Spiegel' informa que sólo 130 de ellos están listos para ser usados. ANDREU JEREZ

Enviar material militar en desuso o destinado a otros países

Los debates sobre el envío suficiente o insuficiente de armas a Ucrania, así como el riesgo de debilitar las reservas armamentísticas nacionales, han resultado habituales en los últimos meses en Francia. "Actualmente, el Ejército francés no dispone del material suficiente para implicarse en un conflicto de alta intensidad", alertó a finales de año el general Pierre de Villiers, el exjefe del Estado Mayor entre 2014 y 2017. Esta afirmación se ve respaldada por un informe reciente del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), en que se advierte de que "las reservas de armas se redujeron de manera considerable entre 2007 y 2016". Y desde entonces no fueron repuestas.

Pese a un potencial militar inferior al de Estados Unidos, Francia hizo un esfuerzo al enviar 18 cañones Caesar al Ejército ucraniano, lo que supuso privarse de un 25% de estas armas con un alcance de cerca de 50 kilómetros. El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió en octubre el envío de otros seis cañones Caesar. Pero en ese nuevo envío, que aún no se ha ejecutado, está previsto que se utilicen cañones de un pedido de armas que debía ser enviado a Dinamarca. De esta forma, no se reducirán las reservas de armas en Francia.

Las autoridades galas también anunciaron el pasado 5 de enero el envío de vehículos de combate ligeros (AMX 10-RC), en lugar de los tanques Leclerc pedidos por Kiev. Uno de los motivos para preferir el envío de estos vehículos ligeros fue que habían quedado en desuso y las fuerzas armadas francesas ya no los utilizaban. ENRIC BONET

Reticencias ante un eventual problema de seguridad

El apoyo militar a Ucrania en Italia no ha faltado, pero las polémicas y tensiones han sido -y siguen siendo- muchas. De esta manera puede resumirse el contexto, prácticamente inalterado, en el que se han desenvuelto los dos gobiernos que se han sucedido en el último año en el país transalpino.

Los últimos hechos también van en la misma dirección. En diciembre, primero el Consejo de Ministros italiano y luego el Parlamento (con el voto de los partidos de la coalición de derecha, pero también del progresista Partido Democrático) autorizaron el Gobierno de Giorgia Meloni a mantener los envíos de armas a Ucrania para todo el año 2023. Pero aún así una parte del sector militar expresó sus dudas.

La razón: la posibilidad de que entregar algunas armas a Ucrania exponga Italia a un riesgo de seguridad en caso de un ataque contra su territorio. Un reciente artículo del diario 'La Repubblica' ponía el ejemplo del sistema de misiles antiaéreos Samp-T, de los que Italia solo posee cinco, y cuya producción es lenta y costosa.

"Son la única defensa antiaérea que tenemos para defender toda la península, ya que todos los demás misiles tierra-aire fueron jubilados y no se remplazaron", escribió el diario. "La alerta por las carencias de defensas áreas fue discutida en el Parlamento, pero sin resultado alguno", ha explicado, por su parte, el general Leonardo Tricarico, antiguo jefe de Estado Mayor de la Aviación italiana.

Incluso el mismo ministro de Defensa, Guido Crosetto, que es uno de los fundadores del partido de Meloni, expresó perplejidad. "Estos misiles no se encuentran en el supermercado", consideró Crosetto, al recordar que se habla de "sistemas complejos con largos tiempos de producción". El problema es que "nuestros arsenales se están vaciando peligrosamente. Esta es la verdad", ha coincidido Federico Rampini, periodista del diario liberal 'Il Corriere'.

Con todo, Antonio Tajani, el titular de Exteriores, ha asegurado que cumplirá con lo prometido. Por ello, está trabajando con Francia para el envío de armas a Ucrania, incluyendo los Samp-T —consideradas de mejor calidad y mayor alcance de los Patriot estadounidenses—, que son de producción ítalo-francesa. Pero esto aún no tiene fecha. IRENE SAVIO

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