Guerra en el este de Europa

Moscú reconoce la muerte de 63 militares rusos en un ataque ucraniano en Donetsk

Las autoridades ucranianas hablan de más de 400 bajas enemigas en el ataque de su artillería contra un acuartelamiento en Makiivka

Makiivka

Makiivka / Alexander Ermochenko / Reuters

Reuters
El Periódico
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Al menos 63 militares rusos han muerto en un ataque de las tropas ucranianas en la ciudad industrial de Makiivka, situada en la provincia oriental de Donetsk, según ha reconocido este lunes el ministerio de Defensa ruso. Sus portavoces afirmaron que las fuerzas ucranianas lanzaron seis proyectiles Himmars de fabricación estadounidense contra las posiciones rusas en la ciudad y cuatro de ellas golpearon un acuartelamiento “temporal” de sus tropas.

Diversos vídeos colgados en las redes mostraron un centro de formación profesional, aparentemente utilizado por el Kremlin para alojar a sus tropas, reducido a escombros. La cifra exacta de víctimas todavía se desconoce y podría ser sensiblemente superior. No en vano, el ministerio de Defensa ucraniano cifró horas antes las bajas rusas en más de 400.

El domingo medios rusos y ucranianos informaron de un ataque en Makiivka acaecido durante la Nochevieja, una salva de misiles que golpeó un edificio donde había reservistas rusos movilizados en Ucrania. De acuerdo con una fuente anónima de las autoridades separatistas de Donetsk, citada por la agencia oficial rusa TASS, la ofensiva se produjo debido "a la utilización de los teléfonos móviles por parte de los militares que acababan de llegar”, lo que permitió al ejército ucraniano geolocalizar la posición del acuartelamiento.

Error de bulto

En el centro había entonces unas 600 personas, además de depósitos de armas y municiones, según el bloguero militar ruso Rybar, quien informó de más de un centenar de heridos durante el ataque. No es habitual que el Kremlin reconozca los reveses de sus fuerzas, aunque todo parece indicar que este es uno de esos incidentes difíciles de ofuscar, debido al elevado número de muertos y el hecho de que muchos de ellos serían reservistas recientemente movilizados, según reconocen también fuentes citadas por Reuters.

“Estamos hablando de varios centenares de muertos y heridos”, escribió en Telegram Igor Girkin, un ex funcionario del Servicio Federal de Seguridad (FSB) que ayudó a Rusia a anexionarse Crimea en 2014 y más tarde a organizar el levantamiento separatista en el Donbás. “Este no es el único despliegue de personal y equipamiento en la zona de destrucción de los Himmars. Y, sí, tampoco es el primer ataque de este tipo”, añadió Girkin.

Esta nueva debacle para el ejército ruso, que no deja de perder territorio en Ucrania desde hace meses, está siendo severamente criticada por algunos de sus blogueros militares. "¿A quién se le ocurrió la idea de albergar a grandes cantidades de personal en un solo edificio, cuando hasta el más tonto entiende que si es alcanzado por la artillería habrá muchos muertos o heridos?", escribió el bloguero Archangel Spetznaz Z en su cuenta de Telegram, con más de 700.000 seguidores.

Desde que comenzara el año, las Fuerzas Armadas ucranianas aseguran haber “liquidado” a más de 700 militares rusos, la gran mayoría de ellos en la región del Donbás, donde se concentran actualmente los combates más cruentos entre las dos partes. Con estos últimos ataques, Kiev asegura haber acabado con 107.440 militares rusos desde el comienzo de la guerra. Paralelamente, habría destruido 283 aviones y más de 3.000 tanques enemigos, según el Estado Mayor ucraniano.

Año nuevo, rutinas viejas

Pero el año nuevo no está cambiando las rutinas de la guerra en el lado del Kremlin. Varias oleadas de drones rusos atacaron infraestructuras energéticas ucranianas en varios puntos del país, incluida la capital, donde dañaron algunas instalaciones y provocaron cortes de energía, según las autoridades locales. Los bombardeos rusos contra la red energética ya marcaronel día de Año Nuevo en Ucrania, cuya guerra cumplirá a finales de febrero el primer año desde su inicio.

La fuerza aérea ucraniana aseguró que sus sistemas antimisiles destruyeron 39 drones Shahed de fabricación iraní durante la madrugada, el preludio de un ataque que describieron como “masivo”. “Drones, misiles, nada les ayudará”, dijo el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky. “Porque nosotros seguimos unidos, mientras que a ellos, únicamente les une el miedo”.

La guerra no tiene ningún viso de acabar pronto, como dejaron entrever los líderes de los dos países en conflicto en sus discursos de final de año. El ruso Vladímir Putin subrayó que el objetivo de la brutal campaña militar que libra en Ucrania es proteger “a nuestra gente en nuestros territorios históricos de las nuevas regiones de la Federación Rusa”. El jefe del Kremlin se refería a las cuatro regiones ucranianas parcialmente ocupadas por sus tropas y “anexionadas” por Rusia en septiembre.

Esta última oleada de ataques contra las infraestructuras provocó cortes en el suministro eléctrico y de calefacción. “Hay apagones energéticos de emergencia en la ciudad”, aseguró el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, en su canal de Telegram. Los ataques también se cebaron contra otras regiones del país. En las provincias de Dnipro y Zaporiyia las defensas ucranianas interceptaron nueve drones rusos, según fuentes militares ucranianas.

“Rusia atacó fríamente y con cobardía Ucrania en las primeras horas del Año Nuevo, pero Putin parece no entender todavía que los ucranianos están hechos de hierro”, escribió en Twitter la embajadora estadounidense en Ucrania, Bridget Brink.