Crisis sanitaria

EEUU, Italia y Japón imponen restricciones a los viajeros procedentes de China

Aumenta la inquietud en algunos países ante a la mayor oleada de infecciones en el gigante asiático tras la relajación de la política de 'cero covid'

Coronavirus en el aeropuerto

Coronavirus en el aeropuerto / Dean Lewins

Agencias

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El abrupto fin de la política china de 'cero covid' ha suscitado inquietud en varios países. Estados Unidos, Italia o Japón ya han anunciado que exigirán tests negativos a los viajeros procedentes del gigante asiático. Otros, como Filipinas, están estudiando medidas similares.

El anuncio de Pekín, el lunes, de que pondrá fin a las cuarentenas obligatorias para aquellos que entren en el país a partir del 8 de enero fue recibido con alegría por los chinos. El fin de las restricciones ha desencadenado una oleada de compras de vuelos internacionales y los precios de los billetes se han disparado. La decisión marca la inminente desaparición del último vestigio de la política china de 'cero covid', que ha aislado al país durante casi tres años y ha desatado protestas a una escala no vista en décadas en el país.

Sin embargo, la noticia se ha percibido de forma diferente en el extranjero, ya que China se enfrenta a la mayor oleada de infecciones desde el inicio de la pandemia. En Estados Unidos, las autoridades anunciaron este miércoles que todos los pasajeros procedentes de China, Hong Kong y Macao deberán presentar un test negativo. La decisión de Washington llega después de que Japón y la India impusieran pruebas PCR obligatorias a las llegadas de viajeros desde el gigante asiático. "La comunidad internacional está cada vez más preocupada por los actuales brotes de covid-19 en China y la falta de datos transparentes, incluidos los datos de la secuencia genómica viral, comunicados por la República Popular China", afirmaron funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato, informa AFP. Taiwán y Hong Kong han adoptado restricciones similares.

En Europa, se sumó a la medida el Gobierno de Italia. "Esta medida es fundamental para garantizar la vigilancia e individualización de posibles variantes del virus con el fin de proteger a la población italiana", justificó este miércoles el ministro de Sanidad, Orazio Schillaci, en un comunicado de prensa.

En Filipinas también estudian exigir un test PCR a todos los llegados de China. "Tenemos que ser muy cuidadosos con los viajeros chinos (...). Observaremos lo que hacen otros países", señaló el ministro de Transportes, Jaime Bautista.

En cambio, Alemania afirmó este miércoles no ve necesidad de imponer ningún control. "Estamos monitorizando de cerca la situación en China, pero por el momento no tenemos indicaciones de que se haya desarrollado una mutación más peligrosa... que podría justificar la declaración de una zona de variante de virus", afirmó este miércoles un portavoz del Ministerio de Sanidad alemán.

"Bajo control"

El repentino cambio de política sanitaria de Pekín ha puesto fin a casi tres años de pruebas masivas, cierres y cuarentenas prolongadas que perturbaron gravemente las cadenas de suministro del país y la economía china, la segunda mayor del mundo. Los hospitales y crematorios están desbordados, mientras que los residentes denuncian la escasez de medicamentos para la fiebre, ya que la propagación del virus entre los 1.400 millones de habitantes sigue sin controlarse.

Preguntado por las restricciones anunciadas por Japón, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha pedido a los estados que mantengan medidas "científicas y apropiadas" contra el covid-19 que "no perturben" los intercambios humanos. Todos los viajeros que llegan a China deben cumplir una cuarentena obligatoria desde marzo de 2020. Inicialmente duraba tres semanas, pero se redujo a una semana en junio y a cinco días el mes pasado. La supresión de esta norma en enero supondrá también la reclasificación del covid-19 como enfermedad infecciosa de categoría B, lo que permitirá a las autoridades relajar los controles.

Pekín aseguró este miércoles que la situación epidemiológica se encuentra "bajo control" y que la "producción y la vida están volviendo gradualmente a la normalidad" en la capital, donde se inició el actual brote.

Las autoridades chinas de migración también han anunciado la reanudación gradual de la expedición de pasaportes para "turismo" y "visitas de amigos extranjeros" a partir del 8 de enero. El resurgimiento invernal se produce pocas semanas antes del Año Nuevo Lunar, a finales de enero, cuando millones de personas viajarán para ver a sus seres queridos.