Terremoto en la UE

Qatargate: Quién es quién en la oscura red italiana que ha atacado el corazón de las instituciones europeas

Los investigadores consideran que Antonio Panzeri es una de las principales mentes del megaescándalo de corrupción

La bandera de la Unión Europea en el edificio del Parlamento Europeo en Bruselas.

La bandera de la Unión Europea en el edificio del Parlamento Europeo en Bruselas. / STEPHANIE LECOCQ / EFE

Irene Savio

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Veteranos de la política, sindicalistas y también la pareja sentimental de una líder europea forman parte de una oscura red italiana que, por lo que se conoce hasta ahora, está acusada de haber atacado el corazón de las instituciones europeas para favorecer ilegítimamente a Qatar y Marruecos. Un entramado de corrupción y espionaje cuyo alcance integral aún se conoce solo en parte y que ha puesto en evidencia una tormenta que está lejos de desaparecer rápido del horizonte.

Antonio Panzeri, durante una intervención en un pleno en el Parlamento de Estrasburgo en marzo de 2019.

Antonio Panzeri, durante una intervención en un pleno en el Parlamento de Estrasburgo en marzo de 2019. / MARC DOSSMANN / PARLAMENTO EUROPEO / AFP

Antonio Panzeri, el veterano

Hace aproximadamente 30 años, Antonio Panzeri, el italiano ahora en el centro del megaescándalo conocido como 'Qatargate', era una figura de referencia de la izquierda en Milán. En aquella época, recién caído el muro de Berlín, la política italiana se encontraba en crisis. Pero Panzeri, que entonces era un reconocido líder sindical, capeó el temporal mejor que otros. Se labró una fama a años luz de su condición actual de principal acusado de una trama de corrupción y espionaje que lleva hasta Qatar y Marruecos e involucra a otros políticos y lobistas italianos y europeos. 

Las acusaciones contra Panzeri son gravísimas. De acuerdo con las denuncias filtradas a través de la prensa belga, el político italiano, europarlamentario en tres legislaturas entre 2004 y 2019 y fundador de la organización no gubernamental Fight Impunity, habría intentado influir ilegalmente (es decir, de una manera que va más allá de la habitual actividad de lobby) en las decisiones del Parlamento Europeo para mejor la imagen de Qatar. A cambio de grandes cantidades de dinero

Pero esto solo sería la punta del iceberg del escándalo. De hecho, según documentos vistos y citados en las últimas horas por el diario italiano La Repubblica y el belga Le Soir, Panzeri sería asimismo parte de un entramado en el que participó también la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED) marroquí. Es decir, el contraespionaje de Rabat. En concreto, la sospecha es que Panzeri habría sido una especie de gran caballo de Troya, la mente que ofrecía al país africano los servicios de otros lobistas y políticos complacientes, según ha publicado la prensa italiana. 

Un aspecto curioso es que Panzeri era poco más de un desconocido en Italia hasta este escándalo. De hecho, de joven militó en el Partido Comunista Italiano (PCI) y su primera legislatura en el Parlamento europeo se produjo gracias a una candidatura presentada a través de Unidos en El Olivo. Esta fue una coalición de centroizquierda que existió hasta 2007 y que reunía a diversos partidos herederos de la Democracia Cristiana y del PCI. Su sucesor es hoy el Partido Democrático (PD), partido que Panzeri integró mientras fue eurodiputado. Pero todo había quedado en el olvido. 

Eva Kaili y su compañero Francesco Giorgi

Francesco Giorgi, junto a su pareja, la eurodiputada y exvicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili. / Eurokinissi / AFP

Francesco Giorgi, el guapo

Hijo de una maestra y de un director de un colegio muy activo en el sector del voluntariado, Francesco Giorgi es excolaborador de Panzeri y pareja sentimental de la eurodiputada griega Eva Kaili, expulsada como vicepresidenta de la Cámara tras salir a la luz el escándalo. Giorgi, conocido como "el guapo" de Bruselas y a quien el juez mantiene en prisión preventiva tras su declaración de este miércoles, sería uno de primeros que ha empezado a tirar de la manta al aportar información relevante durante los interrogatorios de la justicia belga y reconocer que actuaba para favorecer a Qatar y Marruecos.

Algo que no es intrascendente, puesto que, tras licenciarse en Ciencias Políticas en Milán, Giorgi se mudó en 2009 a Bruselas y allí inició una vida profesional vinculada a Panzeri y a los socialistas europeos. Tanto es así que en los últimos tiempos era asistente de un europarlamentario italiano y seguía para él las relaciones con los países magrebíes.

"He hecho todo por dinero que no necesitaba", respondió al ser interrogado por los jueces belgas, según la prensa italiana, y al intentar exculpar a Kaili, con quien este apasionado de los barcos de vela también tiene una hija en común. 

El eurodiputado italiano Andrea Cozzolino.

El eurodiputado italiano Andrea Cozzolino. / FRED MARVAUX / UNIÓN EUROPEA

Andrea Cozzolino, el dimisionario

Andrea Cozzolino, jefe de Francesco Giorgi, de momento no ha sido arrestado ni está oficialmente investigado, como es el caso de Giorgi y Panzeri. Aún así, este europarlamentario (desde 2009) nacido en Nápoles, que pertenece al Partido Democrático (PD) italiano, primero dimitió de su puesto de coordinador de urgencias del grupo Socialistas y Demócratas (S&D) y luego también se dio de baja de este grupo.

La razón tal vez pueda hallarse en las últimas filtraciones a los diarios italianos, algunos de los cuales han escrito que habría recibido sobornos de Marruecos, posiblemente en una acción coordinada con Panzeri. Hechos que él ha negado rotundamente, al afirmar que es completamente ajeno a toda la investigación. "No he sido investigado, ni interrogado, ni me han hecho registros", se ha defendido.

El nombre de Cozzolino tampoco es muy conocido en Italia. Sin embargo, en este país, antes de mudarse a Bruselas, fue concejal de Agricultura de la región de Campania y, anteriormente, se desempeñó como responsable local del PD para la ciudad de Nápoles. 

Luca Visentini.

Luca Visentini. / STEPHANIE LECOCQ / EFE

Luca Visentini, el sindicalista

Luca Visentini, arrestado y más tarde puesto en libertad, ha estado durante muchos años vinculado al sindicato italiano UIL y hasta noviembre pasado era secretario general de la Confederación Sindical Internacional, la organización más grande de este tipo en el mundo. 

Nacido en 1969 en Udine (extremo norte de Italia) y antiguo estudiante de Filosofía en la Universidad de Trieste, Visentini llamó la atención cuando, en una entrevista de hace pocos meses, defendió los supuestos avances de Qatar en los derechos de los trabajadores. Qatar "debería ser presentado como una historia de éxito", dijo. Según organizaciones de derechos humanos, en la construcción de instalaciones relacionadas con el Mundial habrían muerto al menos 6.750 trabajadores migrantes desde 2010.

Este hecho sería particularmente grave pues uno de los objetivos de Qatar, de cara al Mundial de este año, era precisamente demostrar que los sindicatos occidentales le apoyaban.

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