Tauromaquia en Francia

La Asamblea Nacional francesa vota si prohíbe las corridas de toros

El diputado animalista Aymeric Caron presenta este jueves la proposición de ley

Es la primera vez que se debate en el hemiciclo sobre la ilegalización de la tauromaquia en el conjunto del territorio francés

Festejo taurino en la plaza de toros de Arlés, en Francia

Festejo taurino en la plaza de toros de Arlés, en Francia / RUSLAN KALNITSKY / 123RF

Enric Bonet

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Será la primera vez que se debata sobre la prohibición de las corridas de toros en el Parlamento francés. El diputado de la izquierda insumisa Aymeric Caron, un conocido activista animalista, presentará este jueves en la Asamblea Nacional una proposición de ley en aras de convertir en un delito penal la tauromaquia. Esta iniciativa, impulsada por el grupo de oposición de la izquierda unitaria —la NUPES, formada por 151 diputados insumisos, socialistas, verdes y comunistas—, podría poner punto final a las corridas de toros en Francia, una tradición arraigada en el sur del país vecino, aunque con un número de espectadores cada vez más reducido.

La propuesta legislativa se debatirá y votará en la Asamblea aprovechando un "nicho parlamentario" —momento en que la oposición puede someter a votación leyes— de la Francia Insumisa (afines a Podemos). Su iniciativa no es la primera que intenta prohibir las corridas en las plazas de toros galas, aunque ninguna de las presentadas desde 2004 había prosperado. Esta vez sí que llegará al hemiciclo, salvo un contratiempo inesperado en la agenda parlamentaria.

"El hecho de prohibir las corridas resulta una prioridad, ya que se basan en una lógica moral inaceptable hoy en día en Francia", asegura Caron, miembro del micropartido Revolución Ecológica por lo Viviente y del grupo parlamentario de la Francia Insumisa, en declaraciones a EL PERIÓDICO. Según recuerda este defensor de la causa animal, "cada año se celebran entre 100 y 200 corridas en el territorio francés y se matan unos 1.000 toros. Es poco, pero resulta una práctica simbólica". "Queremos dejar inscrita en la ley la idea de que no se pueden hacer excepciones respecto a la tortura de un animal", añade.

Apoyo ciudadano

Con esta proposición de ley, se pretende reformar el artículo 521-1 del Código Penal, que castiga el maltrato animal con hasta cinco años de prisión y 75.000 euros de multa. Actualmente, dispone de una excepción para unos 10 departamentos (provincias) en que resultan habituales las corridas. Muy poco presente en buena parte del territorio francés desde el siglo XIX, la tauromaquia permaneció en la franja meridional; por ejemplo, en las ciudades de Bayona, Dax, Nimes o Béziers.

No obstante, se trata de una práctica rechazada por la mayoría de la población. El 74% de los franceses apoya la prohibición de las corridas, según un sondeo reciente del instituto Ifop. Este respaldo a una ilegalización creció de manera significativa en la última década, a medida que se desarrollaba la sensibilidad sobre el sufrimiento animal, además de ganar en relevancia el movimiento animalista.

"Si Francia ilegaliza las corridas en todo su territorio, habrá otros países que seguirán su ejemplo", afirma esperanzada Heimiti Beziac, 23 años, una joven militante de la asociación animalista L214, presente el sábado en una concentración a favor de la prohibición de los toros en la plaza de Châtelet en París. La tauromaquia solo está autorizada en ocho países en el mundo: España, Francia, Portugal, México, Venezuela, Perú y Ecuador. En el caso del Estado español, solo la han prohibido los ejecutivos autonómicos de Catalunya y Canarias.

El partido de Macron, clave

En el caso de Francia, Caron confía en que el respaldo de la opinión pública sea clave para lograr la aprobación de esta legislación, que genera dudas en el seno de la misma izquierda. Aunque los 75 representantes de la Francia Insumisa y los 30 de los verdes votarán a favor, no está nada claro qué harán los del Partido Socialista y el Partido Comunista, dos históricas formaciones de la gauche con una menor simpatía por las nuevas tesis animalistas y antiespecistas. "Si tenemos tiempo de debatir la ley, confío en que terminará imponiéndose la empatía humana", afirma el impulsor.

El desenlace de la votación dependerá, en gran parte, de la posición de los 170 diputados de Renacimiento, el partido del presidente Emmanuel Macron. El Ejecutivo centrista ya ha dicho que se opone a la iniciativa legal: "Debemos respetar la identidad de algunos territorios, nos gusten o no las corridas". Sin embargo, Aurore Bergé, presidenta del grupo parlamentario macronista, firmó el año pasado una tribuna en que pedía la prohibición de los toros. Y los representantes afines al presidente dispondrán de libertad de voto.

"Al principio, era bastante optimista. (...) Pero la votación del jueves será complicada, estoy preocupado", reconoce Caron, quien critica que los otros grupos "hayan presentado hasta 435 enmiendas para obstaculizar el debate parlamentario". La proposición de ley solo podrá ser examinada el jueves y, si se llega a medianoche sin que haya sido votada, quedará aplazada ad calendas graecas. Las asociaciones favorables a los toros han ejercido una fuerte presión sobre diputados de circunscripciones meridionales y disponen de estrechos vínculos con representantes de ultraderecha.

Más allá de esta votación en la Asamblea, la tauromaquia resulta una actividad cada vez más marginal en el país vecino. La pandemia del covid-19 contribuyó a vaciar las gradas de los cosos y dejó maltrecha la economía de este sector. Así lo reconocía el alcalde de Béziers, el ultraderechista Robert Ménard, en una entrevista para el diario regional Midi Libre: "Me temo que estemos viviendo las últimas corridas en Francia".

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