Entrevista a una refugiada ucraniana

Yeva Skalietska, 12 años: "Ahora mismo en Ucrania no tengo a dónde ir"

La joven, que ha documentado su viaje en un diario que publica ahora la editorial Destino, consiguió salir del país tras la ofensiva rusa junto a su abuela

Photo credit Yeva s Grandmother (c) Iryna Skalietska

Photo credit Yeva s Grandmother (c) Iryna Skalietska / Iryna Skalietska

Begoña González

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Yeva tiene 12 años. Los cumplió el pasado 14 de febrero. Entonces solo le preocupaba cómo lo pasarían en la bolera donde iba a celebrarlo con sus amigos. Diez días después sus preocupaciones dieron un giro de 180 grados, como su vida. El 24 de febrero, el presidente ruso, Vladímir Putin, inició una ofensiva sobre su país, Ucrania, y truncó su preadolescencia a base de misiles. La joven, que consiguió salir del país junto a su abuela con la ayuda de voluntarios y cuyo viaje fue documentado por Channel 4 News, ha ido dejando constancia de sus vivencias hasta el momento en un diario del que se hizo inseparable y que hoy se puede comprar en librerías bajo el título No sabes lo que es la guerra (Ed. Destino).

Corrían rumores de que Putin podía invadir Ucrania, pero en ningún momento llegó a parecer una posibilidad…

Nadie creía que eso fuera a pasar. No había motivos. Cuando me desperté por los ruidos de las explosiones y me di cuenta de que la guerra había empezado, tuve mi primer ataque de pánico. No sabía qué hacer. Ha sido el momento en que más miedo he pasado en mi vida.

¿Cómo afrontó los siguientes días?

Bajamos a resguardarnos en el refugio. Es muy chocante porque los misiles te sobrevuelan, la gente tiene miedo y las condiciones no son agradables. Había mucho polvo, humedad y hacía muchísimo frío. Pasamos muchas horas en las que solo podíamos esperar. La mayoría de refugios no lo son, solo son sótanos con pequeñas ventanas. Era muy desconcertante porque al principio yo solo podía pensar en que tenía examen de biología al cabo de unos días y que tenía deberes que entregar. Solo pensaba en que tendría que estar en el colegio pero estaba sentada en el refugio.

¿Por qué decidió empezar el diario?

Era tan triste lo que estaba ocurriendo... Cada explosión, cada misil. Yo solo quería expresar como me hacía sentir y así era más fácil. No quería hablar con nadie, así que decidí sacarlo escribiéndolo en una libreta. Pensé que quizás querría leerlo en unos años y recordar cómo me sentí en el momento. Me ayudó.

Su vida cambió por completo. ¿Qué fue lo que más le costó?

Yo tenía planes, exámenes y sueños como cualquier estudiante de mi edad. Tenía objetivos. Al empezar la guerra todas esas metas desaparecieron y el único objetivo era sobrevivir y ponerme a salvo. No había nada más en lo que pensar.

Yeva Skalietska

Iryna Skalietska

¿Cómo le hizo sentir dejar todo atrás?

Sabía que estábamos huyendo, pero también tenía claro que había algo más importante que eso, y era poner nuestra vida a salvo. Nada es más valioso que la vida, el apartamento, las cosas, el coche, la ropa, el dinero todo pasó a un segundo plano cuando empezó la guerra. Eso podemos volver a tenerlo, la vida no.

En algunas partes del libro habla de que había momentos en que solo podía “esperar y rezar”.

Mi abuela y yo confiamos en Dios. Sabíamos que él nos abriría camino hasta estar a salvo. Mi abuela siempre me había dicho que los milagros ocurren.

Empezó a odiar la noche. Dejó de ser el momento en que se supone que debería descansar.

Antes de la guerra, era un momento más del día, nada especial. Pero una vez empezó la guerra, era el momento más aterrador porque no sabíamos qué iba a pasar. No podíamos ver nada, era como estar ciego. Parecía que hubieran corrido una cortina negra hacia el exterior y quedábamos completamente desamparados. Por eso lo odiaba.

Nada es más valioso que la vida, el apartamento, las cosas, el coche, la ropa, el dinero todo pasó a un segundo plano

¿Cómo se sintió cuando sus amigos empezaron a marcharse del país pero usted seguía ahí?

Al principio iba recibiendo noticias de amigos cuyas familias decidían abandonar la ciudad. Y poco a poco me fui dando cuenta de que ellos creían que la guerra iba a seguir más tiempo y eso era peligroso. Nadie se quiere ir de su casa. Es triste. Me enfadaba mucho pensar que no les volvería a ver.

¿Espera volver pronto a Ucrania?

Ahora mismo allí no tengo dónde ir. Destruyeron mi apartamento y no queda casi nada nuestro allí. Espero que con el tiempo reconstruyan la ciudad y vuelva a ser como era antes. Entonces sí que me encantaría volver. Aunque lo que más quiero es ver a mis amigos y compañeros de clase.

¿Sigue en contacto con ellos?

Muchos de ellos siguen en Járkov y otros muchos en Dnipro o el centro de Ucrania. Los que siguen allí me cuentan que a veces hay un silencio que da miedo y otras veces bombardeos. Ahora han empezado a haber drones y eso les da mucho miedo. Dicen que el ruido que hacen al acercarse es como el de una motocicleta. Y que no sabes que esperar. Les echo de menos.

¿Cómo es su nueva vida en Dublín?

He conocido a gente maravillosa aquí y he podido reanudar mis estudios que espero que algún día me permitan estudiar periodismo o convertirme en escritora. Mucha gente me quiere ayudar y eso es algo maravilloso, mi diario ha sido un gran aliado para ello. Pero por otro lado, la gente aquí no sabe lo que es la guerra, tiene cielos tranquilos y días normales y les cuento que a diario veo las noticias y llamo a mis amigos, o que mis sitios favoritos de la ciudad han quedado reducidos a escombros y no lo entienden.